La caja de Pandora
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Por: Ivón Morales Castellanos y Camilo Alonso Machado*
Por los años 700 antes del nacimiento de Cristo, un poeta griego llamado Esiodio escribió la Teogonía, donde describía el surgimiento del mundo, según la mitología griega, como un caos, no como desorden, sino como vacío. Así es como ha quedado el sistema político de Estados Unidos tras el proceso eleccionario, después de que Trump, representante más reaccionario de la derecha en ese país y a nivel internacional, delincuente con delitos múltiples, resultó electo.
Curiosamente la mitología griega explica solo la mitad del surgimiento de la raza humana, con la creación del hombre. A la mujer la envía Zeus como una desgracia, un castigo por haber sido engañado por Prometeo, otro Dios del Olimpo, que representaba a los hombres. Zeus llamó a la mujer un hermoso mal, y la nombró Pandora. Salvando la distancia, el sistema político norteamericano, envió también un mal, solo que este no es una hermosa mujer, sino un viejo empresario, devenido en “político” al cual los republicanos no lo llevaron a elecciones, él se impuso como candidato.
En la poesía griega y las demás expresiones artísticas, de esa mitología, la mujer aparece como una amenaza, todo en ella, es una desgracia para el hombre. Zeus no envío a la humanidad cualquier mujer, la elegida llevaba consigo una caja, y se le ordenó que no la abriese. Es decir, Pandora, la mujer hermosa, no sabía que significaba la caja, no comprendió que la caja era portadora de todos los males de la humanidad. Igualmente le pasó a los que votaron por Trump, y ya sea por favoritismo, por mostrar la contraria a la sustituta de Biden. La caja hoy no es una mujer sino un hombre.
La hermosa Pandora, abrió la misteriosa caja, no se explica si por curiosidad u otra razón. Al hacerlo todos los males son liberados, la enfermedad, el dolor, el sufrimiento, las plagas, etc. Tarde cierra la caja y deja dentro la esperanza. Trump, al ganar las elecciones destapó todo lo sucio y corrupto del sistema electoral norteamericano. Arremetió contra todo los demócratas, e impuso su filosofía enfermiza del poder. Ya se sabe de lo que quiere de su aliado Canadá, Groenlandia y el canal de Panamá. ¡Cuántos males faltan por destapar? ¡Ni el mismo Zeus lo sabe!
La caja actualmente es Trump. Portador de los tradicionales males de ese sistema, representante de los millonarios llamados engañosamente empresarios, que en realidad viven de la plusvalía que obtienen durante el proceso de producción, fruto del sudor de los trabajadores, no solo norteamericanos, sino de todo el mundo. ¿A caso hay alguna esperanza para el pueblo norteamericano y el resto del orbe en las aspiraciones de Trump de querer mejorar la ya pésima imagen del imperio?
En qué condiciones Trump aspira a tal meta. Primero la Covid -19 demostró la verdadera imagen y pocas posibilidades del sistema de salud capitalista y sobre todo el estadounidense, ineficiente y oportunista, con la producción de vacunas, e incapaz de resolver este mal, siendo la primera potencia mundial y el más rico de los países. Están latentes los peligros de un cambio climático que afecta ya la producción de alimentos, genera catástrofes, la posibilidad de un enfrentamiento nuclear y, como si fuera poco, las redes sociales ardiendo. ¿Y cómo actúa Trump en este escenario?
En lo interno de Estados Unidos impulsa la industria armamentística para promover las guerras. Queda por saber qué reserva la caja de Trump, quisimos decir de Pandora, para asfixiar al “eje del mal, Cuba; Venezuela y Nicaragua”.
El magnate parece que va a ser peor que sus antecesores, demócratas o republicanos, buscarán otro(s) conflictos militares Made in USA, además de los que existen y los ya anunciados, parecen ser Corea del Norte y China. Con respecto a Cuba, ya se sabe por las noticias, que fue tema en su candidatura durante sus discursos de campaña, cosa que a los cubanos no nos sorprende.
Después de las recientes elecciones el pueblo norteamericano ha quedado dividido en dos polos, por lo que peligra a largo plazo la estabilidad de los tradicionales partidos.
Si seguimos el análisis a partir de la concepción que aparece en la mitología griega, asombrosamente, “La esperanza”, es también un mal según los griegos de aquel entonces, porque te hace creer, pensar, permite actuar con la sensación de controlar el futuro, y como es impredecible, no es seguridad de bienestar. Entonces, obrar creyendo en el futuro incierto, era para los griegos un engaño. “La esperanza” que aparece en la caja de Pandora, según cuenta su autor, era también, un engaño. “La esperanza” aparece en la Caja de Pandora con ambigüedades. Solo que la poca esperanza que pueda trasmitir Trump a sus electores, por el momento; es ilusión. Si alguien tuvo alguna esperanza, en que Trump era portador de algún bien, está engañado.
Se plantea en la mitología que Zeus servía a cada hombre una porción de bien y de mal, buscando el equilibrio, que era lo que realmente él representaba para los Dioses del Olimpo. Me atrevería asegurar que, si Trump hubiese sido griego, hubiese tomado solo la porción del mal.
Con la llegada del republicano y la salida de Biden del poder, las esperanzas para los norteamericanos que depositaron su voto son sólo una ilusión. El reacomodo en el mandato de Trump será buscando el bienestar de las élites y no el clamor del pueblo, que lo apoyó en su campaña, y de algunos que ahora se aprovechan para hacer negocios.
La cuestión es peligrosa para el mundo y especialmente para el pueblo norteamericano. Todo dependerá de las acciones que en lo adelante adopte el presidente, si persiste en la guerra económica contra la fuerte e indoblegable China, si continúa su enfrentamiento a Rusia, potente en lo militar y también en lo económico.
Para una buna parte de los analistas, sociólogos, politólogos, estudiosos y entendidos del sistema electoral norteamericano, este es y será siempre que haya imperio, como la Caja de Pandora, llena de males, con “la esperanza” mezclada, creando falsas ilusiones de que sale uno u otro presidente, cuando la esencia del sistema indica que no existe diferencias entre republicanos y demócratas. Las recientes elecciones lo demuestran, la mujer hermosa, Pandora (en este caso hombre: Trump) portaba la corrupción y la mentira. El nuevo “elegido” que encarna la prepotencia, la arrogancia, la corrupción, la mentira, el engaño, ganó las elecciones. Pero ahora: ¿Cuál es o será la verdadera Caja de Pandora?
Ese es otro de los misterios de la Caja de Pandora norteamericana. No olvidar que ese país pierde espacios en lo político, ideológico, económico, cultural, etc. Es decir, como imperio al fin, está en decadencia y esto puede ser peligroso para el mundo y para el país en lo interno si un presidente no cumple con lo prometido en su campaña.
Ese es tema para un magnífico debate, reflexión o análisis. Por ahora, la Caja de Pandora es de los norteamericanos que, engañados o no, votaron por el nuevo Calígula del Imperio, por suerte para ellos mismos y el mundo, ya no es el de antes.
*Los autores son profesores de la Facultad Política Alejandro Nápoles León, de Cienfuegos.
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