Santiago se llevó Supercopa del fútbol cubano

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Con mucha adrenalina y garra se disputó este sábado en la cancha Luis Pérez Lozano, de Bonneval, el partido por la Supercopa de Cuba 2023, duelo único en el que Santiago derrotó 5-4 a los Marineros de Cienfuegos en la veleidosa tanda de penales.

Luciendo sus mejores galas y una buena concurrencia, el cuartel general de los campeones del Torneo Clausura ovacionó al once local cuando en su primera salida oficial a la grama tras la titulación, mostraron a su público el trofeo de la 107 Liga Nacional de Fútbol.

Iniciado el choque, Diablos y Marineros se animaron a un intercambio de amagos en una y otra cancha, los del local a la cabaña sur con internadas por la banda izquierda, la visita creando peligro por el centro y con los cobros de esquina.

Al 31, en lance que muchos calificaron como de excesivo castigo, el principal indicó un penal efectivamente cobrado por Randys Revé, ventaja santiaguera que parecía borrada pocos minutos más tarde con un clásico golazo cuya validez mató de un banderazo el linier. Discutible el fuera de juego, y así lo manifestó la rechifla.

Corriendo ya el segundo tiempo, volvieron los de casa a tener la posibilidad de la nivelación en el marcador: un nuevo castigo desde el manchón de los doce pasos, ahora favorable a los de azul, fue desperdiciado al minuto 61 cuando Kevin Quiñones cobró sin mucha potencia ante el atinado estirón del cancerbero López, que mandó el balón fuera.

Parecían colmados los problemas de los Marineros después del gol de Luis E. Ciudad Labrada a balón parado que tomó por sorpresa a Yoalexis González, el portero de casa. Pero tocado en su fibra, el campeón reaccionó y sacó a relucir la casta.

Así, faltando siete de los 90 minutos reglamentarios, Lixannder Lara aprovechó un repliegue del rival en su área y mandó a las redes un balón que se paseó suelto por entre muchas piernas, unas tratando de despejarlo lejos, otras por empujarlo entre los tres palos.

Quedaban esperanzas. Había vida, aunque escaseaba el tiempo. Se añadieron cinco minutos por sobre la cota (parecían pocos para la cantidad de veces que se detuvo el juego por equis o por ye), pero para mayor dramatismo bastaron para que en la tira del cierre el disgustado Quiñones tomara desquite en un cobro directo desde la frontal…

Silbato, chute y el Pioneer de muchos colores agarró una comba que ni el mismísimo Marc-André ter Stegen lo hubiese podido parar de tan al ángulo que lo clavó el cienfueguero. Delirio en las tribunas.

Con el 2-2 en la pizarra, y atenazados por amenaza de lluvia y presumible oscuridad, los organizadores optaron por ir directo a la ruleta rusa de los penales, que en sus primeras cinco rondas se saldó con cuatro dianas y un fallo por bando. Santiago anotó en su sexta oportunidad al manchón, mientras el lajero Yoelvis Armentero caía de rodillas con las manos en la cara tras errar su cobro.

Segundo podio que celebran los Diablos en Cienfuegos. El primero en abril cuando certificaron su titularidad en el Torneo Apertura, y ahora en la Supercopa.

Excelente espectáculo

“Tal y como esperábamos, el partido resultó bien disputado. Esa ha sido la tónica de los últimos enfrentamientos entre estos equipos. No obstante, hicimos nuestro juego a pesar de que no pudimos cerrar en el segundo tiempo. Nos tocó ganar y estamos muy contentos con eso”, dijo en declaraciones a los medios el director técnico Leonardo Herrero.

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Héctor Castillo Toledo

Geógrafo y pedagogo por la academia. Periodista por vocación y autodidactismo.

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