Diversas historias de papel
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Muchos son los creadores que se han inspirado en la obra o en la vida del poeta, el héroe y Martí el hombre. El Teatro, como todas las artes, se ha visto tentada por la imponente figura de la historia, la política y la cultura cubana. En Cienfuegos, muestra de ellos han dado el Grupo Guiñol Cienfuegos llevando a la escena una adaptación del cuento Nené traviesa: una propuesta que merece ser revivida, para que no deje nunca de formar parte del repertorio activo de la agrupación.
También de lujo y sustentado en una investigación de los creadores hay que mencionar a Espantado de todo, un regalo que Teatro de La Fortaleza le hace a su público de la Ciudad Nuclear y al cienfueguero. Otros ejemplos de mérito podemos rememorar, pero nos gustaría concentrarnos en una de las últimas propuestas del colectivo Caña Brava: Historias de papel.
Es un texto del dramaturgo cienfueguero Rafael González Muñoz, llevado a la escena por Daily Morffi y defendido actoralmente por Esther Valladares. Una composición dramática que va más allá de los conflictos y las caracterizaciones y se sumerge en la diversidad de valores defendidos por nuestro Héroe Nacional en su libro La Edad de Oro. De este libro brotan los personajes, situaciones, emociones y sentimientos que la intérprete traslada hasta los infantes, público al que está dirigida la puesta. Toda una comunicación que se hilvana desde una joven maestra y su aula o desde el tierno encuentro de una niña con sus compañeros.
Apropiarse de la diversidad de contextos, circunstancias y pasajes que el libro propone, le permite al dramaturgo viajar en pentagrama de situaciones que revelan, desde la visión martiana, la formación humanista del hombre; así como la suma de valores que este debe portar para su desarrollo y satisfacción espiritual. Varias son las historias o cuentos que se recrean, lo cual permite el progreso del texto y alcanzar la mágica comunicación con los públicos. Todo un diálogo centrado en las sensaciones y estados emocionales que rebasan las barreras del oído o la vista, y permite la armónica administración de la atención de los espectadores por el ascenso de los episodios hasta alcanzar el clima de la representación.
El texto se apoya en las sutilezas de lo sugerido, de lo supuesto o de lo interpretado; y la propuesta de la directora va más a generar las atmósferas y recrear circunstancias que impactan en el estado anímico de los niños para entender y apropiarse de la acción martiana. Para cumplir con el objetivo de acercar a los menores a la obra del Maestro y tomando como referencia el tono trazado por el dramaturgo, se diseña una composición escénica que busca claridad y sencillez, hurgando en la precisión, y que investiga más en la expresividad de los detalles, distanciándose de las grandes acciones o las violentas y sobredimensionadas coreografías. El cuidado de armonía entre los bocadillos, la gestualidad, la expresividad y el diseño de movimiento es el logro más evidente de la propuesta.
A la frescura y la gracia de la actriz hay que sumarle el logro de una caracterización que no descansa únicamente en la incorporación de los rasgos de un personaje y que se mueve también en el manejo oportuno de los tonos y matices de locuciones cargadas de mensajes sutiles profundos y tiernos. Es la ternura lo que da tono a todo y lo que condiciona, desde el texto hasta la interpretación, obligando a la expositora a una limpieza certera y precisa de sus acciones.
Podemos afirmar que tanto el texto, la puesta y la actuación son los vehículos precisos para trasladar la atención de los infantes a la obra del maestro, que son los mediadores oportunos para participar en el pensamiento infantil desde los presupuestos martianos, que son una exhortación al conocimiento y un acercamiento a los principios y valores humanistas, que son un claro discurso de profundos mensajes enunciados desde la sutileza, y que son otro importante regalo que el colectivo teatro infantil Caña Brava hace su público cienfueguero.
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