La polka en México

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Existe una tendencia a que llamemos “ranchera” o “corrido” a cuanta música popular llega de México, en especial si lleva acompañamiento musical de mariachi o si la interpreta alguno de los consagrados a los mencionados géneros.

Debo aclarar que México cuenta con muchos géneros tradicionales, todos ellos de gran popularidad desde hace más de un siglo. Junto con la ranchera y el corrido están los huapangos y otros, entre ellos la polka.

Las personas que se interesan en la historia musical de los pueblos puede que piensen que estoy en un error al mencionar la polka como un género musical mexicano. Es lógico que lo hagan, ya que la polka se originó en Europa, específicamente en regiones de Polonia, Alemania y Bohemia, como eran llamadas las actuales Chequia (República Checa) y Eslovaquia.

¿Qué hay, entonces, con eso de polka mexicana? Pues en la segunda mitad del siglo XIX arribaron al norte de México muchos inmigrantes de aquellas partes del continente europeo. Llegaron en su mayoría durante la llamada “fiebre del oro” que irrumpió en el suroeste de los Estados Unidos y el norte de México.

Los inmigrantes llevaron a México muchas de sus costumbres, entre ellas instrumentos musicales como el acordeón, y su música; entre ella la polka, un baile que se ejecuta dando saltos. Fue el norte de México la primera región en adoptar la polka como uno de sus bailes, y enseguida aparecieron compositores nativos que crearon piezas de ese género con características propias.

Durante la Revolución Mexicana, acaecida a partir del año 1910 la polca emuló en popularidad con el corrido y se extendió a todas las regiones mexicanas. Pasaron los años y se quedó en el gusto popular, ya con formas musicales, a las que se les añadieron letras. A partir de entonces fue un género más de la música mexicana.

Es un ritmo alegre y rápido bailado con movimientos hacia los lados y taconeando como si los danzantes galoparan. En su forma original con las polkas se realizan coreografías muy vistosas. Aunque se extendió por todo México, sigue siendo representativa de regiones más al norte como Coahuila, otros estados que colindan con los Estados Unidos, y el estado de Nuevo León cuya capital es Monterrey.

Las polkas llegaron a México como piezas instrumentales. Cuando se mexicanizaron, los compositores del país les pusieron letras, una innovación que las hizo mantenerse a través del tiempo.

Entre las más famosas polkas mexicanas vale mencionar una que se titula Los ojos de Pancha de la que tienen una buena versión Los alegres de Terán. Hubo un compositor llamado Cirilo Santana que escribió la polka titulada Polidor, que hace tiempo escuché a cargo de la Orquesta Típica de Guadalajara.

Un gran cultor de polkas es el norteño Poncho Villagómez, quien con su grupo Los Coyotes del Río Bravo se ha especializado en tocarlas. Entre esos títulos figuran La chaparrosa, La chachis, La rielera (confundida a veces con un corrido), y El cerro de la silla, inspiración de Antonio Tanguma.

Entre las polkas más conocidas, incluso fuera de México, está la que se titula Échale un cinco al piano, autoría del compositor Felipe Valdés Leal, oriundo de Coahuila, tierra donde la polka se mexicanizó. Al escucharla por Antonio Aguilar y Flor Silvestre, acompañados de mariachi, se puede pensar que es una Canción Ranchera, aunque en realidad se trata de una Polka.

Entre los intérpretes mexicanos que popularizaron este género bohemio naturalizado mexicano, es importante mencionar a Eulalio “Lalo” González, más conocido como “Piporro”. Con su carisma y estilo humorístico, este inolvidable intérprete regiomontano dio a la Polka un toque distintivo que la hizo brillar entre los otros géneros de la música ranchera.

En su repertorio figuran alegres y simpáticas Polkas como El taconazo, Chulas fronteras y Eres casado entre muchas otras. Estas piezas y su contenido no ocultan su esencia norteña. Sin que exista duda, la Polka en México le dio paso a la Música Norteña con todas sus variantes.

Antes de finalizar pongo a consideración de ustedes una Polka que ganó fama universal. Es una Polka instrumental compuesta en 1927 por el músico checo Jaromír Vejvoda. En 1934 apareció una versión alemana y se le añadió letra para ser cantada. A partir de entonces la pieza fue conocida en el mundo entero y aparecieron versiones de ella en varios idiomas.

Para concluir este comentario acerca de la polka mexicana, disfruten de esta que es originaria, como ya aclaré, de Bohemia (Chequia y Eslovaquia actuales).

Hasta el próximo domingo con Barrilito de cerveza, a cargo de André Rieu y su orquesta Johann Strauss.

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