La felicidad en un domingo de softbol
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Hace más de diez años, cada mañana de domingo en el terreno cercano a la Plaza de la Ciudad, también conocido como terreno de Muñoz, se reúnen tres equipos de aficionados al softbol para desarrollar una liga amistosa. Los elencos están conformados por trabajadores de diferentes centros, quienes en su mayoría exceden las cinco décadas de edad. Pocos de ellos tienen experiencias previas en eventos provinciales o nacionales de béisbol, un factor importante para ser admitida su participación, pues de esa manera se garantiza la paridad competitiva, como reconoce Juan Ramón Díaz Hernández, jubilado de 77 años, creador y líder permanente del proyecto Softbol, calidad de vida.
“Me gusta tanto el softbol que quise organizar un torneo donde pudiera dirigir, después de pasar 30 años jugando para equipos de centros laborales. Tras conversar con autoridades del Inder, conseguí permiso para hacerlo los domingos en ese terreno, ya que ese día de la semana estaba libre. Como soy educador desde muy joven, asumí el reto de unir a través del deporte a personas con diferentes pensamientos y maneras de comportarse. Este proyecto ofrece una recreación sana que permite mejorar la calidad de vida de sus integrantes, tal y como expresa su nombre (…)”.
El 2 de febrero de 2014 se efectuó el primer desafío con 19 hombres en total. Poco a poco se incorporaron otros. Dos meses más tarde, Juan recibió la petición de incorporar un conjunto de la Refinería Camilo Cienfuegos, la cual aceptó, dejando claro que debían respetar el reglamento. Empezó la competición entre tres equipos, así se ha mantenido durante diez años. Algunos se han retirado por diversas razones, pero actualmente son cerca de 30 compañeros los que representan cada plantel.
Todos los resultados y estadísticas se compilan a base de papel y lápiz. Los tres directores reciben un informe mensual con esos datos. En ocasiones las hojas están previamente escritas, pero ello no impide su aprovechamiento.
Gracias a un pequeño aporte individual de los jugadores, puede contratarse a un árbitro para definir imparcialmente las acciones. No son frecuentes los cambios de equipo, menos cuando el objetivo es pasar al bando que atraviese por la mejor racha.
Resulta una tarea de mucha complejidad para Juan Díaz eliminar las conductas inadecuadas que se manifiestan cuando aumenta la euforia y rivalidad. No obstante, asegura enfrentar de forma radical ese problema:
“Puedo perdonar solo una, si se repite tienen que irse, eso me ha costado varias discusiones fuertes, pero mantener la disciplina es lo más importante. Hay personas que caminan por las calles mientras jugamos, con frecuencia se paran a observar, nosotros les debemos respeto”.
Gracias a las relaciones fraternales y acuerdos de colaboración entre la Universidad de Cienfuegos y Civitas Global y Drexel University de Pensilvania, Estados Unidos, con frecuencia se realizan encuentros donde participan algunos integrantes del proyecto cienfueguero y estudiantes del país norteño. La reunión más reciente aconteció el pasado 15 de septiembre en el terreno de Los caballitos.
Lamentablemente, las intensas lluvias de la noche anterior provocaron un notable deterioro del campo de juego. Fue imposible realizar el habitual tope amistoso que acompaña estos fraternales intercambios, sin embargo, la soleada mañana se mantuvo animada mediante preguntas del grupo visitante acerca de la competencia que transcurre cada domingo.
Ante las complejas circunstancias que enfrentamos, la continuidad de Softbol, calidad de vida evidencia de que muchas personas practican el deporte sin fines lucrativos; no hace falta llegar al alto rendimiento para disfrutarlo y sentirlo en nuestros corazones. El tiempo es implacable, algún día Juan no estará al frente de este grupo, algo que comenta con expresión nostálgica en su rostro. Confía en sus compañeros y amigos para proseguir esta aventura y hallar la felicidad en un domingo de softbol.
*Estudiante de Periodismo.
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