La cumbre de su género

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Hoy 5 de Septiembre estrena esta columna dedicada a los videojuegos, fenómeno artístico, cultural, sociológico e industrial a escala planetaria. Y comarca donde nuestro país se adentra, al consolidar loables pasos en el camino a su desarrollo. Recordemos que, en el Primer Gran Festival de Deportes Electrónicos Habana Rumble, celebrado durante el mes en curso, el miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista y jefe de su Departamento Ideológico, Rogelio Polanco Fuentes, subrayó que Cuba está estimulando el avance del que suele calificarse como “el décimo arte”.

Cada uno de los materiales de la columna comentará, desde una perspectiva muy personal y con un lenguaje especializado -pero a la vez juvenil, además de fácil comprensión-, exponentes que, en virtud de u otro motivo, representaron puntos de inflexión o contribuyeron a dimensionar la impronta de este arte e industria. El debut se lo merece Baldur’s Gate 3.  Luego de la necesaria introducción, comencemos pues.

Hacer el delicioso nunca fue tan divertido como en Baldur’s Gate 3. Bueno, en la vida real lo es más; pero la anterior afirmación viene dada por las más de 110 horas (pocas, en comparación con otros jugadores) que le eché a lo nuevo de Larian Studios, y que provocó que el mundo físico me pareciera un mero concepto abstracto.

Baldur’s Gate 3 es inmenso. Imponente. En una sola partida no estarás ni cerca de ver las 17 mil variaciones de desenlaces posibles con las que cuentan los diversos hechos de la aventura (aunque finales principales como tal, solo un puñado).

Tal amplitud hace que, de buenas a primeras, resulte abrumador. Que prácticamente todo ocurra mediante tirada de dados (está basado en el universo del popular juego de mesa Dungeons & Dragons, y traslada al videojuego la jugabilidad de dado y tablero de aquel), tampoco ayuda en un principio. Pero si le das una oportunidad, aun cuando no seas fan del género RPG (role-playing game, juego de rol), casi seguro te atrapará.

Dos consejos que me hubiera gustado recibir antes de iniciar mi partida son: Tranquilo, no tienes que pasar una hora decidiendo si bajarle un punto de Carisma a tu personaje y subirle otro de Fuerza. En los compases iniciales, luego de cumplir una misión, puedes conseguir a un NPC (non playable character, personaje no jugable) que te permitirá resetear tus habilidades (siempre que tengas el dinero, claro). El otro sería, que desde el primer momento tratara de tener en mi haber dos habilidades muy interesantes, las cuales le añaden una capa más de profundidad a Baldur’s Gate 3: hablar con los muertos y con los animales.

Un animal es uno de los protagonistas de la primera oración del tercer párrafo de este texto. Específicamente un oso. Llegados a cierto momento de la aventura, tienes la oportunidad de intimar muy profundamente con él. Tan romántico encuentro ocurre a la orilla de un lago, bajo la luz de la luna, y con un único testigo: una ardillita voyeur, la cual queda impactada al ver como hombre -u otra raza que elijas- y animal se entregan al placer de los sentidos. Esto, que quizás suene como una apología de la zoofilia (no lo es; por nada del mundo intentes en la vida real consumar tu amor con un bear) es solo un ejemplo de las cientos de historias que podrás descubrir en tu paso por los Reinos Olvidados.

¿Todas serán como la anteriormente descrita? No, en lo absoluto. Lo del oso (bueno, en realidad es un druida que a la hora del acto se transforma en ese animal; por suerte para sus parejas no elige ser un caballo) es solo una anécdota, empleada por el estudio y los medios a la hora de promocionar el juego, y que yo tampoco pude evitar mencionar.

Baldur’s Gate 3, más allá de encuentros sexuales e instantes de comedia, es una obra que encierra muchos momentos dramáticos. Sus situaciones y personajes están notablemente bien escritos (mención especial merecen tus compañeros de grupo, y el profundo desarrollo que se les da a lo largo del juego), y se mueven siempre en una escala de grises. Nada es blanco y negro en su mundo.

Un mundo que la palabra que mejor lo define es libertad. Ya Baldur´s Gate y Baldur´s Gate 2 (ambos desarrollados por BioWare, padres además de las geniales sagas de Mass Effect y Dragon Age) consiguieron cotas elevadas de ese término entre finales de los años 90 y principios del siglo XXI; pero lo que ha hecho Larian (creadores también del magnífico Divinity: Original Sin 2) con esta tercera entrega marca un antes y un después en toda la industria.

Baldur’s Gate 3 permite afrontar cada situación de la forma que quieras, como quieras, y si quieres. Nunca obliga a nada al jugador, y siempre deja que sea este quien descubra lo que el juego tiene para ofrecerle. Eso sí, no es un título fácil: exige compromiso y hacer las cosas bien. Incluso en la dificultad más baja, en los enfrentamientos contra enemigos necesitarás hacer uso de la estrategia y pensar bien cuál será tu próximo paso. ¿La recompensa? Uno de los mejores sistemas de combate por turnos creados hasta la fecha. Repleto de variantes y posibilidades.

Donde también marca nuevos estándares es en el apartado gráfico. Jamás un RPG de vista isométrica se ha visto también. Destaca especialmente lo cuidados que están los modelados de los personajes y la calidad de las texturas. En los otros aspectos técnicos también es intachable.

Como toda obra humana, tiene errores. Dejando de lado bugs o problemas de rendimiento, los cuales tarde o temprano se terminan solucionado, Larian necesita repensar el sistema de inventario. Ya al principio del juego se hace engorroso, y a medida que acumulas más y más objetos la cosa solo empeora.

Defectos aparte, Baldur’s Gate 3 es un nuevo referente dentro del videojuego. Los tres años en early access recibiendo el feedback de la comunidad se notan por todos lados. Larian Studios ha hecho un juego con mimo. Con pasión. Es su obra maestra y uno de los más firmes candidatos a ser el GOTY (acrónimo de Game of the Year, Juego del año en castellano) de 2023.

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2 Comentarios en “La cumbre de su género

  • el 5 noviembre, 2023 a las 9:24 am
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    Es grandioso que Larian pudiese hacer una secuela de Baldurs Gate tal como lo hizo, probablemente la saga de videojuegos más indispensable del rol occidental. No solo que la desarrolladora original Bioware creó Mass Effect y Dragon Age luego de Baldurs Gate, sino que la distribuidora Interplay Entertaiment fue la que creó la franquicia Fallout que luego continuó Bethesda cuya saga Elder Scrolls está claramente inspirada en Baldurs Gate. Para rematar los dos Baldurs Gate originales fueron traducidos al polaco en los albores de CD Projekt que intentó hacer Baldurs Gate: Dark Alliance para PC, que fue cancelado, pero cuyo código sirvió para la primera entrega de The Witcher. El resto es historia.

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