Los secretos del vaquero de “La Flora”

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Si bien los derroteros de la vida lo llevaron a las labores de mecanización en los campos cañeros de la hoy Empresa Agroindustrial Azucarera 14 de Julio, Juan Carlos Jiménez Curbelo jamás pudo desligarse de su pasión por la ganadería, la misma que su padre le inculcó desde niño “cuando a la grupa del caballo del viejo, recorría potreros para pastorear las vacas del autoconsumo familiar”, recuerda.

Esa desazón le perseguiría como un fantasma hasta que el Estado cubano aprobó por Decreto Ley entregar tierras en usufruto a quienes las pusieran a producir. “No podía dejar pasar esa gran oportunidad, por eso sin vacilación renuncié a mi cargo al frente del pelotón de tractores y me aferré al sueño de mi vida”, asegura el hoy asociado a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Agustín Cabrera, en el municipio cienfueguero de Rodas.

Muy pronto el nombre de la finca La Flora comenzó a sonar entre los campesinos de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (Anap) en el territorio rondese y mucho más allá. Tal prestigio fue el resultado del afán, consagración y seriedad demostrados por este emprendedor, el mismo que, a fuerza de voluntad y mucho trabajo, desbrozó de marabú y otras malezas aquellos terrenos improductivos para convertirlos en cuartones repletos de pastos.

“El buen ganadero debe tener en cuenta tres premisas fundamentales: a los animales no les pueden faltar ni agua, ni el alimento, ni la sombra”, recomienda Juan Carlos Jiménez Curbelo. /Foto: Juan Carlos Dorado.

“El buen ganadero, recomienda, debe tener tres premisas fundamentales: a los animales no les pueden faltar ni el agua, ni el alimento, ni la sombra. Por suerte, dispongo de tales condiciones, y en el caso de la segunda, yo mismo he logrado la base alimentaria con la siembra de plantas como la caña de azúcar, king grass, titonia y morera, con perspectivas de incrementar muy pronto esas plantaciones”.

Juan Carlos se inclinó por fomentar su rebaño fundamentalmente con la raza Siboney de Cuba, un genotipo creado con la composición de la Holstein y la Cebú. Acualmente dispone de casi 80 cabezas de vacuno y dos equinos. Eso sí, nunca ha dejado de honrar sus contratos de leche con la entrega a la industria láctea y a la Empresa de Comercio, esta última en el caso de su vinculación al suministro directo a bodegas, como tampoco ha incumplido con el “Cárnico”, en cuanto a la carne.

“Desde el punto de vista de desarrollo genético cuento con un buen semental, y aplico también la inseminación artificial con semen de alta calidad; para ello me apoyo en especialistas del Centro de San Lino. Esas condiciones me han permitido preservar la masa con la misma característica racial a partir de la obtención de buenas novillas. Ah, cuido mucho de la salud de los terneros y evito a toda costa la mortalidad…; he ahí otro de mis buenos secretos”, confiesa con orgullo el destacado vaquero.

De solo mencionarle las 63 medidas aprobadas por el Estado cubano para estimular la producción de alimentos, Jiménez Curbelo reacciona y reconoce de innmediato su impacto, al tiempo de mencionar entre ellas los beneficios económicos en el aumento del precio de la leche; sin embargo, manifiesta su inconformidad por el modo de concertar la contratación sin un diagnóstico previo de las potencialidades lecheras por ganadero, de acuerdo con el pronóstico de vacas a parir en el año.

Por otro lado, el sobrecumpliento de la entrega de leche y el incremento de la masa, le permitieron sacrificar cuatro reses en 2021; de ellas dispuso de la carne de uno de los animales para el autoconsumo y el resto tuvo como destino la venta a la población.

La finca ganadera La Flora siempre ha honrado los contratos de leche y carne con las correspondientes entidades. /Foto: Juan Carlos Dorado.

Aunque el objeto social de “La Flora” está fundamentada en la actividad pecuaria, pequeña parte de las casi 30 hectáreas de la finca sirven para el fomento de cultivos varios dirigidos a satisfacer el sustento de la familia, y el excedente va a las ferias agropecuarias del propio municipio o al suministro de la red de placitas de Acopio.

¿Insatifacciones?

“Aunque no son muchas, las tengo. Creo manifestar la inconformidad de otros ganaderos también si menciono la morosidad en el pago de la leche, tanto por Comercio como del ‘Lácteo’. Por otra parte, aunque estoy consciente de la situación económica del país, pienso debe revisarse cómo se distribuye mejor entre los productores lo poco que hay; hablo de medicamentos veterinarios y otros insumos.

“Espero disponer algún día de un servicio eléctrico seguro, pues hoy el suministro lo hago a través de una tendedera. La corriente me es de mucha utilidad para la máquina forrajera, cuyo fin es moler los alimento de los animales, y con el bajo voltaje ese equipo no funciona”.

¿Perspectivas?

“Por lo pronto, seguir apelando a la ciencia, la técnica y la innovación para lograr mejorar el rebaño y con eso la producción de leche, que es en definitiva nuestra razón de ser”.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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