Intercambian estudiantes de Cienfuegos sobre el peligro de las drogas

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Hay quien pasa su vida en el fondo de una botella /hay quien piensa que inflando sus venas podría volar, / esa no es la manera más sabia de hallar la respuesta; /no es lo mismo llamar al demonio que verlo llegar.

El fragmento anterior, perteneciente al tema Así es la vida, del popular cantante Luis Enrique, dio paso al debate entre un grupo de estudiantes adolescentes. El escenario: la Escuela Pedagógica Octavio García Hernández, de Cienfuegos; el suceso: una intervención contra el consumo de sustancias nocivas.

Reunidos en el área verde del recinto, luego de escuchar la canción, alumnos de segundo año de Educación Especial intercambiaban con su profesora guía ideas sobre cómo la ingestión de bebidas alcohólicas y otras prácticas adictivas no constituyen una salida a los problemas, ni el camino hacia la felicidad.

No es la primera vez que tal acción se lleva a cabo en el centro, pues a lo largo de todo el curso escolar allí se trabaja la línea de promoción para prevenir dicho flagelo, además de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), el embarazo en la adolescencia y la violencia.

“Siempre la premisa es la prevención de todos los aspectos relacionados con la salud escolar que puedan influir en el desenvolvimiento de los muchachos como estudiantes y como personas en el medio social. El trabajo se realiza a partir de la capacitación a los promotores de Salud. Contamos con dos por cada una de las aulas. Ellos son los encargados de impartir los temas de salud que se realizan durante un turno de clases al unísono en toda la escuela”, afirma Yety Valero Yanes, psicopedagoga de la institución.

“Defendemos la idea de que sean los propios promotores alumnos los que conduzcan los temas, porque tienen un mejor código de entendimiento entre ellos y eso hace posible que el resto de los escolares se sensibilice con la prevención y logre mejor desarrollo, no solo en calidad de jóvenes que ya son, sino como parte de su proceso de formación, pues como futuros docentes serán los encargados de promover la salud en la comunidad, en la familia y entre los adolescentes.

“Abordamos las temáticas con técnicas participativas, audiovisuales, debates, pero sobre todo con mucha reflexión, pues esto nos da la medida de cuánto cala el entendimiento de la necesidad de prevenir enfermedades, adicciones, embarazos, de decir No a las drogas y de la tolerancia cero a la violencia”, explica la psicopedagoga.

Durante las reuniones de padres, añade, abordan también los asuntos según el interés de cada aula. Es decir, se particularizan de acuerdo con las necesidades propias del grupo, a partir de la labor del profesor guía, quien también recibe preparación para ello.

DE LA MANO DE PROFESIONALES DE LA SALUD

Tal labor se realiza con el apoyo del personal de Enfermería del plantel y del Área de Salud No.5. La licenciada Milagros de la Caridad Rebollido Campillo, especialista en Promoción de dicha Área, es ya un rostro conocido en la Escuela Pedagógica. Hasta allí llega para charlar con estudiantes, de forma amena y en la conversación mezcla las temáticas: droga, ITS, violencia, porque “vienen aparejadas”, expresa.

En su opinión, “toda prevención es un paso agigantado para evitar el desencadenamiento de un brote, una epidemia, en especial en estos tiempos tan difíciles que atravesamos. Cada vez que logres prevenir hay menos necesidad de emplear recursos para la atención a los enfermos. Por eso, cuando damos herramientas a los adolescentes para la prevención contribuimos al ahorro de recursos”, comenta.

Milagros considera que tales acciones de promoción entre los muchachos revisten gran importancia, pues serán los maestros del futuro y los responsables de llevar esos conocimientos a la generación que los sigue.

Coincide con tal parecer Maydé Valero Alberdi, enfermera del centro. Para ella, prevenir es mantener el bienestar físico y mental de los estudiantes. “Siempre apoyamos estas actividades. Impartimos temas, desarrollamos juegos y propiciamos entre los alumnos el tratamiento a asuntos muy sensibles para su desarrollo futuro, como es evitar llegar al consumo de drogas, al hábito de fumar o al alcohol. En esa interacción siempre les explicamos la importancia de no llegar a la enfermedad y les informamos sobre las consecuencias que podría traerle. Tratamos de explicarle con mucho cariño, con lenguaje asequible para ellos, para que entiendan bien el mensaje”, comenta.

MAESTROS Y ALUMNOS UNIDOS EN LA PREVENCIÓN

Práctica habitual de la Octavio García Hernández es ver cada mes a los profesores guías junto a los alumnos que ejercen de promotores de Salud introducir las charlas, talleres, debates y otras iniciativas encaminadas a prevenir la adicción y otros flagelos.

Para María de los Ángeles Espino Cepero, quien está al frente del grupo 1 de Maestros Primarios, “la edad más vulnerable al consumo de drogas, ya sea por desconocimiento u otro motivo, es la adolescencia, pues es una edad que genera cambios. Ellos deben optar por una conducta preventiva. Aquí en la escuela trabajamos este tema de diversas maneras. Una de ellas es la propia clase, a través de trabajos prácticos donde ellos puedan abordarlo, buscar de diferentes fuentes y poner ejemplos de la vida diaria y lo aceptan muy bien. De hecho, en las exposiciones de sus trabajos

Kialhina Dávila Marrero, estudiante de Educación Especial. / Foto: Yudith Madrazo Sosa / 5 de Septiembre
Kialhina Dávila Marrero, estudiante de Educación Especial. / Foto: Yudith Madrazo Sosa / 5 de Septiembre

cuentan anécdotas extraídas de la comunidad, sin revelar la identidad de las personas. Y surte mucho efecto”.

La joven Kihalina Dávila Marrero, quien cursa el 2do año de Educación Especial, considera que no existe necesidad para el consumo de sustancias nocivas. “Algunos lo hacen por diversión, por moda, por encajar y al final solo se están dañando. No es necesario hacerlo. Uno puede divertirse, socializar, de otra manera. Es peligroso. Te vuelves adicto y ello te afecta física y psicológicamente, te lleva a tomar decisiones que no están bien, llegas a tener problemas con tu familia, la sociedad, incluso la justicia.

“A los muchachos que consumen no debemos darles la espalda, sino ayudarlos a encontrar atención profesional. Tampoco podemos celebrar que lo hagan, sino hacerles saber que eso está mal”, afirma la estudiante, quien además considera muy provechosas las acciones de promoción.

Dianelis Engroba García, promotora de Salud de 2do año de Matemáticas, concede gran importancia a las acciones de promoción. “Muchas veces tocan hondo a los estudiantes y se ve el cambio de actitud, por ejemplo ante el consumo de cigarro. Por otra parte, los conocimientos que adquirimos aquí los llevamos a nuestras comunidades”, expresa.

Alumna de Matemáticas Dianelis Engroba García, promotora de Salud de su aula. / Foto: Yudith Madrazo Sosa / 5 Septiembre
Alumna de Matemáticas Dianelis Engroba García, promotora de Salud de su aula. / Foto: Yudith Madrazo Sosa / 5 Septiembre

En la Escuela pedagógica, el vínculo estrecho entre su claustro y los profesionales de la Salud, unido a la labor protagónica de los alumnos, la labor de prevención y la promoción de salud contribuyen sobremanera a visibilizar los peligros de la adicción. Con tales herramientas, los jóvenes allí tienen claro que el camino de la euforia pasajera y la enajenación que provocan las drogas no son más que el sendero engañoso que puede conducirlos hacia un desenlace fatal.

El área verde de la escuela, uno de los escenarios para la intervención contra la droga. / Foto: Yudith Madrazo Sosa / 5 de Septiembre
El área verde de la escuela, uno de los escenarios para la intervención contra la droga. / Foto: Yudith Madrazo Sosa / 5 de Septiembre

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Yudith Madrazo Sosa

Periodista y traductora, amante de las letras y soñadora empedernida.

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