Thiago, el niño que los médicos de Cienfuegos salvaron de las tinieblas

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La vida tiene sus penumbras, y a Thiago, un niño de cuatro años, el destino lo lanzó a ese precipicio muy temprano, mientras jugaba en la casa, y soñaba, ¿quién sabe?, con ser pelotero, maestro, doctor, o escribir una crónica tan hermosa como la que papá trajo al periódico para contarnos de él, y decirnos que estaba vivo, y había vencido a la muerte; y confesarnos que su alma volvía a recomponerse después de rota.

Todo ocurrió demasiado rápido, en cuestión de horas. El pequeño, alegre y activo, se deshizo en fiebres, vómitos y diarreas, hasta deshidratarse sobre una camilla en el Hospital Pediátrico Paquito González Cueto, de la ciudad de Cienfuegos, a donde llegó remitido del municipio de Rodas, de allá de Pueblo Nuevo, donde las oraciones y ruegos no cesarían en los días siguientes.

Alexander y Yamilet, los padres del niño, contaron de cuando lo vieron casi moribundo. “Yo le decía: ¡Thiago, Thiago!, y miraba como si estuviera perdido, más blanco que un papel, y fue ahí que los enfermeros y médicos se mandaron a correr y lo ingresaron en la Unidad de Cuidados Intensivos. Le pusieron sueros, mejoró, pero luego, en la medida en que transcurría la noche, comenzó a empeorar otra vez, y para atrás de nuevo, hasta caer en estado crítico”, relató el papá.

Aquellas fueron la noche y madrugada más oscuras en el devenir de este matrimonio. Alexander dice que a ambos lo sacaban de la sala, en repetidas ocasiones, para realizarle procederes a su hijo, y cada vez que eso pasaba, él sentía que Thiago había muerto. En sus ojos, la huella de ese dolor es tangible, y acaso nunca pueda borrarse.

Thiago, el niño salvado, y la enfermera Maikenia./Foto: Cortesía para 5 de Septiembre del padre del niño
GRATITUD POR LA VIDA

Una bacteria en el estómago colocó al pequeño a punto del último suspiro. Llegó a provocarle un choque séptico, pero de esto Alexander y Yamilet supieron después de superado el fuego del combate al cual sobrevivieron. “Él siempre ―narra el padre― padeció de problemas estomacales, estaba pendiente a una endoscopía y a una biopsia, que no habían podido hacerle por falta de insumos médicos. Y, aun así, jugaba y se divertía como cualquier otro muchacho. Por eso, verlo agravarse en instantes resultó un golpe duro”.

Las palabras traslucen esa angustia, aunque nunca en la magnitud que ellos la vivieron. Durante más de dos semanas de ingreso en el Pediátrico, Thiago fue sometido a un fuerte tratamiento con antibióticos en vena, de última generación en el país, con los cuales los galenos lograron salvarle la vida. Sin embargo, Alexander sostiene que solo cuando uno atraviesa por un problema así, con un hijo al borde de la muerte, entiende la realidad del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.

“Uno está allí, ve, oye, y observas que tienen escasez de recursos, equipos en la propia Unidad de Cuidados Intensivos que necesitan renovarse, y no existe manera de justificar tan cruel política cuando hablamos de niños, de seres que comienzan a vivir. ¡No es fácil perder a uno por falta de medicinas, o porque un aparato no quiera funcionar!”, afirmó.

Doctora Anaelys y la enfermera Ibis, junto a Thiago./Foto: Cortesía para 5 de Septiembre del padre del niño

Tales razones alimentan la gratitud de Alexander y Yamilet hacia los directivos, especialistas, enfermeros y personal de limpieza del “Paquito González Cueto”, pese a las manchas que en ocasiones nublaron los días. También, por supuesto, a los amigos, vecinos, y a Dios, por corresponder a las plegarias y a la fe en la cual se refugiaron cuando la esperanza hizo añicos.

Hoy Thiago todavía está a la espera de un diagnóstico exacto sobre su enfermedad. Para eso volverá a ingresar en poco tiempo, y el mayor anhelo de sus padres es que sea rápido, y todo pase. Como las nubes en el cielo, y el sol que ilumina las mañanas y despide las tardes, y la luna y las estrellas dueñas de las noches, y la vida de un niño entre juegos y sueños, acorralada por las tinieblas.

Alexander, Yamilet y Thiago./Foto: Cortesía para 5 de Septiembre del padre del niño

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Roberto Alfonso Lara

Licenciado en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación.

2 Comentarios en “Thiago, el niño que los médicos de Cienfuegos salvaron de las tinieblas

  • el 3 julio, 2022 a las 5:01 pm
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    Muchas felicidades para los médicos y enfermeros que dieron lo mejor de ellos y bendiciones para el niño y su familia

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  • el 3 julio, 2022 a las 9:17 am
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    Una historia con final feliz, qué bueno que tenemos ese Hospital Pediátrico, que no es cliché, una institución en la que el compromiso con la vida y la salud de nuestros niños es muy, pero que muy grande. Qué lindo Thiago, qué agradecidos sus padres, gracias Robe por compartir

    Respuesta

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