Dayaisy Miranda Martínez: “La Ingeniería química ayuda a mantener un control estricto de los procesos”
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Dayaisy Miranda Martínez labora desde hace 8 años en la Empresa termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes, de la provincia de Cienfuegos.
Egresada a principios de 2024 como Ingeniera química por la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, en la modalidad de Curso para Trabajadores, la joven ocupa hoy la plaza de especialista principal del Laboratorio central en la industria sureña.
¿Por qué te decidiste por la Ingeniería química?
“Cuando terminé noveno grado estaba decidida a estudiar y trabajar a la vez; además, no me gustaba el preuniversitario y tenía claro que quería optar por el técnico medio en Química industrial en el politécnico 5 de Septiembre. Fueron cuatro años, terminé como primer escalafón y con título de oro.
“Eso me dio la posibilidad de elegir mi ubicación laboral de primera y me decidí por la Termoeléctrica. Aquí empecé mi adiestramiento, primero en el laboratorio central, luego estuve siete años y medio en la planta de tratamiento de agua, por turnos.
“Después del primer año de trabajo en esa área empecé a estudiar Ingeniería química por encuentro en Santa Clara”.

¿Cuál es la función del especialista principal del Laboratorio?
“Me encargo de regir, controlar y dar seguimiento a los procesos y todos los análisis que realizamos en el laboratorio, ya sea a los aceites, los combustibles, los aditivos, las cenizas de los calentadores de aire regenerativos, el agua.
“También debo velar porque no se me acaben los reactivos, hacer las solicitudes a tiempo, velar por el equipamiento”.
¿Qué importancia tiene la Ingeniería Química en una industria como la Termoeléctrica?
“La Ingeniería química es el control de los procesos. Acá tenemos la planta de tratamiento químico de agua, el laboratorio exprés y el central. Considero que esta rama de la ingeniería resulta fundamental porque ayuda a mantener un control estricto al cumplimiento de los parámetros.
“Por ejemplo, si no verificamos los indicadores, ya sea de sílice, de conductividad, de pH u otro, como está normado para el agua que debe consumir una caldera, esto puede traer consecuencias negativas, como el deterioro de esa caldera, los tubos, las paredes. Además, puede ocasionar un consumo excesivo de reactivos, productos químicos y combustibles a la vez”.
Desde el punto de vista personal y profesional, ¿qué te ha aportado el trabajo en la “Carlos Manuel de Céspedes”?
“He crecido tanto en el ámbito personal como profesional porque soy un poco tímida. Me costaba mucho trabajo hasta el más mínimo detalle, pero con el tiempo me he relacionado con otros colegas, conocí más a las personas y ya me siento como en casa.
“En el caso profesional también crecí. Primero me desempeñé como operadora analista en la planta de tratamiento de agua y ahora como especialista principal he abierto más los ojos, presto más atención al por qué de las cosas, por dónde regirme, qué tener en cuenta para cualquier procedimiento. Me he nutrido mucho”.
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