El Vara de Cienfuegos, 50 años en línea

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En medio siglo en las telecomunicaciones Juan Montes de Oca Suárez ha prestado ayuda solidaria en Cuba y el mundo, actitud que prestigia a los trabajadores sureños

A sus más de siete décadas de vida, para Juan Montes de Oca Suárez, jefe de Red de Acceso de la División Territorial de la Empresa de las Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), pensar en el retiro es como vivir el anunciado apagón analógico, no reconectar con ninguna otra tecnología. Sería romper la rutina de más medio siglo de labor, frenar su tránsito por las mutaciones tecnológicas que ha vivido Cuba durante la Revolución.

Largo, como era ya desde sus tiempos de Servicio Militar Activo en 1967, entró a las telecomunicaciones apodado como El Vara; así lo conoce el país entero. “Desde esa fecha hasta hoy no he hecho otra cosa que trabajar en este sector. Tanto en Etecsa, como en el país, y hasta fuera de la Isla”.

Comenzó como liniero, transitó como reparador, pero con las labores de planta exterior, el segmento de red más complejo de la empresa, estableció una relación para toda la vida. “Aunque es siempre el que más expuesto está al sol, el que puede ubicarse en la manigua, en las condiciones más inhóspitas”, reconoció.

“Retos tenemos todos los días. Enfrentarnos las dificultades a causa de la falta de recursos, transporte, combustible. Somos los que le damos la cara al pueblo, porque nos corresponde garantizar muchos de los servicios de la empresa”.

En su trayectoria no solo ha conectado líneas en su sentido más literal; los vínculos más estrechos en la historia de su vida se han establecido a través de la solidaridad. No pocas veces ha sido parte de las brigadas de rostros anónimos que marchan en medio de conflictos, tormentas y fuertes temporales a restablecer las comunicaciones. “Dos años en Angola, dos en Nicaragua, otro tanto en Granada. Esas fueron de las más duras misiones. Siempre estoy dispuesto a ir a donde sea necesario”, recuerda.

“Yo no tengo hora. Lo mismo me pueden llamar a las once de la mañana que a las tres de la madrugada. Estoy a disposición de mi país”, dijo. Y así ha sucedido cada vez que la naturaleza sacude una parte del archipiélago cubano.

“De los eventos meteorológicos que han pasado por Cuba, he participado en la recuperación de casi todos. Baracoa, en Guantánamo, fue uno de los más fuertes. Llegamos un día después del paso del ciclón, y estaba aislada e incomunicada. Allí estuvimos casi 50 días en condiciones muy duras. No nos fuimos hasta que pudimos restablecer todas las líneas”.

Proeza laboral fue la encomienda del tornado de La Habana, en enero de 2019. Con casi 70 años, El Vara fue hasta Guanabacoa, plantó campaña, y empezó a levantar con el pueblo los destrozos de aquel fenómeno, “desastre como ese no había visto. Daños considerables en las redes. Pero en 19 días restablecimos los servicios”, contó.

“Ya hace rato estoy en edad de jubilación, y cada vez que pienso en eso, me da tremenda tristeza. Aunque ya este año habrá que definir, porque ya tengo 72 años y la edad me está pasando la cuenta. Pero las comunicaciones me corren por las venas. Esta es mi vida”, concluyó El Vara antes de reincorporarse al trabajo.

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