Entre el mar y una atalaya (+Fotos)

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Uno de los rincones más bellos e interesantes del litoral cienfueguero se ubica muy cerca de la entrada a la bahía de la provincia. Resguardada por el faro de punta de los Colorados (Villanueva), la playita del Cable Inglés deviene en paraíso escondido en la margen izquierda de la carretera que enlaza a la ciudad cabecera con el Hotel Pasacaballo, y que muy pocos conocen.

Un trillo da acceso a la playita, ubicada allende a la punta de los Colorados.
Un trillo da acceso a la playita, ubicada allende a la punta de los Colorados. 

Hasta allí fue un grupo de amigos perlasureños y villaclareños, impulsado por la celebración de un cumpleaños bucólico, donde, además de la homenajeada, la protagonista en dicha aventura sería también la naturaleza.

El sitio se enmarca muy cerca del área protegida de refugio Laguna de Guanaroca - Punta Gavilanes- de interés para la biodiversidad.
El sitio se enmarca muy cerca del área protegida de refugio Laguna de Guanaroca – Punta Gavilanes- de interés para la biodiversidad.
Las olas crean un verdadero frenesí contra el litoral y las rocas.
Las olas crean un verdadero frenesí contra el litoral y las rocas.
Las olas crean un verdadero frenesí contra el litoral y las rocas.
Las olas crean un verdadero frenesí contra el litoral y las rocas.
Se aprecian en lontananza las estructuras hoteleras de la zona.
Se aprecian en lontananza las estructuras hoteleras de la zona.

El nombre, vinculado al devenir de un antiguo cable submarino que aún hoy perdura en las cercanías, unió en su momento telegráficamente a la boyante urbe cienfueguera, por ejemplo, con las poblaciones de Batabanó, Santiago de Cuba, La Habana y otros territorios de la región caribeña con los Estados Unidos y Europa. Han pasado 150 años de su establecimiento en aquellos lares y bien poco queda de él. Luego de la escaramuza entre españoles y norteamericanos en la década del 70 del siglo XIX, que produjo su inhabilitación, la fuerza de la naturaleza ha sido quien se ha adueñado de los vestigios, que tanto buzos como fotógrafos han podido dar cuenta de ello en múltiples inmersiones y obras.

Formaciones rocosas peculiares se alzan como lunares en medio del mar.
Formaciones rocosas peculiares se alzan como lunares en medio del mar.
Villanueva es el guardián de la entrada a la bahía, con alrededor de 20 metros de altura.
Villanueva es el guardián de la entrada a la bahía, con alrededor de 20 metros de altura.

El faro de Villanueva, a escasos metros de la pequeña playa, es también testigo y atalaya del tiempo. Si bien actualmente no posee la estructura original que resguardaba esas aguas hace centuria y media, guía desde 1901 la comarca marina, ofreciendo con su luz la esperanza en noches oscuras.

Desde la cima la visual resulta extraordinaria.
Desde la cima la visual resulta extraordinaria.
Los amaneceres tienen un encanto especial, marcados por la muralla cenicienta del macizo de Guamuhaya.
Los amaneceres tienen un encanto especial, marcados por la muralla cenicienta del macizo de Guamuhaya.

Aunque el acceso a la cresta de la torre blanca de 66 pies está hoy limitado, sería muy positivo que en años venideros los visitantes nacionales y foráneos pudieran conocer más de cerca sobre esta estructura emblemática, nombrada en honor del político y economista cubano Claudio Martínez De Pinillos, conde de Villanueva (1782-1853), “Superintendente de Hacienda que tantos beneficios hizo a esta Isla”, según afirmaban Pablo Díaz de Villegas y Pablo Ladislao Rousseau en la Memoria descriptiva, histórica y biográfica de Cienfuegos (1920).

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Delvis Toledo De la Cruz

Licenciado en Letras por la Facultad de Humanidades de la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas en 2016.

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