“¿El protagonista es muy secundario?”
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Obedeces por las malas a un tirano, dudas de la identidad de tu esposa, te aferras a una fe religiosa. Cualquiera de estas actitudes puede cocinarte el alma a fuego lento hasta que encuentres una puerta, ¿otra solución gentil o la misma solución gentil?
Tales experiencias extrañas propone Yorgos Lanthimos en su reciente obra Kind of Kindness (Tipos de gentileza), un tríptico de historias diferentes que se conectan mediante el finísimo hilo de un personaje secundario que no habla, aunque las iniciales de su nombre (R.M.F) dan títulos a los tres relatos.
En la primera historia, un empleado se rebela contra su jefe y afronta las secuelas.
La segunda narración aborda el regreso de la esposa de un policía, que se daba por desaparecida durante un naufragio.
En la tercera pieza, una mujer que pertenece a una secta religiosa, busca con pertinacia y sacrificio personal a la Elegida esperada por su congregación.

Estos conflictos insuflan por sí mismos suficiente drama, pero Lanthimos (también guionista del filme) los intensifica con otros materiales: las revelaciones dentro de sueños, la paranoia, las rivalidades entre parientes, la crueldad proporcionada a buchitos.
Por si esto fuera poco, la visualidad de la película juega con motivos recurrentes de desproporciones manieristas: desnudos habituales, parejas abiertas, bisexualidad, androginia, gente gorda o de rasgos faciales grotescos… capturados a menudo por la cámara mediante primerísimos planos de besos, texturas de carnes, excrecencias, aguas oscuras, movimientos inquietantes de animales…, con la consecuente impresión de súbito gigantismo o excesos en la retina del espectador.
También es reiterativo el tono lúgubre de serenidad opresiva, alcanzado mediante pulsiones repentinas de notas pianísticas o gritos corales de voces masculinas y de índole lastimera (London voices) que aparecen con regularidad en la banda sonora (Jerskin Fendrix) aumentando el dramatismo de la escena.
Estas características surreales, rayanas en el esperpento, que configuran la estética del director griego, aparecen igualmente subrayadas en su anterior filme Poor things, del que hablamos en otro artículo, y donde las actuaciones de Emma Stone y Willem Dafoe confieren mucha lava tranquila a los personajes que encarnan, recubiertos de una cortesía despiadada. Ambos actores vuelven a compartir escena en Kind…, junto a Margaret Qualley y Jesse Plemons (Civil war), todos con notable habilidad para variar roles y psicologías dentro de una misma obra. Variabilidad que recuerda, tanto en el ejercicio actoral como en el sentido ideo temático, a la telúrica cinta Cloud Atlas.

¿Y dónde está la Gentileza?, podría preguntarse. ¿Nos han estafado con el título?
Pues no. En medio de tanta negrura reprimida hay brotes de bondad sacrificada: el propio R.M.F rescata a la desaparecida y apuesta su vida (¿por la familia?); al igual que la gemela, en beneficio de la Transfiguración de su hermana. Los amigos del policía intentan apoyar al desdichado; la Elegida derrama su perdón, y sin saber cómo ni preguntarse por qué, R.M.F regresa de su “vuelo”.
Esas epifanías después de haber descendido a lo más hondo, se me antojan guiños picarescos que hace Lanthimos al cine de Haneke, porque el final de Tipos de gentileza es, como en la Divina Comedia ¡y por todos los infiernos!, un final feliz.
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