El calvario de vivir en las alturas
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El edificio número 15, conocido como 18 Plantas del reparto Pastorita, sigue generando debates en las asambleas de rendición de cuenta; quejas constantes que se remontan hasta el año 2014
Es lo primero que se ve en la distancia cuando los viajeros llegan a Cienfuegos: una mole azul de concreto con 140 apartamentos que por fuera parece una estructura lozana, pero que esconde hacia adentro una artritis reumatoide que acumula ya 40 años, y sigue pasando el tiempo sin que mengüe su dolor.
Efectivamente, las apariencias engañan: el edificio número 15, conocido como 18 Plantas del reparto Pastorita, sigue generando debates en las asambleas de rendición de cuenta; quejas constantes que se remontan a los años 2014, 2015 y 2016, donde se pidió a gritos un recambio de tuberías y el tan necesario ascensor. En torno a este equipo electromecánico giran disímiles incógnitas, entre ellas, el porqué una estructura de esta tipología (del sistema constructivo IMS de origen yugoslavo) que admite dos elevadores, hoy solo tiene uno operando, y por si fuera poco, en pésimo estado.
Los residentes más veteranos aseguran que en el edificio funcionaban dos aparatos de la marca japonesa Hitachi, hasta el año 2016, que fueron intervenidos. Entre las personas que transmiten sus preocupaciones sobre el tema está Sarah Rosales Cuba, residente allí, quien atestigua que el artefacto lleva roto desde finales de octubre y principios de noviembre de 2023 (más de seis meses), con periodos largos de intermitencia.
En esencia, los problemas de estos inmuebles multifamiliares deben ser atendidos por un departamento específico de la Dirección Municipal de la Vivienda, y por tanto es la instancia a la que deben dirigirse las personas aquejadas. Sin embargo, ya lo han hecho en reiteradas ocasiones y la respuesta ha sido desalentadora. “En ‘Vivienda’ se efectuó una reunión y se decidió que fueran detenidas las funciones del elevador por las malas condiciones en las que se encuentra. Sin embargo, gracias a la persona que hoy trabaja como ascensorista, que de manera admirable se comprometió a hacerlo mientras estuviera disponible, podemos subir a nuestras viviendas sin la agonía de las escaleras”, estima.
Otra señora residente, que no quiso dar su nombre, afirmó que las puertas internas del elevador se oxidaron producto del agua que corre por todo el lugar, debido a los dilemas hidro sanitarios que presenta el inmueble. “Para poder trabajar adecuadamente, ese elevador tiene que ser operado desde dentro por una persona conocedora”, dijo.
Se supo que el mencionado ascensorista –a quien se le paga por esa labor un sueldo risible–, no puede estar 24 horas atendiendo a los que suben y bajan, porque también tiene otras obligaciones. “Él bastante hace, que está allí en el horario pico, y cuando hay alguna emergencia acude enseguida a socorrer a la gente (…) Ahora con el tema de los apagones la situación ha empeorado muchísimo”, afirmó también.
Los ascensores, según expertos cubanos, son unidades electromecánicas que pueden tener hasta 50 años de vida útil como promedio. Empero, el 90 por ciento de los que hay en nuestro país son de tecnología descontinuada, dificultándose la obtención de piezas de repuesto de los equipos que prevalecen. Así pues, las mencionadas herramientas solo pueden adquirirse mediante un pedido, lo que implica un costo muy alto.
Así y todo, las instancias correspondientes, con la Dirección Municipal de Vivienda al frente, tienen la responsabilidad de diseñar y sostener una política que viabilice un mantenimiento sistemático del equipo que hoy existe allí o colocar un panel solar en la azotea para darle vitalidad en los momentos que no haya fluido eléctrico.
En cualquier circunstancia tienen el deber de no dejar desamparados o sin respuesta pertinente a la población, en la cual se encuentran adultos mayores de 60 años que viven en la mayor atalaya de Pastorita (que no son pocos), los cuales sufren a diario la bajada y el ascenso luego del penoso y escalonado calvario, para buscar algo tan básico como el pan o comprar las verduras.
Por otro lado, tiene que igualmente florecer la responsabilidad ciudadana allí, censurar a quienes arrojan basura y agua fétida desde los pasillos y balcones que en definitiva hacen mella contra la propia estructura.
Eso es una tarea del orden puramente vecinal, que beneficia a todos, y puede solucionarse con el concurso de sus moradores.
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No es fácil la pelea, de contra que no hay huevo ni carne, ni salario que aguante, para estar resistiendo bajando y subiendo a pie.
Así mismo es. Está siendo dificilísimo para todos, pero para esas personas todavía más.
Gracias por leernos & compartir su criterio en el sitio.
Que dejan para el Edificio No, 17 8 Plantas frente a la parada las filtraciones llueven, no existen barandas en las escaleras las tuberias de desague rotas y de que vamos hablar de los basureros el Edificio 18 hecha toda la basura en el area de jardineria
Un horror. Fui hasta allí y lo constaté con mi cámara. Las personas en esos edificios tienen muy poco sentido de la limpieza. Pero es un mal que agobia a toda la provincia en estos momentos.
Gracias por compartir su opinión con nosotros.