Matanzas va venciendo

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Matanzas ha dolido en dos veranos. Los dos últimos. La ciudad ha vivido mucho en poco tiempo. Sobre ella, desde el 5 de agosto, toda Cuba pone sus ojos, y también el corazón.

Ha vuelto, como en el verano pasado, el “ajetreo” solidario de gente donando medicinas, de choferes que transportan a médicos cansados y ni por un momento admiten pago alguno, de cubanos que llevan arte a los evacuados, de negocios que donan comida a los héroes a pie de fuego.

También de hospitales y médicos dispuestos a sanar cuerpos y almas. Todo eso ha reaparecido en estas horas, y da cuentas de la fibra de nuestra gente. Allí, el fuego ha puesto a prueba a todo un país. Al pie de las bocanadas más siniestras, muchachos de capa y casco no han descansado para frenar el desastre. No son superhéroes encartonados de cine de catastrofismo. Son hombres incluso con sus espaldas quemadas, y ahí están.

Desde Matanzas no pocos colegas ejercen lo que tal vez sea la cobertura de prensa más arriesgada e impactante de sus vidas. Son nuestros ojos y oídos. Llevan cada detalle a un país consternado, anhelante de que todo pase. Del lado de acá de los acontecimientos les seguimos minuto a minuto, gracias a su arrojo en el arte de informar hemos conocido lo que ocurre, y las proezas de quienes han detenido los estragos del fuego.

El cielo de Matanzas ha estado cubierto de humo, pero sus calles y avenidas, puentes y edificios; respiran hoy la más pura esencia de la solidaridad. A la Atenas de Cuba vuelven a llegar donativos desde todos los parajes de la geografía nacional. La ciudad ha devenido pista de aterrizaje para no pocos cargamentos de Venezuela y México. Su bahía, receptora de buques prestos a aliviar.

Todas las señales, cada parte emitido, cada historia, apuntan a la certeza que todos hemos querido albergar en estos días: Matanzas va venciendo, el incendio ya está controlado. Pero no se trata de Matanzas, sino de Cuba; porque en horas difíciles las fronteras de cualquier provincia se diluyen.

Ha sido posible porque un cordón solidario — que traspasó incluso el mar Caribe—  cerró paso al desaliento, y a las llamas. Poco a poco la ciudad superará esta pesadilla, y lo hará gracias al concurso de todos sus hijos: los nativos y también los adoptivos, esos que la acompañan en acción o pensamiento desde el pasado viernes.

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Un Comentario en “Matanzas va venciendo

  • el 11 agosto, 2022 a las 11:50 am
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    Donde estan los que deben informarles al pueblo porque estan llegando nuestros BOMBEROS, y no veo nada escrito

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