En tiempos difíciles, Frank Michel cultiva el arroz en Cienfuegos
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Hace unos días, junto a otros colegas, visitamos la finca La Perseverante, ubicada en los predios de Aguada de Pasajeros, el municipio más occidental de la provincia de Cienfuegos. En estas tierras, pertenecientes a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Sergio González, el agrónomo Frank Michel Becerra Miranda lleva más de dos décadas obteniendo semillas de arroz de alta calidad.
Aunque no es la primera vez que 5 de Septiembre entrevista a este destacado productor, siempre merece la pena volver a escribir sobre un cienfueguero que aplica técnicas innovadoras en este cultivo.
Gracias al proyecto Cuba-Vietnam, vinculado al desarrollo arrocero en la Mayor de las Antillas, ahora, Frank Michel tiene sembrado en sus 13,4 hectáreas dos variedades de semillas: Perla de Cuba e IA Cuba-25.

“Con este proyecto, junto a productores de otras cooperativas hemos recibido capacitaciones y realizado prácticas que nos permiten perfeccionar nuestro trabajo. Además, experimentamos diversidades asiáticas de ciclo extra corto que demandan bajos insumos y se han introducido en el país, donde ya observamos resultados positivos”, manifiesta el también afiliado desde hace más de una década al Instituto de Investigaciones de Granos.
“Los rendimientos han disminuido; el acceso a los recursos, en ocasiones, es inaccesible por la situación económica actual. Sin embargo, en la campaña de primavera logramos seis toneladas y en la de invierno unas ocho toneladas por hectárea”, añadió Frank.
Becerra Miranda explicó que entre las causas que dificultan la siembra del arroz incide “en primer lugar, la situación electroenergética que imposibilita el riego y por ende se ha dejado de cultivar muchas áreas. Asimismo, considero que el encarecimiento de insumos y la falta de conocimiento por parte de algunos productores que utilizan dosis excesivas de ciertos líquidos en momentos inadecuados, forman parte de las debilidades.

“El pago electrónico -opina quien mantiene vínculo con la Universidad de La Habana- nos trae problemas; cerca no existe ningún sitio para extraer dinero y por tal motivo hay que pagar a nuestros obreros en efectivo. Igual sucede con la compra de útiles necesarios para nuestras labores”.
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