Modo BRICS+
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La generación nativo digital, de preferencia, es proclive a traspolar vocablos tecnológicos para calificar sus actividades, sentimientos y estados anímicos. En correspondencia, no asombra escuchar expresiones como: modo relax, modo apagón, modo verano y otras por el estilo. Estar y mantenerse informados, activos, conectados en modo BRICS+ resulta imprescindible hoy para cada habitante de la Mayor de las Antillas.
Como réplica a la influencia de las potencias occidentales en los organismos internacionales surge en 2009 la asociación BRICS, acrónimo de los países que la componían originalmente: Brasil, Rusia, India, China. La incorporación de Sudáfrica al bloque posibilitó establecer una representación significativa en el complejo panorama mundial. Este grupo de naciones desarrolladas mantiene como premisa la dinamización económica con independencia de la diversidad cultural.
Reconocido como una plataforma multilateral, cooperación, consenso y subvención el BRICS+ se ha establecido además como foro político económico distintivo de los países emergentes. La inclusión de estos actores —en sí mismos potencias regionales de América Latina, Asia y África con capacidades tecnológicas y de infraestructura semejantes— propicia el afianzamiento de objetivos comunes, factor determinante en la estructura de este sistema que concentra las dos terceras partes de la población mundial.
Cada año, de forma rotativa, un país miembro diferente ejerce la presidencia, responsabilizado con el encargo de organizar la cumbre anual. Entre sus aciertos destaca el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), una institución —contrapuesta al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial— comprometida con el sur global, en palabras de Dilma Rousseff, su presidenta. Una nueva moneda, sustentada con reservas de los capitales respectivos, se erige como alternativa viable para confraternizar las relaciones comerciales y abolir el dólar como elemento de canje absoluto. Brics Pay, una plataforma de pago autónoma y descentralizada, aún en perfeccionamiento, acredita erigirse como vía expedita para las transacciones en monedas locales.
La supremacía de Estados Unidos y la Unión Europea, gracias a su prevalencia económica militar, se inestabiliza ante la presencia de liderazgo del BRICS+, un símbolo objetivo de la deconstrucción del orden mundial imperante en las últimas décadas. “…los principios básicos del grupo son la consideración de los intereses de cada miembro y la confianza en la democracia”, expresó Vladímir Putin, presidente de la Federación de Rusia y pro tempore del bloque en cuestión.
Durante la XVI Cumbre del BRICS, celebrada recientemente en Kazán, aumentó la membresía, al ingresar trece países en calidad de socios: Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kasajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam.
Es innegable el hecho de acceder y desarrollar nuevas tecnologías, iniciar o mejorar la productividad en ámbitos imprescindibles como las energías renovables, inteligencia artificial, nanotecnología y otra gama amplia de posibilidades surgen interrogantes a responder en corto y mediano plazo.
Confianza, mutualidad y correspondencia son actitudes a asumir para estar en modo BRICS+. Las insuficiencias propias de cada nación pueden ser solventadas con negociaciones respetuosas basadas en el diálogo, sin subordinación ni intromisiones de los promoventes de una dinámica política unipolar. Es imposible quedarse al margen de los acontecimientos.
Un nuevo orden mundial es ya una realidad incuestionable.
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