En el aniversario 172 del natalicio de Martí: “Honrar honra”

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Enero es un mes en que se honra a José Julián Martí Pérez como maestro, autor intelectual del Moncada y por sus innumerables facetas de político, escritor, periodista, independentista, entre tantas otras de su corta vida. Pero rara vez se escribe o dialoga sobre su apotegma “Honrar honra”.

En ese sentido versan las apreciaciones del Apóstol sobre Carlos Marx, líder del proletariado mundial y cuyo símbolo con el pensamiento martiano y fidelista forman parte indiscutible de la ideología y Revolución cubana.

En el periódico “La nación”, de Buenos Aires en un apasionado artículo, que cada cubano de hoy debe leer, con fervor escribió: “Ved esta sala, Karl Marx ha muerto, como se puso al lado de los débiles, merece honor. Pero bien no hace bien el que señala el daño y arde en ansias de ponerle remedio, sino el que enseña remedio blando al daño. Espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres. Mas, se ha de hallar salida a la indignación de modo que el bestia cese, sin que se desborde, y espante”.

Sobre él Marx expresó además: “(…) Vienen a honrarle hombres de todas las naciones. La multitud que es de bravos braceros cuya vista enternece y conforta, enseña más músculos que alhajas y más caras honradas que paños sedosos. El trabajo embellece. Remoza a ver un labriego, a un hebrador, o a un marinero. De manejar las fuerzas de la naturaleza les viene ser hermosas como ella”

En esa expresión, pletórica de cariño y admiración, Martí refleja evidentemente su impaciencia revolucionaria. Coincidía plenamente el Apóstol con Engels al caracterizar a Marx ante todo como un rebelde, como un revolucionario.

Nuestro Maestro cerró la descripción de aquella velada con su lenguaje policromado único, siempre profético: “Marx es el héroe más noble y el pensador más poderoso del mundo del trabajo”.

Los enemigos ideológicos de la Revolución, por cierto, aviesamente hasta en las llamadas redes, han querido utilizar a Martí como un reprochador de Marx. ¡Yerran y mienten nuestros enemigos!  lo que ha sido así y lo seguirá siendo mientras exista la sociedad clasista explotadora. Pero será una peor deducción calificar a Martí de pacifista a toda costa cuando siempre creyó necesaria la lucha por la independencia y no dejar de auspiciarla.

Así mismo Martí aplaudió en Marx la denuncia a lo que indigna. ¡Cuánto de martiano y de marxista hay en Fidel! quien sentenció: “Nos está obligando a avanzar más rápido, no solo estamos consciente de su importancia, tenemos una necesidad vital, una necesidad vital de impulsar la revolución y en ello la última palabra la tiene el pueblo”.

Y ante la confusión que a veces prevalece por doquier y que abre caminos al fanatismo, la acción es continuar la lucha larga y cruenta pues todavía no se ha logrado lo que esperamos. Coincidimos con Martí en que la hipocresía, el acoso y la barbarie son los antivalores de este mundo complejo y globalizado. En medio de esa realidad debemos continuar la apuesta por el  ya mencionado apotegma martiano “Honrar, honra”.

 


Por: Msc. Jesús Fuentes Ávila

         Lic. Diosmiley LLerena Suárez

         Lic. Yarilis Cartaya Sarmiento  

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