Otra manera de percatarnos de la estampa primaveral en Cuba, es observando a las aves y sus comportamientos. Aun cuando muchas de las conductas dependen de la especie en cuestión, lo cierto es que en este período se refuerza en ellas el canto, los cortejos o la territorialidad que en otros meses del año no se manifiestan con tanto vigor.
Una tojosita (Columbina passerina) anidando en las áreas del Cementerio Tomás Acea de Cienfuegos. / Foto: Delvis Toledo De la Cruz / 5 de Septiembre
Entre las que más se distinguen en nuestro país durante abril y mayo están los pitirres, plumíferos que –además de los cantos incesantes durante auroras y ocasos–, defienden a capa y espada sus nidos ante la presencia de algún depredador.
Los pitirres (Tyrannus dominiscensis) defienden con agresividad sus nidadas./ Foto: Delvis Toledo De la Cruz / 5 de Septiembre
Pero no son los únicos, pues tanto palomas, bien-te-veo, mieleritos, pájaros carpinteros, tomeguines, garzas, zorzales, entre otros, eligen este tiempo de bonanza donde hay más luz, temperatura y alimentos, para construir sus nidadas y tener a sus crías.
Aunque no son buenas constructoras, las palomas acopian siempre ramas para sus nidos./ Foto: Delvis Toledo De la Cruz / 5 de SeptiembreEl Bien-te-veo de ojo rojo (Vireo altiloquus) no cesa de cantar en estos meses./ Foto: Delvis Toledo De la Cruz / 5 de SeptiembreEl mielerito o Aparecido de San Diego (Cyanerpes cyaneus), busca incesantemente su alimento en las flores./ Foto: Delvis Toledo De la Cruz / 5 de SeptiembreLos pájaros carpinteros (Melanerpes superciliaris) se muestran especialmente activos en esta época./ Foto: Delvis Toledo De la Cruz / 5 de SeptiembreUn sinsonte (Mimus polyglottos) llevando alimento a sus crías./ Foto: Delvis Toledo De la Cruz / 5 de SeptiembreUna pareja de tórtola de collar (Streptopelia decaocto) en pleno cortejo./ Foto: Delvis Toledo De la Cruz / 5 de Septiembre