Las voluntades de los dioses y las separaciones fratricidas (Cientástikas 1. Florentinas 1)
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En la historia de la Humanidad y de la Literatura existen muchos cuentos sobre rivalidad entre parientes. Dentro de los más conmocionantes se encuentran aquellos que narran los asesinatos cometidos contra un hermano: fratricidio.
El muy querido historiador y poeta cienfueguero Florentino Morales escribió un romance de corte legendario sobre este tema, titulado indistintamente ‘El fantasma de Canarreo’ o ‘El castigo de Itabo’, que forma parte de su Romancero de Jagua (Ediciones Mecenas, 2009). Lo humano, lo fantástico y lo divino se entreveran en el singular relato.
Orígenes de mitos y transformaciones mentales: El fantasma de Itabo, Caín y Swarm-hijo
Recuerdo otras dos narraciones donde la Divinidad participa directa o indirectamente en este tipo de acto terrible. La muy conocida historia bíblica de Abel y Caín, y ‘Los poseídos’, del célebre Arthur Clarke. En esta, el autor de ‘La Odisea del espacio’ refiere las andanzas intergalácticas de una Inteligencia nebulosa (Swarm) cuyo planeta de origen feneció y va en busca de otro donde apoderarse de las mentes de sus habitantes y moldearlas a su voluntad. Al ser de carácter inmaterial (o al menos de una sutil materia), Swarm decide dividirse en dos partes gemelas: Swarm-Padre va en busca de otros sitios más favorables dentro del universo mientras Swarm-Hijo se queda en la recién descubierta Tierra, a la espera de que surja una especie inteligente. Pactan reencontrarse en un valle, lo cual nunca sucede y el gemelo terrestre va difuminándose en una suerte de amnesia suicida que afecta a los lemmings.
De esta manera Clarke da origen mítico a un fenómeno extraño (e inexplicable) de la naturaleza: el suicidio en masa de los roedores conocidos como lemmings. La angustia de un hermano por la total ausencia de su gemelo deriva en una suerte de ex-machina divina que afecta a criaturas mortales.
De semejante manera el relato de Florentino “explica” la crisis de conciencia del Padre Las Casas debida a la historia contada por el fantasma del fratricida Itabo. El origen mítico de la mutación psicológica operada en tan reconocida personalidad histórica pudiera contarse como uno de los grandes hallazgos imaginativos de la literatura fantástica escrita en Hispanoamérica.
Dice al respecto la investigadora Aida E. Peñarroche:
“Históricamente se ha atribuido la conversión de Las Casas al horror y rechazo de su conciencia ante los desmanes y abusos que sus compatriotas los colonizadores españoles cometían contra los pobladores aborígenes. Florentino Morales en su relato le da un giro de 360 grados a esta tradición […] describiendo cómo el espanto ante el pecado del cacique es el que lleva al español a una crisis de conciencia que propicia su regeneración moral y su posterior lucha por la redención de los aborígenes americanos.”
En el relato del Génesis, la marca que Yahvé impone a Caín para evitar que otros hombres le mataran es símbolo de impunidad y protección divina que se transmite a los descendientes. Ha creado no pocas polémicas de índole religiosa y política durante diversos siglos, y modificado ideologías.
Las diferentes voluntades de los dioses
Swarm-Hijo se debilita como numen y ocasiona, en su afán por el reencuentro, el suicidio grupal de los lemmings. En cambio, los dioses indocubanos castigan la ambición de Itabo obligándole a vagar como alma en pena y relatar a todos su historia de envidia, traición y asesinato.
Tal vez quiso Florentino, a causa de su sensibilidad cristiana, impartir justicia desde su voluntad ficcional como creador, posiblemente inspirado en la cuarta Bienaventuranza. Afirma el Hijo de Dios: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados” Mt 5.6
Dios Padre, por el contrario, aunque condenó a Caín al hambre y el vagabundeo, le perdonó la vida; e incluso, le impuso una marca para evitar que le mataran, afirmando: “Quien mate a Caín, será castigado siete veces” Gn 4.15
Impunidad de asesino de la que se enorgullecía Lamec, descendiente del primer fratricida, al jactarse de sus propios homicidios.
El suicidio masivo de quienes no soportan la angustia de un dios; la justicia redistributiva desde el Más Allá, y la impunidad del asesino, son tres actitudes divergentes que muestran las divinidades en tres historias que comparten tan escalofriante asunto, lleno de envidia y salpicado de sangre.
Ya en el ámbito formal, el romance fantástico “El castigo de Itabo”, resalta el poder lírico y narrativo del “poeta-historiador o historiador-poeta” que fue Florentino Morales; así como la imaginación sociológica que podemos apreciar en varias de sus obras, relativa al pasado de Cienfuegos.
Al decir de la también prologuista de la obra citada:
Florentino no solo defiende la ciudad, sino que además la acuna y la besa. Se recrea en su sortilegio y canta su tiempo mítico, aquel que trasciende la historia, que guarda el aroma balsámico de las cosas recién nacidas, besadas por los ángeles”.
*Narrador y crítico. Premio Alejo Carpentier de Novela.
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Agradezco mucho al autor de esta original aproximación a la poesía épica de nuestro querido y recordado Florentino Morales. También agradezco las citas que hace de mí humilde prólogo. Su atención es una prueba del verdadero valor de la obra poética de Florentino Morales. De nuevo, muchas gracias.