Flor de ajo, superchería y realismo

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En la novela Drácula, de Bram Stoker, el inminente profesor y doctor en Medicina Van Helsing, ante la sospecha de que la bella y delicada Lucy era víctima de un ser endemoniado, posiblemente un vampiro, le hace usar a la enferma un collar de flores de ajo, mientras esparce y embadurna toda la habitación con los mismos capullos.

A propósito del tema, cuentan que el olor al bulbo le era fatal al conde Drácula, según las supersticiones y leyendas sobre este personaje, que padecía de porfiria eritropoyética, una enfermedad que provoca la palidez facial; en tanto, los vampiros como él tendrían un gran olfato que no podría soportar las fuertes emanaciones de esta especie.

Dicen, también, que tal repulsión se debía al disulfuro de alilo, un componente del ajo que produce la destrucción del grupo hemo, referido al alimento vital de esos monstruos creados por la imaginación fantástica del hombre.

SUPERSTICIÓN APARTE

De seguro que casi todo el mundo ha pensado en cómo crece el ajo. Además de la planta propiamente dicha, también existe la flor de la misma, que es la semilla de la especia. Estos pimpollos conservan el olor y el sabor de donde proceden y también se pueden utilizar en la cocina, además de aprovechar sus propiedades medicinales.

Según estudios, las flores, ya sean moradas, blancas o rosa clara, poseen cualidades benéficas como el vegetal que las produce, en relación con su capacidad antibacteriana, lo que permite que se mantenga sin contacto de hongos y otras bacterias y plagas que puedan resultar invasivas tanto para ellas como para la vegetación que la rodea. De ahí que las consideremos como un excelente fungicida natural.

Tener flores de ajo es muy fácil. Lo único que hay que hacer es dejar que la planta se desarrolle durante más tiempo del que lo haría para cosechar un bulbo. Estos no sólo conservan el embrión, sino también la energía que la mata necesita para crecer. No muchos de nosotros decidimos dejar desarrollar la plantilla hasta el punto de floración, pero es una experiencia asombrosa ver sus brotes. Por lo general, los agricultores no optan porque se desenvuelvan toda vez que quieren mantener cebollos más grandes para uso comercial.

Por otro lado, esta parte de la hortaliza  también es comestible, ideal cuando acaba de empezar a florecer. Los botones florales se endurecen a medida que se desarrollan las semillas y su textura dista mucho de ser deliciosa. Si se quieren consumir, hay que lavarlas bien, ya que son pequeñas y bajo ellas se esconden diminutos insectos y polvo.

Estos capullos pueden secarse y así conservarla durante más tiempo. Eso sí, hay que dejarlas que lleguen hasta justo antes de que sus semillas empiecen a madurar. Entonces, debes cortar los tallos junto a la base y envolver sus extremos. Las flores es aconsejable colgarse boca abajo de un palo o barra en un lugar seco, cálido y sombreado, evitando la luz solar directa.

En esa misma línea, al cabo de un mes aproximadamente, nuestras útiles florecillas están completamente secas y lista para usar. Tenga en cuenta que para que la planta pueda producir tanto flores como dientes, necesita unas condiciones óptimas.

Luego, ten mucho cuidado con la preparación del suelo antes de plantar, ya que el desarrollo vegetativo de la especie depende de ello. Agregar que a fin de lograr una nutrición óptima del vegetal, puedes optar por un abono extra. y asegurarte siempre de que las plantas no se sequen.

DE SUS USOS SE HABLA

Las flores de ajo se pueden utilizar tanto crudas como cocinadas. Suelen emplearse para saltear, asar, asar a la parrilla e incluso hervir. Además, otra variante consiste en añadir a ensaladas, sopas, platos de carne y poner por encima al terminar una tortilla. También es idónea para elaborar una buena salsa para la pizza.

Algunos chef de cocina la estiman comoquiera que resultan  ideales para el puré de patatas o los platos de arroz. La flor de ajo, al igual que el bulbo, tiene fuertes propiedades antimicrobianas y antioxidantes, ideales para mantener sano el sistema inmunitario. Hay quien optan por tomar un diente de ajo al día ¡como si fuera una pastilla!

Se puede utilizar directamente después de ser recogido para potenciar su sabor. Basta con añadirlo a la mantequilla, la mayonesa, la soja, el marisco, los tomates, las tortillas, junto a hierbas frescas como las básicas o el orégano. Puedes guardarlo hasta una semana en la nevera, pero procura utilizarlo antes de que la flor empiece a marchitarse.

Sepa que puedes cultivar fácilmente tanto flores como dientes y decidir cuál te gusta más para que en el futuro te centres en obtener sólo uno de ellos. Además de su uso culinario, la flor de ajo es muy bonita para decorar tu casa. No huelen tan fuerte a menos que los cortes, así que también es posible conservarlos como decoración.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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