Las raíces tecnológicas de la modernidad en Cienfuegos

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En apenas unos días la Perla del Sur, ciudad que muchos amamos y aún habitamos, cumplirá su aniversario 206. Valdría la pena, según me parece, tornar la vista al pasado, donde descansan nuestras raíces para, según Eduardo Galeano, “por lo que fue y contra lo que fue” anunciar lo que será. La historia de Cienfuegos no es la historia de un rincón aislado del Caribe. Antes bien, la ciudad, su región y la isla misma son el resultado de complejas interacciones y trasformaciones económicas, políticas y culturales que una y otra vez modelaron y reconfiguraron a los pueblos y culturas de este lado del Atlántico.

Es, en efecto, una historia llena de modernidad, que en nuestro caso significa también colonialidad: eso nos distingue y hermana con otras islas y enclaves de este hemisferio. En esta ocasión recorramos del modo más breve posible el modo en que las innovaciones tecnológicas contribuyeron a transformar no solo la esfera productiva sino también el resto de los ámbitos del acontecer regional durante las décadas finales del XIX y los primeros lustros del XX. Dejemos que el pasado nos hable.

La industria azucarera y el ferrocarril, pilares de la modernización en la sociedad regional cienfueguera.

Durante las primeras décadas del siglo XIX la vida en el “Nuevo Mundo” —bautizado así por los europeos— se modernizaba bajo el influjo de las importantes trasformaciones, generadas desde las sociedades euroccidentales, como resultado de su centralidad en el sistema-mundo. Para entonces, con la influencia de la Ilustración, la circulación de mercancías, conocimientos científicos, saberes prácticos, máquinas, técnicas, valores e ideas, otorgaron una nueva dinámica tanto a los nexos entre lo rural y lo urbano como a las conexiones entre lo global, lo regional y lo local[1].

En este panorama ilustrado, modernizador y colonial se concibió y fundó en el centro−sur cubano, durante 1819, la colonia Fernandina de Jagua, luego rebautizada como villa de Cienfuegos y consolidada hacia la década de 1860 como cabecera de una pujante región.

Erigida sobre la actividad de la plantación azucarera y el trabajo de africanos esclavizados, su favorable situación geográfica, excelentes condiciones de su puerto natural y fértiles tierras, unida a la acumulación de capitales de origen diverso, favorecieron un vertiginoso crecimiento que hacia las últimas décadas de la centuria se expresó y extendió a todos los ámbitos de la vida en la comarca.

(Izquierda) Cartel en la prensa de la época anunciando la ruta Nueva York-Habana-Cienfuegos- Santiago.(Derecha) El Vapor “Purísima Concepción”, buque insignia de la empresa Menéndez y Co. (Fuente: Padrón Acosta J.L. 2022)

Desde entonces y hasta bien entrado el siglo XX, la burguesía comercial polivalente se afianzó como el sector más dinámico y poderoso de la vida regional. Bajo los intereses de estos, con sus capitales y a su ritmo, avanzaría el proceso de modernización en la región centro-sureña, siempre en íntima interdependencia con el desarrollo de la actividad agroindustrial azucarera. Progresivamente, pero con celeridad, el puerto cienfueguero se convirtió en el agente primigenio de la región para la entrada de los flujos modernizadores, en la misma medida en que aumentaba la exportación del dulce y sus derivados. Así, la rada acentuaba su condición de frontera geográfica y cultural, punto de partida y de llegada, de intersección de rutas comerciales y como zona de confluencia de ideas, valores y tecnologías foráneas.

En los años siguientes, los procesos de transferencia tecnológica serían facilitados por los beneficios de la propia actividad comercial exportadora e importadora, y a ella servirían en primer lugar. La infraestructura tecnológica extenderá y diversificará su capacidad modernizadora, de modo que no solo contribuirá al esplendor económico-comercial regional, sino que también modificará de una u otra manera el resto de los ámbitos, incluida la vida cultural que comenzará a experimentar la ciudad y su región a partir del permanente contacto con las realizaciones de la modernidad capitalista.

La navegación a vapor en Cienfuegos, estuvo presente desde la década de 1840 y se consolidó en la región a partir de 1866 con la empresa Menéndez y Compañía Este sistema tecnológico devino un importante agente modernizador de la sociedad regional. No debe asombrar, por lo tanto, que ya desde 1875 se estableciera una línea regular directa de vapores bajo el monopolio de la Ward Line que enlazaba a Cienfuegos con el puerto de Nueva York donde confluían buena parte de las exportaciones cubanas.[2] El barco a vapor se erigió, aún en mayor medida que el puerto mismo, en espacio de frontera donde interactuaban activos tangibles e intangibles; materiales o espirituales: personas, mercancías, maquinarias, mensajes, ideas, enfermedades, o valores. Más allá de la importante contribución realizada tanto a la dinámica económico-comercial como a la consolidación de la actividad político-militar, sus efectos modernizadores se extendieron al ámbito de la vida cotidiana, el ocio, la urbanización y la diferenciación social.

Sin embargo, por su potencial transformador el hito modernizador más importante, durante la primera mitad de la centuria había sido el ferrocarril. La región centro-sureña no quedó demasiado tiempo a la zaga: la línea Cienfuegos-Villa Clara, completada entre 1851 y 1860, impulsó el crecimiento azucarero al facilitar el transporte rápido de productos hacia el puerto. Este avance transformó la economía, la sociedad y la cultura de la región cienfueguera, promoviendo la urbanización y el intercambio cultural. El camino de hierro también fomentó la diversidad étnico- cultural y realizó una importante contribución a la formación de una identidad regional y nacional. Permitió no solo la comunicación y expansión hacia nuevos territorios, también el surgimiento de nuevos asentamientos, erigidos en auténticos “pueblos del ferrocarril” como Palmira o Las Cruces.

La telefonía presente en la dinámica citadina y regional. (Izquierda) Firma mercantil y bancaria Vital y Ferrer (Derecha) José Manuel Galdós, administrador de la Aduana.

Con el avance del ferrocarril y el incremento de la actividad comercial en la ciudad las vías férreas se extendieron hacia el puerto. Como enclave azucarero en expansión, Cienfuegos fortaleció y refuncionalizó su sistema logístico de modo tal que se redujesen los costes y tiempos de traslado de las mercancías en ambas direcciones entre el muelle y la fábrica. Aunque el puerto constituía desde mucho antes, una pieza clave en el crecimiento regional, la sinergia con el camino de hierro y el fomento de instalaciones destinadas al almacenamiento de productos le impregnó una intensidad sin precedentes a su actividad. Las casas comerciales radicadas en el puerto estaban debidamente equipadas y empleaban una infraestructura similar a las que funcionaban en las principales radas de la Isla.

A partir de 1879, la agroindustria azucarera regional experimentó transformaciones significativas, marcadas por la concentración y centralización de la producción. Los antiguos ingenios se convirtieron en modernos centrales equipados con tecnologías avanzadas como evaporadores al vacío y centrífugas, lo que promovió la ruina de pequeños productores y aumentó la demanda de materia prima. Este proceso implicó, como se sabe, la división social del trabajo entre la fase agrícola y la industrial, la abolición de la esclavitud y el aumento de la migración de mano de obra calificada. La modernización azucarera ajustó la agroindustria cienfueguera –y cubana- a las necesidades del mercado capitalista y consolidó la dependencia tecnológica, económica y política de la Isla hacia los Estados Unidos.

Las necesidades, voluntad de poder y el capital de la burguesía comercial polivalente promovieron no solo las profundas transformaciones que marcaron el proceso de concentración y centralización al interior de las plantaciones e instalaciones fabriles cienfuegueras. También impulsaron desde antes, más allá de estas, nuevos procesos de transferencia tecnológica que complementaron entre 1860 y 1890 el complejo sociotécnico portuario como avanzada exportadora de la agroindustria azucarera regional.

Además del puerto, el ferrocarril, los almacenes y la navegación a vapor, el proceso modernizador reforzaría el sistema logístico del azúcar cienfueguero también con el alumbrado de gas (1857-1860), el cable telegráfico submarino (1875), el teléfono (1882) y más tarde con la generación de electricidad para el alumbrado y otros propósitos (1890)[3].

.A tenor de lo antes referido, se considera que el auge cienfueguero finisecular fue sustentado en una infraestructura sociotécnica que rebasó la tríada “azúcar (agroindustria)-ferrocarril-puerto” usualmente mencionada por la historiografía contemporánea sobre la región. Si bien la fábrica de azúcar, el ferrocarril y el puerto constituyeron pilares sin los cuales no hubiera sido posible la vertiginosa transformación, el andamiaje que sirvió al despegue productivo del azúcar cienfueguero fue aún más sólido y complejo, pero también permitió el despliegue de un proceso modernizador multidimensional que se extendió incluso más allá de la realidad regional.

Cada uno de los sistemas tecnológicos aludidos –integrados entre sí o por separado resultaron poderosos agentes del proceso modernizador. Las innovaciones referidas, influyeron en la transformación de otros sectores económicos, en la jerarquización social, las relaciones de poder, la urbanización, la cultura en todas sus manifestaciones y en la vida cotidiana. Merced a la interacción entre ellos, las bondades, pero también los lastres que la modernidad cargaba consigo calaron de modo particular los distintos ámbitos de la sociedad regional cienfueguera.

Si bien las transformaciones modernizadoras acontecidas durante la etapa, se extendieron a toda la sociedad regional cienfueguera, fue sin lugar a dudas el entorno citadino y en particular su urbe cabecera, en donde se expresaron con mayor profundidad y amplitud. La sociabilidad alcanzó un auge sin precedentes con la pujanza del auge económico-comercial de la ciudad, el despliegue del mobiliario urbano, unido a las nuevas libertades de reunión/asociaciones ofrecidas por la política pacificadora colonial después de la Guerra Grande.

La ciudad y su aspecto, fueron modificándose a la par del desarrollo azucarero regional: primero, por la transformación radical que la geografía portuaria y citadina recibieron para asegurar el trasiego mercantil hacia y desde el puerto. En segundo lugar, porque la prosperidad azucarera, las fortunas acumuladas y las innovaciones tecnológicas sirvieron como condición de posibilidad no solo para transformar directa o indirectamente la  fisonomía de la urbe. También modificaron las instituciones, actividades, modos de relación, ideas y costumbres.

En correspondencia con la bonanza económica experimentada y los flujos modernizadores introducidos y reproducidos en buena medida a través de los sistemas tecnológicos desplegados, entre 1880 y 1902 la ciudad vivió décadas de esplendor que se reflejaron en su patrimonio edificado y desarrollo cultural. La conjunción entre modernidad y tecnología dejó su impronta asimismo en la riqueza de los estilos arquitectónicos, de modo que en los albores del nuevo siglo la ciudad reflejaba el auge experimentado. Por tales razones, la urbe centro-sureña se considera “el primer y excepcional ejemplo de un conjunto arquitectónico representativo de las nuevas ideas de modernidad, higiene y orden, en el planeamiento urbano desarrollado en América Latina durante el siglo XIX”.[4]

.No obstante, el progreso experimentado, con la llegada del nuevo siglo, la relación orgánica entre modernidad y colonialidad hizo evidentes en Cienfuegos, como en el resto de los territorios coloniales o postcoloniales, ostensibles diferencias con las trasformaciones modernizadoras acaecidas del otro lado del Atlántico en las sociedades occidentales. Así que la modernización, de inequívoco talante norteño reveló su carácter epidérmico, parcial y sesgado al tiempo que la Isla se consolidaba como una pieza de importancia en la estrategia geopolítica de los Estados Unidos para el hemisferio.

Así pues, las diversas innovaciones tecnológicas, articuladas entre sí o por separado, contribuyeron a modelar la cultura e identidad de la Perla del Sur, forjada en medio de múltiples tensiones y contradicciones: modernidad y colonialidad, soberanía y dominación, colonización blanca y esclavitud negra, aspiraciones estadounidenses y terquedad española, entre muchas otras.

Que la celebración del aniversario 206 de la siempre bella Fernandina de Jagua sea una oportunidad para conocer, comprender y conservar esas raíces históricas que, al fin y al cabo, nos permiten mantenernos de pie.


[1] Fernández Prieto, L. (2023). Ciudades del conocimiento en el Caribe de plantación esclavista: Una mirada desde Cuba. En Globalización y ciudad en el Caribe (1750-1870). Editorial Unimagdalena.

[2] Padrón Acosta, J. L. (2022). La navegación a vapor en la sociedad regional cienfueguera (1866-1898) [Tesis en opción al título académico de Máster en Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología]. Universidad de Cienfuegos ¨Carlos Rafael Rodríguez¨.

[3] Del propio autor sobre estos temas ver en: 5 de septiembre. Diario Digital de Cienfuegos: “Luces para Fernandina (I)” “Luces para Fernandina (II y final)”, “Cuando el telégrafo parlante llegó a Cienfuegos” y “Un abuelo de Internet en Cienfuegos” (trabajo en tres partes).

[4] Consejo Nacional de Patrimonio Cultural. (2015). Centro histórico de Cienfuegos. En Monumentos Nacionales de la República de Cuba. Collage Ediciones. Fondo Cubano de Bienes Culturales.

Profesor e investigador de la Universidad de Cienfuegos ¨Carlos Rafael Rodríguez¨. Miembro de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) y de la Sociedad Cubana de Historia de la Ciencia y la Tecnología.

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Vero Edilio Rodríguez Orrego

Profesor e investigador de la Universidad de Cienfuegos ¨Carlos Rafael Rodríguez¨. Miembro de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) y de la Sociedad Cubana de Historia de la Ciencia y la Tecnología.

Un Comentario en “Las raíces tecnológicas de la modernidad en Cienfuegos

  • el 10 abril, 2025 a las 6:56 pm
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    Gracias Vero, por regalarnos la cienfuegueridad hecha historia, no dejes de escribir para el sitio web #TenemosMemoria, abrazo

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