Un proyecto donde se logra el sueño de producir de verdad

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Reybel Évora Peña es el primer niño de la provincia de Cienfuegos que logra el sueño de “producir de verdad”, gracias al proyecto de formación vocacional “3+1=Sumando”, auspiciado por la finca El Porvenir, en el municipio de Cumanayagua, y la Universidad de Cienfuegos. Aunque asumió hace unos meses la responsabilidad de este pequeño proyecto con mucha alegría, nada como ver nacer a los primeros dos chivitos, fuertes, sanos, rozagantes, de su rebaño.

Allá en la comunidad ganadera El Tabloncito, de Cumanayagua, Reybel gusta montar en su caballo, bañarse en el río, trepar a los árboles, y luego contar sus travesuras a sus amigos del aula, en la escuela primaria Osiri García Fonseca.

El muchacho de 12 años, quien luego de las actividades escolares acompaña a su padre en la atención de los animales y en el sustento de estos, fue seleccionado hace unos meses para encabezar el proyecto con cuatro ejemplares de ganado caprino, tres hembras y uno macho, de donde viene el nombre del proyecto.

Los ejemplares fueron donados por Alcides Hernández Pérez, propietario de la finca El Porvenir, quien explicó el objetivo de esta iniciativa educativa, productiva, de formación vocacional.

Reybel Evora Peña, del proyecto “3+1=Sumando”.
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Como objetivo —indicó el productor— aspiramos a preparar el relevo de los

trabajadores agrícolas, porque  estos niños que crecen en un ambiente campesino y aprenden de sus progenitores día a día, —al vincularlos directamente con estos programas de aprendizaje y de producción—,  pueden conocer en 20 años mucho más que cualquier persona de las que asumen tierras por primera vez.

A la  par de la crianza de esos pocos ejemplares —siempre ayudado por su familia porque el adolescente tiene su misión fundamental de estudiar—, Reybel aprenderá  cómo se puede desarrollar la producción de humus de lombriz con las excretas de su rebaño, para fertilizar producciones agrícolas y los sembrados de pastos, agregó Hernández Pérez.

“También va a tener la producción de leche a partir de los nacimientos de los chivitos, y se pudiera pensar en un proyecto a largo plazo para procesar el queso, con buenas propiedades.

“Podemos avizorar una producción de carne de chivo, aquí dentro de la comunidad, ello, según se sumen otros adolescentes y jóvenes a este programa de formación vocacional.

“La idea es que el proyecto se multiplique  poco a poco, con los propios niños de la comunidad y en la medida que crezca y fomente el rebaño del primero, quien hará donaciones a un segundo y así sucesivamente”.

Asnaldo Macías Lima, profesor de la universidad Carlos Rafael Rodríguez, de Cienfuegos, añadió que a través del Centro Martin Luther King se mantiene un vínculo con esa comunidad ganadera, a lo cual se une la asesoría de esta iniciativa.

Los nuevos ejemplares.

El propio Reybel contó que cuando le dieron esas crías, y armaron la caseta para el cuidado de los animales, se dijo que era un juego, pero un poco más en serio.

Los animales se nombran Gacha, Campanita, Lucera y  Palomo y son tan dóciles que comen de la mano del pequeño ganadero.

Muchos adultos que hoy peinan canas integraron círculos de interés en las escuelas primarias, donde forjaron sus primeras vocaciones: como médicos, cocineros, veterinarios, entre otros.

Esta iniciativa en El Tabloncito recuerda cuán positiva puede ser esa formación desde las primeras edades, no solo en el plano personal del futuro trabajador, sino en asegurar desde bien temprano experiencias e inclinaciones hacia oficios y profesiones que tienden a reducirse en estos tiempos.

Primeras crías del proyecto.

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