Nuestros galanes y necesarios liliputienses (+Fotos)

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Cuba es reconocido por ser el archipiélago del Caribe que alberga al ave más pequeña del mundo, el muy conocido Zunzuncito o Pájaro Mosca (Mellisuga helenae) verdadera joya alada que conforma el grupo de las 340 especies de pajaritos diminutos de la familia Trochilidae, que reside en el continente americano.

Desgraciadamente, esta gema emplumada de tan solo 6 centímetros no se puede encontrar hoy día de manera habitual en todo el territorio nacional, debido sobre todo al empuje del hombre con la modificación y destrucción de los hábitats.

Entre los datos que subraya al respecto la guía de campo Aves endémicas de Cuba, del ilustrador y naturalista Nils Navarro Pacheco, “gran parte de la vegetación cubana ha sido convertida en áreas de cultivo y pastos para el ganado; solamente entre el 15 y el 20 por ciento de las tierras se conservan en su condición natural”. Sobre ello refiere que la explotación del cacao, el café y el tabaco han constituido una seria amenaza para la supervivencia de la pequeñísima ave.

Un prototipo de colibrí migratorio, el Garganta rubí. /Foto: Tomada del sitio web hummingworlds.com

En el presente está ubicada dentro de la categoría de Cercana a la Amenaza ya que sus poblaciones son relativamente exiguas, confinadas a espacios muy fragmentados de la geografía nacional, donde existe vegetación costera, menciónese en primer lugar a la Península de Guanahacabibes, diversos puntos de la Ciénaga de Zapata, o en bosques densos como la Sierra de Anafe en Artemisa; Topes de Collantes, en Sancti Spítirus, o Baitiquirí, Jiguaní y el Parque Nacional Alejandro de Humboldt, en la región oriental.

Si bien el pequeño “zumbete” está registrado en once áreas protegidas, el monitoreo y estudio de sus poblaciones debe realizarse de manera frecuente, según estiman los especialistas, ya que han disminuido en un 20 por ciento en los últimos 40 años.

De nosotros dependerá que en un futuro próximo, sigamos apreciando en dichos lugares la belleza de este ser diminuto; de su plumaje brillante y variable. Que podamos reflexionar sobre su enorme apego y defensa del nido y los polluelos; de los bellos cortejos del macho en forma de U, así como de esa otra cualidad distintiva que posee al libar el néctar de las flores mientras adopta una postura casi horizontal.

El Zunzún esmeralda alegra tanto calles y jardines como las más altas montañas de Cuba./ Foto: Delvis Toledo.
DOS VECINITOS IGUALMENTE PECULIARES

El segundo liliputiense de los que se precia Cuba es el Colibrí de Garganta Roja o Rubí (Archilochus colubris), el cual también se distingue por su belleza, con énfasis aquellos ejemplares adultos cuando son iluminados en su parche escarlata por el sol. Mayor que el Mellisuga –al cual excede en tres centímetros más–, este pajarillo es un migratorio exclusivo del Este de América del Norte, donde –acorde a la base de datos internacional Birds of the World, perteneciente al sitio web eBird–, es la especie que ocupa la mayor área de reproducción de cualquier colibrí de los que habita en la región.

El territorio cubano le sirve al Garganta Rubí solo de trampolín en su migración hasta las zonas de Centroamérica (México, Guatemala, Honduras, etc.), donde comienza a moverse durante el inicio del otoño en el hemisferio norte (octubre-noviembre).

Observar al Archilochus acá deviene en hecho gratificante y fortuito a la vez, pues solo permanece en suelo cubano por pocos días. Aunque realmente cualquiera puede ser uno de los afortunados si es perspicaz y apunta bien el lente de la cámara, o sencillamente puede esperarlo en su viaje de retorno a Norteamérica a comienzos de la primavera.

El Zunzún esmeralda alegra tanto calles y jardines como las más altas montañas de Cuba./ Foto: Delvis Toledo.

El tercero y más común es el Riccordia ricordii, conocido como Zunzún o Esmeralda cubano, también presente –pero en menor número– en tres de las islas del archipiélago vecino de las Bahamas. Este amiguito sí lo podemos hallar dondequiera, apareciendo de súbito frente a las personas con sus 11,5 cm y su característica cola bifurcada, desde el nivel del mar, jardines y bosques, hasta llegar a lo más alto en las crestas del Pico Cristal o Pico Turquino.

Las telarañas son sus grandes aliadas, puesto que de ellas recogen pequeños insectos que constituyen su dieta básica al igual que el néctar. Por tal razón no es raro verle con su plumaje iridiscente,  ataviado asimismo por despojos de los arácnidos; material que suele usar con frecuencia en la confección de los nidos.

Todo ello hace que estos tres pequeños acróbatas del aire estén implicados en  una de las mayores e importantes tareas que mantiene la vida a largo plazo en el planeta. Están ubicados en el ranking de los seres vivos que más contribuyen a la polinización de las plantas, si tenemos en consideración que pueden visitar entre 2 mil y 3 mil flores al día, consumiendo así dos veces su peso en alimento, del cual un 70 por ciento es néctar.

El Zunzún esmeralda alegra tanto calles y jardines como las más altas montañas de Cuba./ Foto: Delvis Toledo.

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Delvis Toledo De la Cruz

Licenciado en Letras por la Facultad de Humanidades de la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas en 2016.

2 Comentarios en “Nuestros galanes y necesarios liliputienses (+Fotos)

  • el 7 febrero, 2024 a las 3:37 pm
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    Según he leído, son las únicas aves conocidas que mantienen el vuelo sostenido. Además, pueden volar hacia los lados y hasta hacia atrás. Algo muy peculiar que los distingue. Gracias por tan bello artículo.

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    • el 7 febrero, 2024 a las 8:27 pm
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      Sin duda alguna son ellos una de las pequeñas-grandes maravillas de la naturaleza. Verlos ejecutar esas maniobras es de sumo placer.
      Gracias por comentar, Daymi.

      Respuesta

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