Richard y el liderazgo popular que derrumba barreras
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Cuenta el cienfueguero Enrique Richard López, destacado artista de la plástica, promotor cultural y líder comunitario, que el nombre de La Barrera; tiene su origen en el sitio donde, antaño, extraían la arcilla en la demarcación homónima.
Sin embargo, barrera es también freno, obstáculo, limitación, calificativos muy distantes de este delegado de la circunscripción 101 y presidente de ese Consejo Popular, quien accedió al diálogo con “5 de Septiembre”, previo al inicio del Primer Proceso de Rendición de Cuenta del Delegado a sus Electores, en el XVIII Período de Mandato de las Asambleas Municipales del Poder Popular.
La Barrera tiene un destacadísimo trabajo comunitario y popular no solamente con vistas a este diálogo sino en su desarrollo cotidiano. ¿Cuáles son las principales transformaciones, los cambios que hoy evidencian?
“Nosotros vivimos en una comunidad muy heterogénea y diría periférica, donde hay serias afectaciones en los viales, el alumbrado público, el sistema de acueducto, pero lo que más nos preocupaba era el tema de lo social. Nos dedicamos a la estructuración de las organizaciones de masas, conjuntamente con los organismos y los delegados porque cuando tú tienes una infraestructura es que eres capaz de realizar las otras funciones. Salimos de un evento como la Covid-19, donde la economía sufrió mucho, las empresas no estaban en condiciones de lograr todas las soluciones de los planteamientos del pueblo ¿Qué hicimos? Dijimos que desde las masas teníamos que acometer algunas tareas para ir saliendo adelante. Por ejemplo, en la circunscripción 79, en Los Pilotos, hicimos un parquecito, eso fue con las masas, recuperamos el parquecito infantil de la calle 18, estamos transformando la estética de la escuela, con el llamado también a los padres.
“Estamos transformando poco a poco – porque hay indisciplinas sociales- micro vertederos en jardines. Hemos hecho pinturas murales no solamente en la escuela, sino en los círculos infantiles. Con las masas también hicimos un campito de tiro deportivo para que los combatientes y los jóvenes tengan un lugar de recreación. Desde la cultura somos una potencia porque tenemos tres proyectos comunitarios y somos capaces semanalmente de hacer actividades y una vez al mes hacer una más emblemática”.
¿Cuál ha sido la respuesta de los electores de La Barrera ante ese llamado de movilización popular y comunitaria?
“Nosotros partimos de dos propósitos, primero el educativo y el participativo, por ejemplo nosotros no criticamos al que no aporta pero sí reconocemos al que lo hace. En las organizaciones de masas hay personas que tienen mucho prestigio, una historia y entonces hemos sabido unirlos en el grupo de trabajo comunitario. Creo que a partir del ejemplo personal de cada uno de esos compañeros y compañeras que acometen tareas en la comunidad, cada día se van sumando. Incluso, a veces nos dicen ‘no me avisaron’, y eso es un síntoma bueno. Además con ese ejemplo personal estás demostrando que a pesar de las limitaciones de recursos sí se pueden hacer cosas para beneficio de de la comunidad”.
¿Percibe usted un cambio en la forma de pensamiento de las personas, incluso en el actuar de los niños que también son protagonistas en las tareas que desempeñan?
“Yo creo que esos son los principales protagonistas. Para el diseño de las actividades nosotros partimos desde los niños, los jóvenes y los adultos. Cuando el público infantil participa, el niño no puede ir solo a la actividad, tiene que llevarlo un mayor y se duplica el público. También lo hacemos coincidir con fechas históricas y esa es otra dimensión en la que trabajamos, la historia. Cuando uno no conoce la historia no la defiende, tiene que conocerla; de allí también el vínculo con la escuela Pedro Suárez Oramas y los círculos infantiles Obreritos del Cemento y Niños felices. También le damos talleres para que aprendan a hacer manualidades. Hemos hecho exposiciones dentro y fuera del Consejo Popular. Los niños y jóvenes tienen mucha participación en las actividades que hacemos”.
El Proceso de Rendición de Cuenta próximo a iniciar, resulta un desafío en medio de los tiempos complejos que vivimos.¿Cómo se prepara para asumir ese diálogo con el pueblo que lo eligió?
“Yo tengo una gran confianza en enfrentar este proceso, precisamente porque no hemos gobernado solos, estamos gobernando con el pueblo y a la vez que el pueblo participa ya es parte de todos esos frutos. Aquí no podemos hablar del mérito de nadie en particular, sino del mérito de la comunidad.
“Siempre hay gente que no aporta, eso es democracia. Mayoritariamente vemos una participación, por lo tanto las rendiciones de cuenta van a ser una plataforma para estimular a todas esas personas, pero además tenemos una estrategia de que en cada reunión de vecino, tomar acuerdos por ejemplo de cuestiones que podamos hacer en la comunidad. Estamos educando al pueblo también en que no solamente es ir a pedir, sino cada uno aportar porque hay personas que sí quieren hacerlo, hay personas que sí tienen ideas. La rendición de cuenta es el momento propicio para entre todos tomar acuerdos y enfrentar esas cuestiones. Ahora estamos pidiendo permiso para hacer algunas acometidas de agua o desagüe de albañales, problemáticas que afectan al colectivo. Con Viales estamos logrando que en la avenida 70 se vayan eliminando los baches, para un mejor tránsito. Con Acueducto también vemos las cuestiones que más molestan a la gente nuestra. El pueblo ahora nos va a actualizar de cualquier idea que tenga. Yo creo que esa es la razón de ser de las asambleas. Nosotros tenemos que rendir cuenta como delegados, qué hemos hecho personalmente, por ejemplo, en la participación en las asambleas, lo los despachos. El delegado debe conocer el diagnóstico de su comunidad”.
Richard, ¿ha existido también una respuesta desde el punto de vista administrativo a esos planteamientos de la población?
“Yo soy delegado desde mayo de 1989, tenemos algún nivel de experiencia. Lo que hemos hecho con la comunidad, en mi manera de pensar, compromete a las instituciones estatales en poder darle solución. Cuando la dirección de la Asamblea o los directores ven que en una comunidad se trabaja, les cuesta mucho decirte que no.
“En cada reunión del Consejo Popular, el primer miércoles de cada mes, siempre llevamos uno, dos o tres asuntos resueltos. Ah, qué nos falta, sí, pero como dice Díaz-Canel, de una montaña de problemas vamos quitando pedacitos y por lo menos sabemos que ya no es el mismo nivel que al principio, ya vamos ganando y vamos a seguir”.
En este Período de Mandato de las Asambleas Municipales del Poder Popular, muchos delegados asumen por primera ocasión la responsabilidad de representar al pueblo. Con esta nueva hornada, ¿evidencian transformaciones profundas en La Barrera?
“Sí, yo diría que sí, desde lo social y desde algunas cuestiones materiales. Por ejemplo te puedo asegurar que hasta la corrupción la hemos combatido, el desvío de recursos, se ha ganado en prestigio y se respeta. Conversamos mucho con los administrativos, con las personas. Hay electores que nos lo dicen: ‘en la barrera se respira otro aire. Sabemos que nos queda mucho por hacer, pero tenemos la voluntad de hacerlo. Nos vamos a apoyar mucho en las organizaciones de masas para desde lo social seguir avanzando porque tenemos muchos problemas, la vivienda, el mismo estado de las calles que no son las mejores, los temas de acueducto. Lo que nosotros podemos resolver, por ejemplo, la capacidad en el Sistema de Atención a la Familia a una persona que lo necesite, o en la casita de abuelos, o alguna otra cuestión que esté en nuestras manos eso sí lo hemos hecho”.
A su juicio, ¿qué valores deben distinguir e identificar a un delegado del Poder Popular, cuáles son sus principales desafíos y retos?
“Fidel una vez dijo que los delegados del Poder Popular eran héroes de su comunidad y yo estoy de acuerdo. Pienso que lo primero es el sentido de pertenencia a su pueblo, porque él es parte de ese pueblo. Debe tener un gran sentido de la responsabilidad, del sacrificio. Nosotros no tenemos sábado, ni domingo, no tenemos horario pero lo hacemos con un gran amor. Creo que la palabra que encierra eso es amor. El desafío es tratar de aglutinar y entre todos darle solución a los problemas poco a poco. La rendición de cuenta es el espacio donde muchas personas se va a enterar de todo lo que se ha hecho a nivel de Consejo popular, en la circunscripción donde vive cada cual y las proyecciones que se tienen”.
¿Qué representa rendir cuenta al pueblo en un momento como este, con tantas complejidades en el orden socioeconómico?
“Estos son los momentos más difíciles que ha tenido el Poder Popular a través de la historia, porque la situación económica a raíz de las 243 medidas de bloqueo -hay personas que no quieren que se mencione la palabra pero hay que mencionarla- eso nos limita mucho, además de las insuficiencias que tenemos. Por ejemplo el delegado que haya cumplido con su despacho, que haya tenido un vínculo con el pueblo, que haya enfrentado tareas con las masas, va a estar en mejores condiciones de enfrentar este proceso. Las personas necesitan una respuesta, necesitan un acompañamiento.
“El Poder Popular no solamente se basa en el delegado, el es el líder pero a su alrededor tiene al médico, a los maestros, a los profesionales. En todas las comunidades hay ese potencial, sólo hay que saber descubrirlo, unirlo y enfrentar las tareas, poco a poco”.
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