Luis Pérez Meza, el Trovador del Campo

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Las Cuatro milpas, Mi ranchito y Cuando salgo a los campos son tres de las piezas del género ranchero popularizadas por Luis Pérez Meza quien además de intérprete, sobresalió como compositor. La tercera que acabo de mencionar y La piedra, son de su autoría.

Además de canciones rancheras interpretó corridos, canciones tradicionales y boleros de los más destacados autores musicales de su país y latinoamericanos. Otro de sus éxitos fue El barzón, que revela su contenido social y es considerada por muchos un anticipo de la canción protesta.

Los amantes de la música mexicana en Cuba lo recuerdan por canciones rancheras como La india bonita, Ojitos aceitunados y Las Isabeles, que nadie como él ha interpretado con una dosis de ternura y jocosidad. Y si al buen humor y la sátira nos referimos, basta escuchar Poncho y Pancha, El príncipe heredero y El testamento, este último secundado por el Mariachi Chapala.

Fue un artista completo. Por el contenido de sus interpretaciones, en las que encarnaba al hombre humilde apegado a la tierra, le adjudicaron los sobrenombres de El Trovador del Campo, El Artista del Pueblo y La Voz de Oro.

Nació en el pueblito sinaloense de Cosalá en 1917. Allá en su 1natal Sinaloa dejó de existir en junio de 1981. En verdad se llamaba Ignacio. El nombre artístico de Luis lo tomó como recordación a uno de sus hermanos que perdió la vida en la mina donde trabajaba.

Además de cantante fue actor de cine. En sus comienzos formó parte del dueto de Chicho y Nacho, para después integrarse a varias agrupaciones, entre ellas el Trío Culiacán, los Guamuchileños de Culiacán, la banda El Recodo, Los Tirolas, Los Quiñónez de La Cruz, la banda de Tepuxta, Los Tierra Blanca, la banda de Porfirio Amarillas y la banda La Costeña de Ramón López Alvarado, con la que realizó varias giras y estuvo mayor tiempo.

Lo recordamos como solista, casi siempre con acompañamiento de banda, en los que su voz era como un instrumento que se ocupaba de los solos melódicos. Más de cien discos de larga duración, entre ellos uno con el Mariachi Los Palmeros de Ramiro Jáuregui, que fue todo un éxito.

De la música norteña, ni qué decir; como genuino nativo del norte mexicano le imprimió un sello tan propio como lo hizo con el acompañamiento de bandas sinaloenses.

Es una lástima que no se le recuerde como merece porque Luis Pérez Meza es, en mi opinión, uno de los grandes íconos de la música mexicana tradicional y del cine de ese país durante su Época de Oro.

Me pregunto una y otra vez por qué este intérprete es tan poco mencionado y difundido en los espacios de música tradicional mexicana. Entiendo que los tiempos cambian, pero esa de aquellos años sigue gustando a quienes escuchan los espacios radiales de ese género.

Lo mismo que Jorge Negrete, Pedro Infante, Miguel Aceves Mejía, Javier Solís, Vicente Fernández, Lola Beltrán y Amalia Mendoza _por cierto también echados al olvido_,  Luis Pérez Meza ocupa un sitio privilegiado dentro de esa época.

Consecuente con la máxima de que “lo bueno no pasa”, es una lástima que intérpretes como él se oigan pocas veces.

Para quienes no lo recuerden o, incluso no lo conozcan, incluí varios hipervínculos con el propósito de que puedan oírlo cantar. Muy afín con la idiosincrasia cubana, la música tradicional de México tuvo en Luis Pérez Meza a un intérprete original.

Sin la menor duda un artista de pueblo reconocido con justicia como El Trovador del Campo.

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