De luto el béisbol de Cienfuegos

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Luego de luchar por su vida producto de un infarto cerebral, el domingo último dejó de existir Sergio de la Caridad Ferrer Santa Cruz, “Noche Oscura” para la familia del béisbol nacional, lanzador que, a pesar de su corta trayectoria como jugador activo, dejó huellas en la pelota cienfueguera y cubana.

Nació el 15 de septiembre de 1953 en la Perla del Sur, y debido a las condiciones atléticas que poseía, fue captado por el entrenador Pedro Moré Salazar, cuando cursaba el quinto grado en la escuela Pedro Suárez Oramas. Luego comienza los estudios secundarios en la Eide Provincial, donde integra el equipo 15-16 años y participa en los VI Juegos Escolares como lanzador.

Por su actuación fue seleccionado para la Espa Nacional e ingresa en la Academia de Las Villas, en su cantera juvenil.

En 1970 hace el grado para representar a Cuba en el VI Campeonato Mundial Juvenil, celebrado en Venezuela, certamen donde contribuyó al título alcanzado por el plantel de la mayor de las Antillas.

Posteriormente es llamado a las filas del equipo Azucareros, en la oncena Serie Nacional de Béisbol, junto a otros talentosos peloteros, como Antonio Muñoz, Adolfo Borrell, Héctor Olivera, Alberto Martínez y Pedro Jova.

En 1972 vuelve a vestir la franela de la escuadra nacional, esa vez para el Torneo de la Amistad acogido por República Dominicana, también ganado por Cuba.

Una lesión provocó su temprano retiro del deporte activo, pero jamás abandonó su pasión y compromiso con el béisbol, en roles de entrenador de pitcheo en la Academia Provincial, y también colaborando con otros proyectos de desarrollo de talentos, como el liderado por el Gigante del Escambray en el terreno aledaño a la Plaza de la Ciudad.

En cuatro Series Nacionales, “Noche Oscura” lanzó en 58 juegos, sobre todo en su habitual función de relevista, con 50 apariciones, aunque también inició ocho desafíos y llegó a completar dos.

Ganó siete choques, perdió otros seis y salvó siete. Trabajó en 144 entradas y dos tercios, en las cuales permitió 118 indiscutibles y 42 carreras limpias, para un discreto average contrario de 226 y un excelente promedio de 2,61 anotaciones por cada nueve innings sobre el montículo.

Por su incuestionable talento, además de una humildad y sencillez difíciles de igualar, y por su eterno compromiso con el deporte nacional, el béisbol cienfueguero y cubano se encuentra de luto. Lleguen a sus familiares y amigos, así como a la familia pelotera toda, nuestras más sentidas condolencias.

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Carlos E. Chaviano Hernández

Periodista y Director de programas de televisión.

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