Bancarización, más allá del término
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La palabreja bancarización tiene a la sociedad cubana a maltraer de un tiempo a esta parte, y muchos, casi me atrevería a emitir el criterio, con palabra propia, que resultan más del 60 por ciento de la población cubana de esta orilla, no lo entiende, y continúan con la preferencia de “dinero debajo del colchón”, a lo criollo.
Según la Real Academia de la Lengua Española, “es la acción y efecto de bancarizar”, y apunta que el término es económico.
Sin embargo, me gustaría compartir el criterio esbozado por nuestros colegas del patio en: https://buenidioma.com/
“Bancarización, el vocablo que alude a la ‘acción y efecto de bancarizar’, esto es, ‘hacer que alguien o algo, como un grupo social o un país, desarrolle o resuelva las actividades económicas a través de la banca’ esta fue la palabra del año 2023 para “Buen Idioma”.
“Se trata de la cuarta ocasión en que elegimos nuestra palabra del año después de seleccionar nasobuco, vacuna y supertanquero, en 2020, 2021 y 2022, respectivamente.
“Ante la duda de si bancarización era válido o no, Buen Idioma publicó una recomendación para explicar que sí era correcto y que, de hecho, se documentaba desde 2001 en el Diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
“El uso frecuente del vocablo ganador en 2023, a pesar de ser una voz técnica, propia del ámbito de la economía, posibilitó que saltara de los medios de comunicación al día a día de los cubanos.
“En el Corpus del Español del Siglo XXI, de la RAE, el neologismo bancarización se atestigua, de hecho, desde inicios de esta centuria, sobre todo en España, México y Argentina, aunque también aparecen algunos ejemplos en Cuba, pero muy escasamente y sobre todo en textos académicos de 2014.
“Esta conjugación de factores lingüísticos y de actualidad informativa justifican perfectamente que bancarización fuera la palabra del año 2023 para Buen Idioma (…)”.
Pero más allá de su significado, que resulta preciso conocer desde la etimología del término; la sociedad cubana debe trabajar en su entronización en la economía, al afianzar en la adopción de medidas relativas a la organización de los servicios bancarios y de todo tipo —porque estas funciones no son exclusivas del sistema bancario—, para que los sectores más vulnerables puedan insertarse en el uso del “dinero magnético”, y ahí hay tela por donde cortar, sin dudas.
Y no es solo el acceso a la adquisición de bienes y servicios a través de la banca remota, opciones en línea y todo tipo de plataformas o pasarelas de pago, la existencia de los dineros en los cajeros, que hasta rima; pues no, la bancarización va mucho más allá, y tiene que ver, en primer lugar, con la “recogida” de ese efectivo que circula en la “redes oscuras” de la inflación, la evasión de impuestos, la indisciplina fiscal y las crisis. Ahí está el dilema que se nos impone.
El mundo funciona así, y quienes emigran de Cuba y viven en otros países lo conocen muy bien, y hasta les cuesta acostumbrarse al “dinero plástico”. No podemos vivir acá a la antigua, pese a la crisis económica que cargamos a nuestras espaldas, porque entonces de ninguna manera se organizará la sociedad y mucho menos se parará la inflación que tanto encarece los productos de primera necesidad. Es preciso comunicar más sobre el término bancarización, porque en ello estamos implicados todos.
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