Convencer: transformar la conciencia
Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 47 segundos
Por: Ivón Morales Castellanos y Camilo Alonso Machado*
Desde tiempos remotos ha sido para el hombre una necesidad convencer o persuadir a sus semejantes. Hoy esta actividad no es solo una urgencia, sino que también se hace difícil y compleja por varios factores, entre los que destacan las interferencias que ocurren en los mensajes y el nivel de desinformación que emplea el enemigo por sus diferentes medios y vías de comunicación.
Para los revolucionarios cubanos esta tarea es todo un reto si, además de lo antes mencionado, le agregamos las limitaciones objetivas que en el plano económico existen, las cuales repercuten en el estado de opinión de las personas; eso sin olvidar el efecto negativo de nuestros propios errores.
Es común encontrarse a diario a personas con actitudes inaceptables, tales como la negativa de algunos compañeros a aceptar cargos en organizaciones políticas y de masas, a ser precandidatos a delegados al Poder Popular, la pasividad ante determinadas indisciplinas, hechos de corrupción e ilegalidades, entre otras.
Se impone hacerle entender a los revolucionarios que la combatividad y el convencimiento son armas poderosas en esta lucha ideológica. Recordemos siempre la afirmación del General de Ejército Raúl Castro, en el Vlll Congreso del Partido, cuando expresó: El trabajo Político Ideológico no es hacer más de lo mismo. A los que incurren en hechos que atentan contra el bienestar social, en violaciones o infringen la ley es necesario persuadirlos de que tales actitudes no se corresponden con las normas morales y jurídicas de nuestra sociedad. No hay otra alternativa que convencer. Pero ¿cómo lograr convencer? La encomienda no es fácil, pero tampoco imposible si se tienen presentes algunas sugerencias.
Lo más importante es ver la persuasión como un proceso mediante el cual, a través de determinados actos comunicativos, el emisor busca la comprensión, el juicio, la receptividad y la aceptación en el receptor. Su función principal es convencer al interlocutor de que la fundamentación que se trasmite es la más correcta; por lo que el razonamiento no puede faltar. Más, ¿qué reflexiones debemos hacer en el proceso de persuasión para estar en correspondencia con las necesidades políticas que nos exige el contexto actual?
Primero: lograr la comprensión y el apoyo a las medidas actuales tomadas por la dirección de la Revolución. Para hacer realidad lo anterior es necesario el debate, la reflexión, y la actuación en correspondencia con el mensaje que trasmite el discurso pronunciado por nuestro presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez en el lX Pleno del Comité Central. El dirigente expresó quehace falta lograr mayor legitimidad y liderazgo en los cuadros, que solo es posible cuando demuestran ejemplaridad, convicción y firmeza política, solo así la capacidad de movilización y el compromiso del pueblo están garantizados. Este discurso no es solo un llamado a rectificar actuaciones negativas sino también una muestra de actitud crítica ante lo mal hecho; es un referente en el actuar cotidiano ante las limitaciones que aún poseemos.
Un segundo elemento es el enfrentamiento a manifestaciones políticas e ideológicas de enemigos de la Revolución o confundidos. Enfrentar opiniones contrarrevolucionarias en cualquier lugar que nos encontremos, es una necesidad de nuestros días, no podemos olvidar que nos encontramos en franca batalla ideológica.
A estas ideas es necesario sumar un tercer punto que consiste en resaltar nuestros principios y valores, la obra de la Revolución. No cabe dudas de que si hemos soportado el duro y prolongado período especial es gracias a los principios y valores que nos sembró el Socialismo. ¿Pero por qué siempre o casi siempre limitamos la defensa de la obra de la Revolución a las esferas de la salud y la educación? ¿Acaso la Revolución se limita solo a estos dos importantes sectores?
Si logramos mostrar la positiva irrefutabilidad de los hechos, las ideas, la información que ofrecemos, ayudaremos a nuestros interlocutores a formular conclusiones propias. Si logramos motivar a las personas sobre las cuales ejercemos nuestra influencia, si logramos conocer sus características psicológicas (temperamento y carácter), si le brindamos suficientes ejemplos, argumentos, si tratamos de trasmitir la información a través de los diferentes sentidos o combinándolos (visual, auditivo, etc.) es difícil que alguien se resista a entender lo que nos proponemos trasmitir.
Es importante, además, que durante el proceso de convencimiento no se trasmita un exceso de información, recordemos que el individuo solo recuerda el 20% de la que recibe. Por último, es aconsejable no subestimar o menospreciar a nuestros interlocutores. No olvidar que el pueblo cubano ha alcanzado un alto nivel cultural, lo cual es fruto de muchos años de Batalla de Ideas.
Si logramos vincular lo hasta aquí expuesto, en la medida de las posibilidades, a las experiencias individuales de cada revolucionario, casi seguro obtendremos resultado. El reto es grande pero no imposible. Hay suficientes cuadros, militantes y revolucionarios capaces y preparados. Solo falta cumplir como siempre, con Fidel, Raúl, Díaz-Canel y el Partido.
*Los autores son profesores de la Facultad Política Alejandro Nápoles León, de Cienfuegos.
Visitas: 8