Pinceladas de Montevideo: La Rambla, un ícono de la ciudad
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Para la inmensa mayoría de los montevideanos resulta prácticamente imposible pensar en la capital de la República Oriental del Uruguay sin su Rambla, y viceversa. Tal aseveración está fundamentada en que este es el lugar, por excelencia, de encuentro social para actividades recreativas, caminar, correr, patinar, andar en bicicleta o simplemente tomar mate entre amigos o en familia.

Los ríos, dicen acá, tienen un significado multifacético para los uruguayos por constituir un recurso vital para el abastecimiento de agua y energía, al tiempo de erigirse como el espacio fundamental de socialización y el disfrute pleno. Esas corrientes fluviales se han convertido en elemento de identidad nacional debido a su papel histórico y económico en el desarrollo del país austral.
Por supuesto, el Río de la Plata, considerado uno de los mayores estuarios del mundo, deviene símbolo de este país como fuente de belleza, hábitats para la biodiversidad, y un potencial hidráulico esencial en el fomento de la agricultura y la industria, además de constituir el medio acuático fundamental destinado a la navegación comercial y el transporte naviero de pasajeros.

Entonces, existen razones suficientes para justipreciar la Rambla de Montevideo, y a todas las bondades que entraña. Para la ingeniera agrónoma Alejandra Filgueira este espacio le resulta la conexión directa con la naturaleza, un criterio compartido por su esposo y colega profesional, José Gándara.
Siempre que tienen la oportunidad Fiorella Lanzzeri y Javie Viera se dan una vueltecita por la Rambla. Si bien la joven pareja no es nativa de la urbe, sí han encontrado en este sitio los motivos de remembranza y encontrarse con los recuerdos, “paladear” entre ambos el gusto a la añoranza cuando años atrás disfrutaban las caricias y besos de enamorados, justo a orillas del Río Negro, muy cerca de Paso de Toros, donde vivían entonces.

La Rambla de Montevideo recorre el litoral del “Plata” a lo largo de 22,2 kilómetros, desde la escollera Sarandí (espigón sur del puerto) hasta el arroyo Carrasco, al tiempo de ser considerada la avenida y paseos peatonales, con estas características, más largo del mundo. En su extenso recorrido abarca siete tramos con nombres distintos (Sur, Wilson, Pocitos (Rambla Gandhi y República del Perú), Buceo, Malvín, Punta Gorda y Carrasco) y pasa por varias playas populares como las de Pocitos, Ramírez y Buceo.
Tanto la constante circulación vehicular por la amplia avenida como los grupos de transeúntes, locales y foráneos, te los puedes encontrar a cualquier hora del día, incluso esa afluencia de público es frecuente hasta altas horas de la noche y la madrugada.

Y es natural que así sea, como quiera que la Rambla se ha convertido en un lugar muy concurrido para hacer deporte (ciclismo, running, skate, voli, futbol), pasear, tomar sol, zambullirse en el agua, pescar, disfrutar de las vistas, o simplemente concertar encuentros entre familiares o amigos a la vera del río y no pocas parejas han tenido sus primeras citas amorosas en este lugar.



Para quienes prefieren recorrer a pie los paseos tienen la oportunidad de encontrarse con sitios de interés a lo largo de la arteria, ya sean establecimientos gastronómicos, o tal vez te inclines por visitar el Hotel Casino Carrasco, el Faro de Punta Carretas o la sede de Mercosur. Además de edificios de diversos diseños arquitectónicos, también puedes apreciar monumentos a Amado Nervo, Gabriela Mistral, el Mahatma Gandhi o el Confucio del parque Rodó, entre otras personalidades famosas.

Puede que una de las peculiaridades más sobresaliente de las personas que habitualmente concurren a este espacio citadino sea la composición etaria. Te encuentras en el camino desde pequeños infantes en sus coches de bebé, hasta ancianos muy mayores auxiliados por bastones o sillas de ruedas.
Mientras, los paseos peatonales son aprovechados por los más jóvenes – aunque no faltan adultos mayores- para correr, sobre todo en jornadas matutinas y vespertina a la caída del sol. De igual modo se mantienen concurridas las instalaciones para la práctica de deportes de playa, parques infantiles y los equipos y aparatos de gimnasios biosaludables al aire libre.

Los apuntes históricos dan cuenta de que la construcción de la Rambla inició en 1906 con el tramo del Parque Urbano. Si bien el proyecto se detuvo temporalmente poco después luego vendrían otros proyectos para darle continuidad, en 1928, con la Rambla Sur, hasta inaugurarse de manera oficial el primer tramo en 1935. Las labores constructivas de otras etapas continuaron hasta 1952.
Sobre el nombre Uruguay existen varias teorías desde el punto de vista semántico. Una de ellas se refiere a río de los pájaros, que se basa en la interpretación de la combinación entre las palabras guaraní uro (pájaro) y guay (río o agua). Otra variante es río de los caracoles y esta tesis propone que la denominación pudiera derivar del guaraní urugua (caracol) y (río o agua). En tanto, el naturalista Félix de Azara sostiene que urú se refería a un ave (la codorniz urú), lo que significaría ave en el país del urú.
Sea cual fuere la acepción correcta, lo que si no existe la menor duda es el simbolismo que entrañan los ríos para los uruguayos en general y el de la Plata para los montevideanos en particular, porque la vida, el destino y la naturaleza lo premiaron con su Rambla, con su litoral costanero de playas de fina y blanca arena puestas a su disposición todo el año, además de una impresionante infraestructura construida por la mano del hombre.

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