Guanahacabibes: una batalla contra la basura de origen marino en Cuba (+Fotos)
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Puede que varios lectores se pregunten: ¿Por qué ir tan lejos desde la región central de Cuba, a través de 400 kilómetros y sorteando no pocos obstáculos, hasta un sitio tan apartado de la geografía nacional? Es que, en este caso, para nada importa la distancia, sino hacer realidad el propósito que persigue el proyecto Costa Limpia, que, desde su puesta en marcha en 2018, ha dejado claro que el reciclaje y la protección del medio ambiente tienen que ser un tema priorizado a nivel de país.
Así lo ha manifestado su principal gestor, el Ing. Lázaro Márquez Govea, quien decidió insertarlo a la Red Mundial de Reservas de la Biosfera Insulares, con el fin de sumar adeptos y dinamizar los procesos de recogida de plástico y otros tipos de basura en el litoral sur del Parque Nacional Guanahacabibes (PNG), en la provincia de Pinar del Río, creado el 14 de diciembre de 2001; zona núcleo de la Reserva de la Biosfera homónima, que incluye un total de 39 mil 830 hectáreas (terrestres y marinas).
INVESTIGAR TAMBIÉN ES PROTEGER

Quienes de manera asidua asumen este tipo de tareas en el PNG han sido los colectivos de la Universidad de Pinar del Río y de La Habana, guiados por un grupo importante de investigadores, los cuales han concentrado sus esfuerzos en estudiar los comportamientos del cambio climático y su impacto en la zona, con vistas a la protección de las tortugas marinas (Chelonia mydas, Caretta caretta y Eretmochelys imbricata) que cada año arriban a las playas del PNG, evaluadas en distintas categorías (Vulnerable y En Peligro) por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
A su vez, resulta notorio el trabajo de las comunidades locales con el apoyo de la Empresa Agroforestal en materia de concienciación ambiental, más el voluntariado que llega desde otros territorios distantes, atraído por las prácticas ecológicas.
Otro de los socios que ha laborado con el proyecto, ha sido el Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos (CEAC), institución que en 2023 realizó un trabajo de campo y evaluó la presencia de microplásticos en la arena, un estudio de gran relevancia ya que este material afecta los procesos naturales, dígase el desove anual de las tortugas marinas y el desarrollo de la flora, con efectos negativos a corto y largo plazo sobre la biodiversidad. Dichas partículas, por ser tan pequeñas, resultan llamativas además para las 201 especies de peces registradas en el PNG y diferentes aves como los revuelvepiedras (Arenaria interpres), playeros blancos (Calidris alba), zarapico manchado (Actitis macularius), títeres playeros (Anarhynchus wilsonia), y otros, que buscan alimento en aguas someras y entre el sargazo que se acumula en la línea costera. En tal sentido, Julia Azanza Ricardo, investigadora de renombre del Instituto de Tecnologías y Ciencias Aplicadas de la Universidad de La Habana (UH), ha destacado el creciente influjo en el litoral del Sargassum fluitans, dificultando la recogida de la basura que queda atrapada en las dunas, que pueden sobrepasar los 1,5 metros de altura durante el período lluvioso. Este desmesurado aumento ha sido comprobado y estudiado allí sobre todo a partir del año 2015, debido al incremento de las temperaturas en los mares adyacentes y también a una cantidad excesiva de nutrientes asociada al flujo del río Amazonas.
EL PLÁSTICO QUE LLEGA Y NO SE VA

Entre 12 y 15 toneladas de plástico fueron recolectadas en los inicios del proyecto (en su mayoría no proveniente de Cuba) arrastrados hasta la franja de costa que va desde La Bajada hasta el Cabo de San Antonio, por las corrientes marinas del Golfo de México. En 2019, de acuerdo con los registros del archivo estadístico del Parque, cerca de siete toneladas fueron recogidas de conjunto con la Cooperativa no Agropecuaria (CNA) A3, de la provincia de Matanzas, un gremio que actualmente apuesta por el reciclaje y por la producción de materiales ecológicos para su comercialización.
No obstante, el reciclaje en el PNG presenta hoy día una gran problemática. Si bien han mostrado interés, colectivos laborales como el de las CNA A3 de Matanzas, y La Esperanza, de la provincia de Sancti Spíritus, dedicados al procesamiento del plástico, la lejanía ha sido el factor principal para que estos lazos no se fortalezcan, y otros semejantes se sumen a la iniciativa en las playas de la península.
A nivel mundial, todos los años se vierten más de ocho millones de toneladas de desechos a los océanos; el equivalente a un camión de basura vertido cada minuto en el mar.
CUATRO PROVINCIAS, UN MISMO OBJETIVO

Así pues, con la venia de Costa Limpia, insertado en el Plan de Manejo del Parque, que tributa al Programa Cubano de Tortugas Marinas (ProTortugas), un grupo de amigos y entusiastas de las provincias de Sancti Spíritus, Villa Clara, Cienfuegos y Pinar del Río, viajaron hasta allá en el mes de abril de 2025, con el fin de ejecutar un muestreo en una de las diez playas de la zona.
Fue El Holandés (ubicada en los 21°49’20.62’’N y 84°46’49.49’’W) la elegida para acometer dicha tarea de impacto, que han realizado en años anteriores (2022 y 2023). Seleccionaron para ello tres áreas con el objetivo de identificar sitios donde prevalece la acumulación de basura de origen oceánico, que pudiera interferir con el éxito del traslado de tortugas adultas y neonatos hacia el mar y de otros animales.
Se llevó a cabo la recolección manual en tres transeptos por área (1800 m²), y a su vez fueron tomados datos del inicio y final con las coordenadas de los mencionados transeptos.
Durante las jornadas de recogida, se pesó el material en cada segmento y se clasificó según la tipología (plástico, vidrio, metal…), posible función y el color, en el caso de los macroplásticos. Otros datos que fortalecieron el muestreo tuvieron que ver con la dirección e intensidad del viento y el oleaje, así como la fecha de la última recogida en la zona.

De un total de 6 mil 166 piezas detectadas, unas 6 mil 57 eran de plástico donde un porcentaje elevado no pudo definirse su función (2 mil 305), debido al desgaste que sufrieron, presuntamente a causa de la exposición prolongada al sol y al ambiente propio del mar.
Los objetos identificados en su mayoría eran de uso doméstico, sobre todo tapas, asociadas al sector alimenticio (2 mil 416). De igual manera, resaltaron los plásticos de un solo uso, de especial mención los cubiertos (138), sostenes de golosinas (113), absorbentes (31) y otras piezas que fueron debidamente clasificadas del ámbito de la higiene personal, calzado, accesorios de belleza, cepillos dentales, juguetes, lapiceros y objetos vinculados al sector de la salud.
Mención aparte tienen las cuerdas halladas (99 en total) por el peligro que representan para las tortugas adultas, sus crías y las aves que también pueden quedar atrapadas en ellas y morir.

Predominaron los objetos de color rojo, azul, verde, blanco y translúcidos, estos últimos, por ejemplo, pueden ser confundidos con alimentos del ecosistema marino y acumularse en los sistemas digestivos de las tortugas, propiciando ahogamiento, obstrucción y perforación intestinal. Fueron hallados igualmente objetos con biota asociada (animales invertebrados), ejemplos claros de que la basura marina modifica y proporciona nuevos hábitats para algunos organismos.
Hoy día se puede asegurar la trascendencia de las acciones impulsadas por Costa Limpia, sobre todo para que en los próximos meses el Programa Cubano de Tortugas Marinas y sus correspondientes monitoreos diurnos y nocturnos, hallen playas libres de plástico y la nueva generación de quelonios llegue sana a la península.

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