De posible goleada a meritorio empate: Marineros vs Boca Juniors (1988)

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El 5 de agosto de 1988 se produjo un encuentro amistoso en el estadio Pedro Marrero, el cual se convertiría en un hito en el contexto de la historia del fútbol nacional. Las principales figuras de los Marineros de Cienfuegos, acompañados por jugadores de otros territorios, recibieron a una representación del legendario club argentino Boca Juniors.

El equipo cubano fue dirigido por Odilio Vázquez Ramos, en ese entonces técnico de los Marineros. Gracias a David Sarría Stuart, exfutbolista cienfueguero que participó en este desafío, fue posible conocer el once que conformó la escuadra local, un clásico 4-4-2: Portero: Fernando Griñán (LHA); Lateral derecho: Lázaro Casanova (PRI); Defensores centrales: Francisco Carrazana (CFG) y David Sarría (CFG); Líbero: Félix Chapotín (LHA); Mediocampistas: Julio Modesto Cabrera (CFG), José Rivero (SCU), Carlos González (LHA) y Frank Pérez (CFG); Delanteros: Jorge Maya (VCL) y Reemberto Piedra (CAV). Además, iniciaron en la banca los sureños William Mato, Jorge Rebollido y Antonio Lara, entre otros.

El experimentado técnico rosarino José Omar Pastoriza presentó en su alineación jugadores de mucho recorrido. El arquero regular Hugo Orlando Gatti acumulaba más de 20 años como profesional, y se le realizó un homenaje antes de comenzar el encuentro. Otros titulares de referencia fueron los defensores Pablo Ervín y Enrique Rhavina, así como el versátil mediocampista José Luis Villarreal, quien jugó posteriormente con el Atlético de Madrid. La línea de ataque estaba encabezada por Alfredo Graciani, autor de más de 80 goles con el eterno rival del River Plate. Como es lógico, los visitantes eran amplios favoritos para vencer, incluso por goleada, pero los hechos tomaron un rumbo totalmente inesperado.

José Rivero perforó la portería defendida por Gatti cuando corría el minuto 17, los Marineros comenzaron delante. Más tarde, su tocayo de apellido Villarreal igualó las acciones al minuto 42 después de una excelente jugada colectiva. Poco después, Alfredo Graciani burló a los defensores y firmó temporalmente la remontada del equipo visitante al 47′. El delantero avileño Reemberto Piedra terminó con la alegría de los rivales al descolocar con un tiro cerca del segundo palo al veterano arquero Gatti en el 72′. De esta manera, se concretó el empate que nadie había pronosticado. Las gradas casi explotan de felicidad y euforia por ese marcador en tablas, pues sin lugar a dudas significaba una victoria para la representación antillana.

No es frecuente que países subdesarrollados y con jugadores amateurs obtengan esta clase de resultados.

Para nosotros era importante ese partido amistoso, pues sabíamos que se trataba de un club muy afamado de Argentina. Lo asumimos con mucho interés y seriedad. El saque inicial les correspondió a ellos. Esos primeros minutos de toques y triangulaciones nos parecieron eternos. Curiosamente, los aficionados comenzaron apoyando al Boca Juniors. Había alrededor de 30 000 espectadores”, declaró David Sarría Stuart, exfutbolista cienfueguero que participó en el enfrentamiento.

“Sinceramente, ese fue uno de los topes internacionales más importante que tuve. Desde muy joven integré la selección nacional y tenía una buena preparación. Era una pieza clave dentro de la estrategia que definió Odilio Vázquez. Me sentí muy emocionado, aunque sabía que teníamos a los aficionados de La Habana en contra. Francisco Carrazana, David Sarría y yo recibimos elogios por parte del propio DT argentino José Omar Pastoriza; incluso me habló de un contrato con el equipo de primera división, pero en ese momento estaban totalmente prohibidas en el país este tipo de negociaciones”, expresó Julio Modesto Cabrera Rodríguez, exfutbolista cienfueguero que jugó ese amistoso.

David Sarría Stuart, futbolista de los Marineros que participó en el juego. / Foto: cortesía del entrevistado

Tres días después el conjunto visitante enfrentó a la selección nacional B y obtuvo la victoria con marcador 2-1. Así concluyó la breve estancia del Boca Juniors en Cuba. No fue la primera vez que se concretaron choques amistosos con equipos de otras naciones, pero pocas veces estos rivales mostraban ante los antillanos lo mejor de su plantilla, como sucede generalmente en el balompié profesional siempre que un conjunto afamado se mide a otro de menor prestigio y tradición.

Según varias fuentes consultadas, la televisión nacional no transmitió en vivo ese acontecimiento tan significativo para el deporte cubano. Bajo el mando de Odilio Vázquez Ramos, los Marineros y sus refuerzos demostraron con creces que Cuba tenía mucho talento en el más universal, tanto como para posicionar jugadores en competiciones de alto nivel, aunque concretar este sueño obligaba a nuestros atletas a desafiar varias restricciones impuestas en esa época.

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