Lo interdisciplinario en el arte cubano: Duvier del Dago

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En la posmodernidad el camino del arte comenzó a transitar nuevos presupuestos teóricos y formales. Esto trajo consigo la apertura de manifestaciones, maneras, o las reconocidas prácticas artísticas posmodernas que inician, justamente, desde la segunda mitad del pasado siglo. El centro del arte se traslada desde Europa hacia Nueva York; tengamos en cuenta que el continente europeo había sufrido dos guerras mundiales, por tanto, los artistas emigran hacia América.

Si bien con las reconocidas vanguardias de inicios del siglo XX, comenzaba un proceso de transformación desde el punto de vista conceptual y formal, es con el denominado Arte Posmoderno, que se traspasan las barreras en su totalidad. El objetivo: acercar más la obra y su contexto al espectador y extraer la pieza del espacio considerado para su exposición, dígase museos y galerías.

Así, surgen las ya mencionadas prácticas artísticas que continúan vigentes en la contemporaneidad.

La ruptura de las disciplinas estilísticas se dimensiona en gran medida. Surgen nuevas maneras creativas, que en ocasiones nos resultan difíciles de explicar e incluso ubicar en una categoría determinada. La característica interdisciplinaria se vuelve protagonista en la etapa posmoderna.

Surge el performance, el enviroment, el arte digital, el instalacionismo y el video-arte solo por citar algunos ejemplos–. Se mezclan maneras de hacer y de entender el nuevo arte, se rompen las barreras de conceptualización que previamente había definido a la historiografía artística.

Cuba no queda excluida a las nuevas transformaciones existentes en el ámbito artístico. Por ello, a partir de la década del ochenta y con el denominado nuevo arte cubano o la década prodigiosa del arte cubano, los artistas intentan apostar por y estar en consonancia con los sucesos internacionales.

La década del ochenta, por tanto, trajo consigo propuestas enriquecedoras que evidenciaron las potencialidades del nuevo arte naciente. Surgen creadores que, mediante un lenguaje no tan atractivo desde el punto de vista visual, incorporan elementos hasta ahora desconocidos para el espectador cubano, pues se prioriza lo conceptual y la comunicación de conocimientos.

La interdisciplinariedad, por tanto, es una característica intrínseca del arte posmoderno que continúa vigente hasta nuestros días. Así se observa en la poética de una sobresaliente representante del arte cubano actual y que ha sabido generar un discurso donde confluyen diversas maneras de creación: Duvier del Dago.

En efecto, la obra de Duvier, parece encontrar en el concepto de interdisciplinariedad su eje creador, más allá de que su propósito sea otro.

Su lenguaje dentro del panorama artístico cubano de hoy es sobrecogedor. Su manera es única y su ingenio lo convierten en una de las figuras más representativas de nuestra plástica. De esta forma, en la obra de Duvier convergen instalacionismo, dibujo, arte sonoro, video arte y ¿por qué no denominarle a la creación de un ambiente generado a partir de la high tech con el predominio de luces ultravioletas, la inserción del artista, a su vez, en el enviroment? Considero, justamente, que la obra de Duvier es una de las experiencias interdisciplinarias más exquisitas dentro del arte cubano.

Su reconocido discurso destaca por los famosos hilos con los que crea dibujos que se sobredimensionan, si se quiere, dibujos escultóricos, de ahí que los denominemos como instalaciones. Los videos que acompañan sus obras, el sonido, las luces, todo se unifica en el espacio creado por Duvier, un espacio para el público y que comunica intención.

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