Alboroto al mediodía

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La cría y entrenamiento de palomas constituye todo un arte y se denomina colombofilia o colombicultura. La convivencia de estas aves con el ser humano acontece desde épocas inmemoriales. Por ello, el fomento de eventos competitivos para arbitrar cuáles son más veloces e infatigables en el afán de volver a casa, sigue deslumbrando a muchos incondicionales, por lo general jóvenes.

Al mediodía, en una de las tantas esquinas de esta ciudad, presencié un hecho que solo puedo tildar de bochornoso. Una veintena de individuos discutían y vociferaban acerca de las cualidades de sus palomas, causando una verdadera algarabía. Las palabras subían de nivel, engalanadas con obscenidades a repetición, los transeúntes rehuían el paso ante la ordinariez que, a mi parecer, lindaba en el desorden público.

Para empañar más el espectáculo surgieron apuestas verbales, los “miles de pesos” estaban más disponibles que en un cajero automático. Me pregunté: ¿Acaso alguno de estos gritones conoce la verdadera esencia de esta respetable disciplina deportiva?

La Federación Colombófila de Cuba (FCC), distribuida en 14 delegaciones provinciales, dirige su labor a la participación activa de sus miembros en diferentes labores socioeducativas, la celebración de eventos, y en primer orden, el cuidado de los ejemplares, parte indisoluble de nuestra historia y cultura identitaria como nación. Sus asociados no deben incitar, secundar, encubrir ni promover trasiegos monetarios que zigzaguean con la ilegalidad. Desconozco si algunos de los participantes en la batahola de referencia es miembro activo de la FCC.

Más allá de su atractivo para ambientación de parques infantiles y plazas, las palomas entrenadas como mensajeras son una reserva estratégica para garantizar las comunicaciones ante el azote de fenómenos meteorológicos, operaciones de salvamento, intercambio de muestras entre centros médicos y de documentos en operaciones militares. Es relativamente fácil, con solo revisar con la mirada las azoteas de viviendas o edificios, encontrar palomares para el adiestramiento de estos especímenes alados, sea un pasatiempo o una verdadera pasión. Sobre el afecto que inspiran estas bellas aves basta tener presente que una paloma blanca con una hoja de laurel en el pico es el símbolo universal de la paz.

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Frank Losa Aguila

MSc. en Estudios Sociales de Ciencia y Tecnología.

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