Uno de los tangos más universales
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En 1925 fue compuesto Jalousie: Tango Tzigane, que traducido del francés significa Celos: Tango Gitano. Se afirma haber sido la pieza de ese género más difundida en todo el mundo; así lo aseguran varias fuentes.
Tanta popularidad alcanzó que en la década del setenta del siglo veinte salía al aire al menos una vez por minuto, en alguna emisora de radio del planeta. Eso equivale a presentarla 1440 veces al día.
Sin correr el riesgo de absolutizar, al escucharlo cualquiera siente el influjo de su melodía poseedora de dos partes contrastantes. Jalousie o Celos, para abreviarle el título, es de esos instrumentales que confirman la universalidad del lenguaje musical en toda su dimensión.
Su comienzo es tan fuerte y arrebatador al increpar y sobrecoger con la violencia acústica propia de un tango. Luego aparece la segunda parte llena de lirismo y dulzura, capaz de estremecer a quien con ella evoque añoranzas o traiciones de un amor que ya pasó.
Violencia y llanto resumen su contenido. Eso coincide con el motivo que inspiró a su autor cuando leyó la noticia de un crimen pasional, hecho que, impactando su memoria, motivó su inspiración.
Radio, teatros, cine y televisión se han ocupado de darle toda la difusión merecida.
Entre sus caprichosas peculiaridades cuenta que no fue compuesto por un rioplatense. Fue obra del violinista, compositor y director danés Jacob Thune Hansen Gade (1869 – 1963). La escribió cuando dirigía la orquesta del Palads Cinema de Copenhague. La concibió para que fuese parte del acompañamiento musical en el estreno de una película silente.
Jalousie o Celos fue estrenada en Dinamarca el 14 de septiembre de 1925 a cargo de la orquesta con la batuta del propio Gade. Al año siguiente la pieza ya era escuchada una y otra vez en Francia y Estados Unidos.
Pasada una década fue grabada por primera vez para la firma RCA Victor a cargo de la Orquesta Boston Pops liderada por el estadounidense Arthur Fiedler. A partir de entonces se sucedieron otras grabaciones con distintos arreglos.
La enorme popularidad lograda proporcionó dividendos suficientes a Jacob Gade para financiar una institución de apoyo a los músicos jóvenes de su país.
Los intérpretes vocales no quisieron desaprovechar la ocasión de acrecentar su fama con la pieza. Así lo hicieron consagrados del cine como Sarita Montiel, quien la cantó en la película Varietés, estrenada en 1971 de cuya banda sonora grabó un álbum. Otro que le añadió su voz fue el tenor de grandes plazas y teatros Plácido Domingo, entre otros cantantes de otras nacionalidades.
“¿Quién escribió la letra?” Esa lógica interrogante lleva una respuesta desconcertante al decirles que “¡nadie!” Cada intérprete a su propia manera, le endilga una letra a su antojo. La razón es que la melodía se presta para eso, decir con ella lo que con brío, sentimiento y ternura convenga a cualquiera.
Confieso que me encanta el tango. Los originales son instrumentales, lo mismo que este, hoy objeto de mi comentario. Otros cantados son igual de exquisitos, como Mi buenos Aires querido, La Cumparsita, Volver y muchos más que engrosan el tesoro melódico rioplatense.
Jalousie o Celos resulta fascinante; razón por la cual me sumo a los millones de seres que desde hace más de un siglo se estremecen al escuchar sus notas.
¿Qué tal ustedes? Les invito a que hagan la prueba. Pueden hacerlo si dan un clic en cada texto que aparece en letras azules. Son los hipervínculos para conocer la pieza, darse gusto con el solo de violín y saber si se suman o no al cúmulo de admiradores de Jalousie o Celos.
Pueden escribir sus opiniones en la sección “Deja una respuesta” que aparece al final del trabajo. De hacerlo, me agradaría más que el simple “Me Gusta” de Facebook, que siempre se agradece.
¡Feliz domingo!
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