Un yate cargado con los hombres que hicieron el sueño

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Por Hugo Betancourt  Mayoral*

Amanece. El yate cargado de hombres se desliza suave por las aguas poco profundas hacia la costa. Su interior es un hervidero. Los hombres agrupados alrededor del líder escuchan instrucciones, organizan las mochilas, alistan las armas. Son los combatientes del “Moncada”, de la lucha clandestina, y otros revolucionarios que vienen a liberar a Cuba.

El jefe de la expedición, Fidel Castro, ordena el enrumbe directo hacia la costa para efectuar el desembarco antes de ser detectados. Sin embargo, ya han sido vistos por pescadores y pequeños botes que operan en la zona Las Coloradas, un lugar cenagoso, lleno de manglares entretejidos, de difícil acceso.

Múltiples vicisitudes padecen los futuros combatientes. El fango movedizo, el agua fétida, los mosquitos, los intrincados y resbaladizos mangles. Clarea el día. La sospecha de haber sido detectados, la debilidad física por la mala alimentación y los embates del mar durante la travesía, conforman los obstáculos físicos y la preocupación de los 82 expedicionarios.

Duros instantes de marcha; un inhóspito y extenso manglar se extiende frente a los extenuados revolucionarios. No obstante, van venciendo poco a poco el largo tramo hacia la tierra firme. Por fin, la voluntad se impone. Ahora, otras serían las vicisitudes. Han sido detectados. Es necesario actuar rápido. Se inicia el reagrupamiento. Algunos equivocadamente emprenden otros rumbos por la desconocida zona oriental.

Era el 2 de diciembre de 1956. Se ha producido el comienzo de la etapa final de la lucha por la liberación de la Patria. El desembarco de los expedicionarios de yate Granma constituye un hito en la formación del Ejército Rebelde; marca la fecha donde los hombres decididos a luchar por la emancipación de la nación comenzaron su ascenso a las montañas de la Sierra Maestra y a la gloria. Cuánto tiempo ha pasado, pero cuán cercana parece aquella mañana, cuando los 82 revolucionarios con Fidel al frente, en una épica jornada, llegaron a las costas cubanas y en un difícil desembarco, dieron inicio al propósito de retomar las armas para acabar con los desmanes de la dictadura de Fulgencio Batista y liberar Patria, para darle una luz de esperanza a los desposeídos, los humildes y todo el pueblo.

Aquella promesa hecha por Fidel en México: “En 1956, seremos libres o mártires”, daba sus primeros pasos. Aún el grupo de combatientes tendría que sufrir sensibles pérdidas de valiosas vidas; vendrían momentos de dramático curso, pero la fe en la victoria no quebrantaría la voluntad de los revolucionarios, aquellos sobrevivientes que posteriormente al desembarco, se reagruparían en Cinco Palmas para conformar el primer grupo guerrillero, génesis del Ejército Rebelde.

En recordación a esta gloriosa jornada, es celebrado el 2 de diciembre, Día de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, como homenaje a quienes formaron parte de aquella expedición, a los que ofrendaron sus vidas a lo largo de la contienda contra la tiranía hasta el triunfo final, y a los miembros de ese Ejercito de pueblo uniformado, que defiende desde cualquier trinchera y misión la soberanía de la nación.

*Periodista de Radio Santa Cruz

El yate Granma y su proa hacia la victoria (+Multimedia)

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5 de Septiembre

El periódico de Cienfuegos. Fundado en 1980 y en la red desde Junio de 1998.

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