Carlos Puebla: guitarra y voz al servicio de la Revolución
Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 29 segundos
Ningún hecho relevante en el devenir del pueblo cubano pasó inadvertido para la guitarra y la voz de Carlos Puebla. Como cronista agudo reflejó en sus composiciones el acontecer nacional a partir de 1959, por lo que se lo considera el cantor de la Revolución en Cuba.
Nació el 11 de septiembre de 1917, en Manzanillo, en la región oriental, bajo el nombre de Carlos Manuel Puebla Concha. De niño aprendió a dominar la guitarra, de forma autodidacta, si bien perfeccionó sus estudios más tarde, en el Seminario de Música Popular, dirigido por el pianista y musicólogo Odilio Urfé.
En 1931 comenzó a trabajar en la radioemisora CMKM, de su ciudad natal. Luego se trasladó para Matanzas, donde se unió en un trío con Eugenio Domínguez y Francisco Baluja. Con ellos viajó hasta La Habana para presentarse en la Corte Suprema del Arte, certamen donde obtuvo un segundo premio.
Regresó a Oriente y en Santiago de Cuba laboró en el Club 300 y actuó en el programa Esta noche, de la CMQ. Hacia 1952 tuvo la oportunidad de volver a la capital del país, donde tocó a lo largo de diez años en La Bodeguita del Medio.
Compositor y guitarrista, Puebla era ya un músico que cultivaba diversos géneros (bolero, son, guaracha, sucu-sucu) cuando triunfó la Revolución cubana, en enero de 1959. Pero este acontecimiento marcó un nuevo rumbo a su quehacer musical, el cual enriquecía con sus dotes poéticas.
En esta etapa se dedicó a reflejar los principales hechos del naciente proceso, a tal punto que algunos consideran sus obras como crónicas de los momentos más significativos vividos por el pueblo de La Mayor de las Antillas durante los primeros 25 años posteriores a enero de 1959. Por tales razones, mereció el calificativo de “cantor del pueblo”.
Puebla de igual forma abrió espacio en sus composiciones para exaltar a figuras cimeras de la historia nacional y latinoamericana. Ejemplo de ello son las piezas dedicadas a Camilo Cienfuegos, al chileno Salvador Allende y a Ernesto Guevara. A este último homenajeó con la canción titulada Hasta siempre, la más difundida de su autoría a nivel internacional.
A su repertorio sumó también creaciones románticas, las cuales alcanzaron notoria popularidad en Cuba, como Quiero hablar contigo. Giras por más de 20 países de Europa, Asia, África y América Latina lo convirtieron, además, en embajador de la música popular cubana. Al fallecer en La Habana, el 12 de julio de 1989, dejaba una vasta obra con alto valor social.
Tal como él mismo expresara, no se consideraba cantante, sino cantor. “Siempre digo que no es lo mismo ser cantante que cantor. El primero tiene con qué y el segundo tiene por qué”. Sus porqués estuvieron siempre en Cuba, su historia, su gente.
Visitas: 19