Más allá de comunicar…

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La comunicación no puede ser solo el concepto abstracto y repetido hasta el cansancio, sino la columna vertebral que sostiene la vida en sociedad. Es el motor que impulsa el entendimiento entre personas, comunidades y hasta naciones. Sin comunicación efectiva, las ideas no se transmiten, los conflictos se agravan y las soluciones se diluyen en el silencio.

En la práctica, la comunicación es acción: el diálogo que permite construir puentes en lugar de muros.

También es responsabilidad. No basta con hablar o escribir; hay que escuchar, interpretar y responder. En la actualidad, donde todo está saturado de información, la calidad del mensaje y la intención detrás de él determinan si se genera confianza o desconfianza, si se promueve la cohesión social o se alimenta la división.

La comunicación fue una de las herramientas utilizadas por nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, para fomentar la labor socialista del proceso revolucionario cubano. Las largas horas junto al pueblo explicando un problema mediante un discurso, siempre será un referente para cualquier momento histórico.

Tal y como lo refleja el artículo Fidel, como un ejemplo de comunicador: a lo largo de su vida demostró su capacidad para comunicar, explicar, convencer; pero, sobre todo, para decir la verdad. Su oratoria está descrita como “cordial”, aunque “en el sentido etimológico de la palabra”, era un hombre “que hablaba desde el corazón”.

En tiempos de crisis, la transparencia y la claridad en el mensaje es una necesidad urgente.

De acuerdo con la Ley No. 162 de Comunicación Social en Cuba, la Comunicación de Crisis consiste en la gestión de un conjunto de procesos y acciones comunicacionales orientados a prevenir, enfrentar y mitigar el efecto de situaciones de diversa naturaleza que hacen peligrar el normal funcionamiento de una actividad, organización, sector, territorio o el país, y pueden poner en riesgo sus actuaciones presentes y futuras.

Son los órganos, organismos y entidades del Estado, las organizaciones de masas y sociales y los medios fundamentales de comunicación social quienes gestionan la comunicación de crisis con veracidad, objetividad y oportunidad, a partir de un plan que se concibe de acuerdo con sus particularidades.

La Ley no se aprobó para engavetarla, sino para hacerla cumplir.

A través de una comunicación efectiva podemos enfrentar los retos colectivos, transformar realidades. Sin comunicación con verbo, sin hechos que respalden las palabras, cualquier discurso será solo ruido vacío.

No se trata solo de repetir la comunicación es importante, sino de comprender y vivir su impacto real y tangible en la cotidianidad.

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