Una curiosa cavidad escondida en la montaña

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El periplo a través del camino oficial hasta el Pico San Juan –la elevación más prominente de Cienfuegos y de la región central de Cuba–, está plagado de bellas curiosidades.

Más allá de apreciar la cúpula blanca del radar meteorológico que corona la cima y un mar de vegetación diversa donde prolifera la fragante Hedychium coronarium alias Flor mariposa, existe también un elemento natural poco conocido por la mayoría de los visitantes.

Sucedió en uno de los últimos viajes del grupo excursionista La Viña por el “San Juan”, durante el cual los acompañó el compañero Guillermo, un veterano trabajador de la Reserva Ecológica homónima, quien tuvo la deferencia de llevar a los jóvenes hasta la entrada de una cueva llamada Juan González.

¿LA CUEVA DE LOS DOS ‘JUANES’?
Un amplio salón se abre en su interior.
Un amplio salón se abre en su interior.

Ubicada en la mitad izquierda del trayecto oficial hacia la montaña, el sitio puede clasificarse como un gran socavón, extraordinario en cualquier caso para quienes llegan hasta allí por primera vez.

El cielo está adornado por múltiples formaciones e irregularidades.
El cielo está adornado por múltiples formaciones e irregularidades.

Con una amplia entrada y un salón corto en longitud, pero enorme en altura, el cielo de la cavidad está adornado por las clásicas estalactitas que desde el suelo parecen inalcanzables, y al final del espacio, curiosamente, se levanta una estructura como si fuese una especie de paraninfo invertido.

En el suelo abundan las formaciones pétreas debido al escurrimiento de las aguas.
En el suelo abundan las formaciones pétreas debido al escurrimiento de las aguas.

Si se busca una explicación geológica para la existencia de aquel conjunto, todo indica que surgió producto del colapso de una pieza rocosa de colosales proporciones.

En el suelo abundan las formaciones pétreas debido al escurrimiento de las aguas.
En el suelo abundan las formaciones pétreas debido al escurrimiento de las aguas.

En el suelo –matizado con plantas pequeñas en constante pugna por acopiar la escasa luz solar que se cuela hasta el interior–, también se vieron restos óseos y egagrópilas expulsadas por las rapaces nocturnas.

La entrada está cubierta por una cortina de vegetación.
La entrada está cubierta por una cortina de vegetación.

A su vez, los exploradores distinguieron muchísimas formaciones calcáreas producto del escurrimiento dentro del lugar. En ello estuvieron entretenidos por varios minutos; en la “captura” de una de aquellas gotas de agua que no se dejaba aprisionar fácilmente por los lentes de las cámaras.

La entrada está cubierta por una cortina de vegetación.
La entrada está cubierta por una cortina de vegetación.
La escasa luz que se cuela dentro, crea bellos contrastes.
La escasa luz que se cuela dentro, crea bellos contrastes.

Pero tal vez el rasgo más interesante de todos sea la nomenclatura. Aún queda por saber a cuál Juan honra la cueva, pues hubo dos combatientes con igual apellido, vinculados a la lucha contra bandidos del municipio de Cumanayagua, justamente en la región donde está ubicado el Pico: Juan González Pereira y Juan González Suárez. En el caso del primero, resulta todavía más desconcertante que hasta el día de hoy sea desconocida su fecha de muerte, así como el lugar de inhumación.

La tropa llegó hasta la cima de la montaña.
La tropa llegó hasta la cima de la montaña.

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Delvis Toledo De la Cruz

Licenciado en Letras por la Facultad de Humanidades de la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas en 2016.

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