Unas notas a la memoria del trovador Gerardo Aldana
Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 2 segundos
En los últimos meses hemos tenido que despedir a varios trovadores, cantores y compositores santiagueros. Algunos más mediáticos y otros, menos conocidos, pero de gran valía dentro de los nombres que conforman el pentagrama musical de nuestra isla caribeña. Por eso estas notas para recordar la trayectoria artística de un trovador cubano fallecido recientemente.
José Gerardo Aldana Calzado nació un 24 de septiembre del año 1950 en Santiago de Cuba, tierra considerada como la cuna del bolero, género del cual Gerardo nunca se desligó y tampoco de esas grandes figuras de la cancionística de esa oriental ciudad, a las que dedicó su vida artística para venerar y dar a conocer a otras generaciones. Centró su carrera en promover los valores éticos y humanistas de la canción trovadoresca y sus autores fundadores, premisa que mantuvo por más de 50 años de vida profesional activa.
Se formó como pedagogo, carrera que llegó a ejercer, pero decidió tomar el camino de la música como modo de desarrollo profesional y espiritual. Aprendió a tocar la guitarra con la manera que caracteriza la interpretación de la trova cubana en su natal Santiago, bajo la mirada de cantautores que le enseñaron desde la fuente viva en la propia Casa de la Trova, que le abrió sus puertas en la Calle Heredia. En el año 1973 pasó a ser artista profesional y decidió guiar su repertorio por la senda de la más auténtica trova santiaguera de la cual fue un gran conocedor. A partir de entonces su obra artística se intensificó, cumpliendo con varios proyectos de amplia envergadura social y cultural.
En el año 1997 se radicó en la capital cubana, donde continuó su carrera y destacó como referente para las nuevas generaciones de trovadores. Desde sus presentaciones, hasta su fonograma Veneración, continuó su defensa de lo más raigal y autóctono de la trova santiaguera. De este material la trovadora y compositora cubana Marta Valdés, expresó: “Gerardo Aldana (o, simplemente Aldana, como lo llaman sus colegas) no tuvo que aprenderse, con el propósito de dejarlas registradas en su disco, una sola de estas canciones. Ellas le han venido sirviendo de compañía, desde siempre, en Santiago de Cuba donde nació y se hizo hombre de bien. Puede decirse que ni uno solo de sus recuerdos está desligado de las canciones y sus historias o de los personajes que las engendraron. (…) Así fue como Gerardo Aldana (o simplemente, Aldana) se armó trovador, haciéndose él mismo voz, guitarra y leyenda, en tanto veneraba a su Virgencita de la Caridad o a su Santiago (…) Así es como nos llama, en estos tiempos amenazados por fuegos y deshielos inmensos o, lo que es peor, por atrocidades originadas en el alma de algunos humanos, a retomar caminos donde unos ojos, una paloma o una flor pueden obrar milagros”.
Gracias a la experiencia, conocimientos y tenacidad de Gerardo, se propuso comenzar la preparación de un cuaderno para compilar la historia de la trova en su natal Santiago, donde agrupa en un cancionero sus obras más antiguas y representativas como testimonio de oficio de su relación directa con el canto y la palabra.
Le fueron otorgados en vida varios reconocimientos como la Distinción por la Cultura Nacional, la Placa José María Heredia, las Medallas Raúl Gómez García y por los aniversarios diez y 50 de La Nueva Trova, así como el diploma Nicolás Guillen de la UNEAC. Lamentamos su desaparición física el 6 de diciembre de 2024.
Queda en nosotros su obra, su amor por Santiago de Cuba con sus canciones, su bohemia y cultores. Recordaremos su manera tan afable, su trato siempre gentil, con una educación de caballero que le distinguía, como le apodaron trovadores más jóvenes: “el último de los mohicanos”.
Visitas: 19
Gran amigo y tuve el privilegio de escucharlo como músico y conocedor de la música cubana.
Una triste noticia, no sabía nada de su deceso, lo conocimos hace unos cuantos años en Santiago de Cuba en un Festival Pepe Sánchez, y luego volvimos a encontrarnos en un Festival de Boleros, damos nuestro pésame a su esposa la musicologa Alicia Valdés Cantero.