Reciprocar

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Durante una de sus recientes comparecencias en la Asamblea Nacional, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel se preguntaba sobre qué podría haber sido Cuba en la actualidad si no hubiera tenido durante sesenta años a un bloqueo genocida apretándole el cuello.

Es tanta la inventiva creadora, entusiasmo, instrucción, capacidad profesional;es tanto el capital humano consolidado gracias a la voluntad política de la Revolución que, tranquilamente, podríamos habernos convertido en unapotencia económica continental; no obstante carecer de grandes recursos naturales.

Debido a la razón insoslayable de esa guerra económica, financiera (también biológica y mediática, no hemos de olvidarlo nunca) de los Estados Unidos, no pudimos serlo hasta hoy. Pero, aun así y todo ¡cuánto ha logrado este país, pequeñito y bloqueado por el imperio más grande de la historia, en todos los frentes, hasta convertirse en referente moral de la humanidad, en faro permanente de quienes buscan una luz para continuar su lucha, en espejo a mirarse de consecución de derechos humanos, dignidad e igualdad de los seres humanos, conquistas sociales de todo género!

Como Cuba no existe otro lugar en el mundo. Y eso lo reconoce, a la larga, ese mismo que ahora la critica, por h o por b, aquí o allá, afuera o adentro.

El antes referido capital humano, generado por la Revolución a través de un sistema de formación integral gratuito, contribuye sobremanera a echar adelante la nación, en cada una de las esferas. La actual dirección del país está estimulando la expresión de potencias creativas en estado de duermevela dentro de ese extraordinario segmento, ahora activadas y en el camino de propulsar diferentes líneas de desarrollo.

Es la misma dirección del país que libra batalla por el Avance en todos los frentes posibles, sobre el afianzamiento a varios pilares esenciales, entre los cuales sobresale el fortalecimiento de la producción nacional. En tal sentido, ese capital humano debe, deberá jugar papel predominante en reciprocar semejante batalla, a través de más entrega, denuedo, certezas y fuerzas.

Pero no solo universitarios, profesionales de las empresas estatales socialistas, técnicos, personal de la esfera presupuestada; sino todos, todos los cubanos. Incluido, por supuesto, el sector no estatal. Porque cuanto se gestiona, a presente próximo y futuro cercano, pero a brazo partido ahora, es para cada uno de nosotros, estatales, privados, jubilados, niños, cubanos cada uno.

No resultaría correcto que mientras la presidencia y el consejo de ministros de un país, junto a segmento mayúsculo de nuestro pueblo, se aboquen a una obra mayor de raigambre martiana, otros contrarresten semejante proceder con la desidia, el no cumplimiento de responsabilidades, indisciplinas, mal trabajo, chapucería, maltrato al prójimo, abuso flagrante de precios desmedidos.

Es contraproducente que, mientras unos se consagran a pensar y hacer un país más sólido, coherente, generoso, perspectivo, otros se inclinen a torpedear, incordiar, trastrocar.

Todos quienes pretendan hacer una suerte de “guerrita personal” contra las nuevas medidas, mediante actitudes contraproducentes, sin sustento alguno para generarlas, están a la larga parapetándose en el lado contrario. Están atacando a sus hermanos, amigos, vecinos. Se posicionan en el costado opuesto del terreno de juego. No hacen otra cosa que ponerse de espalda a los objetivos nacionales, al sobreponer egoísmos, intereses personales y (lo peor) su real gana de molestar.

Contra estos especímenes no queda otra que el enfrentamiento enérgico de la ley, mediante su sistema de cuerpos, medidas y órganos policiales, como además a través de la repulsa cívica de la población.

Contra ese que pretende ahorcarte y aprovecharse de ti, ahora que luego de décadas vas a ver un incremento salarial, no cabe otra cosa que el rechazo. Y el No. Lo reitero, pues ya antes lo señalé en otra columna, y tengo la conciencia limpia de predicar con el ejemplo: hay que decir No a quien te quiere timar, a quien quiere ponerte al triple o más del precio por determinado producto o servicio.

Es real que a veces la necesidad lo impide. Mas, en función de eliminar ese dilema también se trabaja sin descanso, entre muchos, en este país.

Confiar, hacer y reciprocar son las palabras de orden del actual minuto de Cuba.

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Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

Un Comentario en “Reciprocar

  • el 20 julio, 2019 a las 12:42 pm
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    No veo que mis comentarios se publiquen y ni siquiera llego a la idea central. Lo siento mucho, pero creo que mejor le envío mi comentario completo a su cuenta de Twitter. Voy a gastar un poco de dinero en la Wi-Fi ahora que no estoy en la Universidad, pero me gustaría mucho compartir mi opinión con usted. Saludos cordiales desde el más profundo respeto.

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