Dos puntales de la industria en Cienfuegos
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Hombres como Felipe J. García Arango y Héctor Rodríguez Águila, son los que hacen falta en cada centro laboral. Gente que cuida a los suyos y a su entidad de manera constante y decidida. Ambos, con más de cuatro décadas consagradas a las faenas industriales en la Refinería Cienfuegos S.A, acumulan experiencias que son paradigmáticas para los más jóvenes que integran el plantel.
“Los primeros tiempos en la Refinería trabajé en la Planta completa, que así se llamaba el área donde se recibía todo lo proveniente de la otrora Unión Soviética (URSS), equipamiento y demás; tareas de ‘choque’ les llamamos acá, de las cuales nunca me he alejado mucho”, comenta Felipe, de 67 años de edad, oriundo de Guanajay, provincia Artemisa, con una larga hoja de ruta también en labores sindicales de la industria.
García Arango es especialista en Seguridad, Ambiente y Salud, y jefe del grupo de Energía, Riesgo y Control de Emergencia dentro de ese apartado, ingeniero químico de profesión, y asevera que siempre le atrajo el ámbito de marras, pero tuvo que asumir responsabilidades muy dispares durante su etapa laboral, vinculándose en sus años mozos a la dirección de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y al gremio del Partido, a la cabeza incluso de la dirección en uno de los municipios de la provincia.
Por su parte, Héctor Rodríguez Águila trabaja allí desde septiembre de 1984, y literalmente vio nacer, levantarse poco a poco la Refinería. “En aquel entonces no existían estos grandes edificios ni esas altas torres. Fueron años memorables pues éramos muchos jóvenes con unas ganas enormes de trabajar y desarrollarnos profesionalmente.
“Sin duda alguna puedo decir que teníamos un espíritu de superación encomiable. Fuimos la fuerza motriz que forjó las excelentes relaciones con la administración de la antigua URSS, potencia económica que nos apoyaría”, alegó el ingeniero Termoenergético.

Mientras habla un poco sobre sus importantes quehaceres cotidianos en la factoría, como jefe del Grupo de Servicios Técnicos-Mecánicos, el veterano recuerda los numerosos altibajos vividos en aquellos años.
Entre dichas memorias, resalta los sueños rotos que se vinieron abajo con la caída del bloque socialista de la URSS, que trajo como resultado un periodo largo de negociaciones infructuosas por la parte cubana, para poder echar a andar la industria en todo su esplendor. “No fue hasta el año 2007 cuando gracias a la buena voluntad entre Fidel Castro y Hugo Chávez con PDVSA, de Venezuela, que se hizo posible traer de vuelta el anhelo de todos. Hay que decir que, en un periodo de rehabilitación que se efectuó en solo dos años, se vio reflejado el éxito que representó luego tener la materia prima estable con la reconocida petrolera sudamericana”, valoró.
PILASTRAS PARA LA SEGURIDAD Y PROTECCIÓN
Ambos, tanto García Arango como Rodríguez Águila, mantienen un vínculo directo en el plano de la prevención de riesgos, una cuestión que la empresa lleva de la mano con severidad.
“Las medidas de seguridad tienen múltiples aristas hoy en la Refinería. En una entidad como esta se valoran mucho más, y ahí están frescas las memorias de los supertanqueros de Matanzas. En este tipo de industrias, que aportan tanto a la economía, un solo error puede ser nefasto y con peligros potencialmente elevados en todos los niveles”, asegura el primero de ellos.
Los posibles fallos que hoy analiza la Refinería de conjunto con la Empresa de Inversiones GAMMA tienden a ser multicausales, según explican estos expertos, y que, por ser procesos rutinarios, se pasan por alto y no deben suceder por ningún motivo.
“Con la experiencia del derrame de las piscinas en 2019 fue distinto, constituyó accidente complejo pero no hubo peligro directo para el hombre, dígase explosión o incendio, más allá de la afectación al medioambiente que también fue muy complicada. No obstante, se desplegó el plan antiderrame a nivel provincial y nacional, y se logró mitigar en un tiempo relativamente corto el derramamiento de crudo, ya que el personal de todas las áreas se desplegó allí”, recordó García Arango.
Estos dos hombres, jubilados y recontratados, siguen en “la pelea a pesar de los años y hasta que nos acepten”, coinciden. “Creo que es importante la aceptación. Sentirse acogido por los más jóvenes colegas, por las nuevas generaciones, poseedoras de conocimientos frescos y novedosos, es fundamental para seguir adelante”.
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