Distraíd@ y Avispad@
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El dúo del distraído y el avispado es antiguo como la Humanidad. Siempre hubo un dios astuto que se valió de la credulidad o la inocencia de los demás dioses y mortales para perpetrar sus bromas transgresoras: Loki, Hermes, el Rey Mono, entre otros.
En la literatura abundan estos dúos: Esaú y Jacob, Quijote y Sancho, y todos los protagónicos de la novela picaresca y sus necesarias contrapartes. Los ejemplos se multiplican en la narrativa y el cine del siglo 20 y lo que va del 21.
Es obvio que tal tesoro, que genera infinitas situaciones dramáticas, no es ignorado por la mayoría de los actuales guionistas de comedias criminales.
Macleany Cohen
En su nueva entrega The Instigators, Maclean se apega a la tradición: Rory (Matt Damon), el ex soldado sesentón, algo deprimido y desmemoriado, hace un gracioso contraste con su colega de atraco: Cobby (Casey Affleck), un ex convicto astuto y cínico que no para de burlarse de los roles sociales que representan los demás personajes; y quien intenta, entre sobresalto y sobresalto de accionar criminal, que su compañero se emocione o se ría con/de algo.
Por su parte, el celebrado Ethan Coen, en su estrenada comedia negra Drive-Away Dolls, nos propone un dúo no menos simpático: dos jóvenes lesbianas, Marian y Jamie, la primera muy tímida y la otra bien desenvuelta (por no decir libertina).
El contenido del maletín por el que son perseguidas sin descanso por una pareja de matones (otro dúo especial), es tan absurdamente gracioso, que solo al genio loco de Coen se le ocurriría una idea tan desternillante, con la consecuente entrada de distintos personajes y situaciones estrambóticos.
En su guión, Maclean se mantiene comedido para no exagerar demasiado los caracteres, robando al espectador una sonrisa cómplice aquí y otra allá; secuenciando escenas que funcionan como fuego graneado hacia el público.
Coen, en cambio, no repara en acudir a la hipérbole caricaturesca,como suele hacer en sus obras. La novia policía de Jamie, el jefe de los matones, el dueño de los autos de alquiler, despliegan tantas singularidades conductuales, que no te da tiempo a reflexionar sobre ellas, antes de que te asalte la hilaridad debido a lo absurdo de los diálogos y las relaciones cómicamente inverosímiles entre los personajes, dada la situación dramática.
No satisfecho con ello, el también director del filme, espolvorea con plata de luna toda la trama: la sensualidad del erotismo lésbico y sin límites que define a Jamie, (personaje enriquecido por la aclamada estrella Margaret Qualley), crea no pocos momentos vergonzantes a su reprimida amiga Marian (Geraldine Viswanathan).
Al combinar esta faceta con el conflicto delictivo y la fuga por carretera, Coen no da tregua a los espectadores que disfrutamos del humor inteligente y oscuro, propio de este cineasta.
Si Cervantes y Prattchet reencarnaran, comprobarían que su legado picaresco, referente al universal dueto Distraído y Avispado, está vivito y mejorando.
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