El bendito sabor del anís

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Las primeras sensaciones gustativas con el anís las recuerdo con las deliciosas natillas de maicena que preparaba mi madre para el deleite de los chiquillos del barrio. En otras ocasiones la progenitora también apelaba a la misma planta aromática para confeccionar cocimientos cuando nos descomponíamos del estómago.

En definitiva, lo cierto es que la ancestral hierba medicinal aporta grandes beneficios al organismo, pero, sobre todo al sistema digestivo, comoquiera que mejora la ingesta de los alimentos, aunque, a decir verdad, son muchas más sus bondades.

Mágico sabor

Las semillas de anís se emplean comúnmente en infusiones, licores (como el anís dulce), y también de condimento en repostería y otros platillos. Empero, desde la antigüedad tanto en la cocina como en la medicina natural, la planta en cuestión ha sido muy valorada especialmente por sus propiedades digestivas, carminativas y antiespasmódicas.

Un artículo publicado en elcronista.com señala que investigaciones sobre los efectos de esta hierba para la salud humana han revelado su impacto antiinflamatorio pues contiene compuestos que ayudan a reducir la inflamación en el cuerpo, provocada por diversas causas, entre ellas la mala digestión.

Por su parte, destaca el poder antimicrobiano y antifúngico, toda vez que ayuda a combatir ciertos patógenos y a proteger el cuerpo contra infecciones producidas por agentes externos que se introducen en el organismo humano a través de diferentes vías.

Además, está comprobado fehacientemente que el anís actúa como expectorante y como tal contribuye a aliviar problemas respiratorios, ya que facilita la expulsión de mucosidad y disminuye la congestión en los resfriados y bronquitis.

Esta planta medicinal, por su parte, posee efectos calmantes que pueden reducir el estrés y promover el sueño. La ingestión de un té o infusión de las semillas antes de ir a la cama pueden resultar muy útiles para quienes padecen de insomnio leve o nerviosismo.

Existen diversas maneras de usar el anís con fines medicinales. En infusión, por ejemplo, debes hervir una taza de agua y añadir una cucharadita de las semillas de la hierba. Dejar reposar por 5-10 minutos, colar y beber después de las comidas para aliviar la hinchazón y mejorar la digestión. Otra forma habitual de su uso consiste en masticar semillas después de las comidas, lo que ayuda a reducir los gases y proporcionar una mejor absorción de los alimentos.

Si acaso te inclinas por el empleo del aceite esencial de anís, entonces diluye unas gotas de esa sustancia oleosa en agua o té, o agrégalo a un edulcorante como la miel. Esto puede calmar problemas digestivos, aunque es importante usarlo en pequeñas cantidades y bajo supervisión médica si es necesario.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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