Magnifico aliado de la salud renal: diente de león
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Según estudios científico sobre medicina, los riñones regulan el equilibrio hídrico, filtran desechos metabólicos y mantienen la presión arterial. Cuando estas funciones se ven comprometidas por infecciones, cálculos renales u otras patologías, la calidad de vida del que lo sufre disminuye.
Sin embargo, por suerte, para todas las afecciones puntuales que no deriven en un problema renal mayor, existen algunos remedios naturales que han sido reconocidos como diuréticos naturales que ayudan a depurar el sistema urinario, y uno de esos recursos prodigiosos a la mano es el popularmente conocido por diente de león.
Remedios de abuelos
El diente de león, taraxacum officinale por su nombre científico, es una hierba medicinal las mal llamadas “malezas”. Independientemente de su vibrante color amarillo y sus grandes beneficios, este regalo de la naturaleza esconde su prodigio y pasa prácticamente inadvertido en jardines o praderas por su abundancia y apariencia común.
Empero, esta planta posee destacadas propiedades curativas, profilácticas y terapéuticas gracias a su alto poder diurético y depurativo, debido al elevado contenido de agua, o la reducción del estreñimiento y crecimiento de la microbiota intestinal.

En un artículo publicado en el sitio web heraldo.es se precisa que el extracto acuoso de hojas de la planta incrementa significativamente la frecuencia y volumen de la micción en pacientes sanos, sin alterar los niveles de electrolitos séricos, lo cual sugiere una acción diurética suave y segura.
Además, es antiinflamatorio, antioxidante como polifenoles, carotenoides y flavonoides lo cual ayuda a la prevención de enfermedades ya que estos nos protegen frente a radicales libres. Contiene inulina en su raíz, un prebiótico que contribuye al crecimiento de la flora intestinal.
Por otra parte, la flor y raíz del vegetal constituyen una fuente rica en vitaminas A, C, K, complejo B y en minerales como hierro, potasio, calcio y magnesio. También se usa como aditivo en comidas por su sabor algo amargo y dulce en hojas tiernas.
En cuanto a las vitaminas, la A y la C protegen la piel, esta última con la estimulación de producción de colágeno mientras que la vit K ayuda con la coagulación de la sangre y la fabricación de huesos y tejidos sanos. El complejo B, en tanto, participa en la producción de glóbulos rojos y ayuda en la salud neuronal.
Los minerales, como se sabe, brindan un significativo aporte al funcionamiento y estabilidad del organismo humano. El magnesio, por ejemplo, participa en la contracción muscular y la regulación del sistema nervioso. El potasio contribuye en el correcto desempeño del riñón, el mantenimiento del ritmo cardíaco y también en la contracción muscular. El calcio favorece la fortificación de los huesos y dientes. Finalmente, el hierro interviene en la formación de la hemoglobina (proteína presente en glóbulos rojos).
El diente de león puede tomarse en tisana, extracto fluido (gotas) o cápsulas de polvo o de extracto seco, ya sea de las hojas, la raíz, o una mezcla de ambas. Generalmente, si se trata de la raíz la dosis es la equivalente a 3-5 g, hasta tres veces al día. Si fueran las hojas, el equivalente a 4 a 10 g, hasta tres veces al día, mientras la mezcla de raíz y hojas 3,5 – 7,5 g, hasta tres veces al día.
La Agencia de registros del Ministerio de Sanidad Alemán (Standardzulassung) recomienda para la mezcla de raíz y hojas llevar a ebullición 1-2 cucharaditas en unos 150 ml de agua, retirar del fuego y dejar reposar 15 minutos, luego filtrar y edulcorar al gusto. En cuanto a la dosis de la tisana así preparada indica que, salvo otra prescripción, se puede tomar una taza de infusión recién preparada por la mañana y otra por la noche.
El diente de león no debe utilizarse nunca en caso de problemas biliares sin la supervisión de un médico y está contraindicado en caso de obstrucción de las vías biliares. Debido a que contiene sustancias amargas, la planta estimula la producción de jugo gástrico, por lo que a ciertas personas puede causarles molestias gástricas e hiperacidez.
Para evitar este problema se puede añadir a la mezcla para infusión alguna planta con mucílagos como el malvavisco, y en el caso de tomar un preparado líquido, las gotas pueden añadirse a una infusión de malva o malvavisco.
El nombre de diente de león con el que popularmente se conoce en casi todos los idiomas se debe a la forma de sus hojas recortadas, parecida a los incisivos agudos y curvos. Sin embargo, otros nombres con los que también se conoce hacen referencia a sus propiedades. Así, el castellano taraxacón o el italiano tarassaco vienen de su nombre en latín Taraxacum que quiere decir “remover” y hace alusión a sus propiedades suavemente laxantes.
En francés se conoce como pis-en-lit, en alusión a sus efectos diuréticos, ya que las hojas tiernas de la hierba son comestibles y muy agradables en ensalada.
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