Orestes Bombino Hernández: Aduanero para toda la vida

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 29 segundos

De los 60 años que acumula la Aduana General de la República (AGR), 40 marcan la existencia de Orestes Bombino Hernández. No llegó a la institución por azar o compromiso, sino al escuchar la voz de una vocación que había despertado mientras integraba, durante la etapa de la Secundaria Básica, un círculo de interés enfocado en este universo laboral.

Oficial de Aduana en la actualidad, cuatro décadas de bregar hacen que Bombino Hernández sienta a dicho organismo como parte sustancial de su vida, ese mundo que le ha permitido ser quien es y del cual se enorgullece.

Al realizar un recuento sobre su paso por la AGR, afloran a la memoria de este aduanero residente en Trinidad, instantes de regocijo y otros de tensión. Entre sus mayores alegrías, cuenta, figura el haber tenido la oportunidad de cumplir una misión de trabajo en México, República Dominicana y Venezuela, en 1993. Sin embargo, no recibió con el mismo beneplácito el cierre de la Aduana de Casilda en 2012.

No son pocas las anécdotas que ha atesorado a lo largo de estos ocho lustros, sobre todo en la labor de enfrentamiento. “Recuerdo una operación de sondeo a un yate danés que conocíamos que traía drogas a bordo, y no la encontramos por falta de información concreta, pero en la Aduana posterior se la ocuparon gracias a la información que le enviamos”, rememora.

En su opinión, ¿qué cualidades deben caracterizar a un oficial de Aduana?

“Ante todo, debe ser profesional, honesto, colocar mucha seriedad en su trabajo. Su principal reto es mantenerse actualizado en materia aduanera, debido a los altos riesgos a los que se enfrenta en frontera, ya sea con las personas o en las operaciones de comercio internacional. La superación y autopreparación constituyen la prioridad número uno para quien ocupa este cargo”.

Tras 40 años en la Aduana General de la República, Orestes Bombino Hernández, siente a la Aduana como parte de su vida. /Foto: cortesía del entrevistado

Padre de dos hijos, ninguno de sus muchachos lo siguió en ese empeño de cuidar las fronteras y contribuir a la tranquilidad ciudadana. Uno se dedicó a la Electrónica y el otro estudió Economía, pero ambos pueden mirarse en el espejo del padre para hacer suyos los valores de la responsabilidad y la entrega.

¿Qué consejo les daría a los jóvenes que ingresan a la Aduana?

“Que la sientan como parte de su vida”.

No sorprende tal respuesta en alguien como Bombino Hernández, un trabajador convencido de que no ha equivocado el camino que emprendió hace 40 años. “Yo me preparé como aduanero y volvería a escoger esta profesión”, asegura.

Visitas: 5

Yudith Madrazo Sosa

Periodista y traductora, amante de las letras y soñadora empedernida.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *