La zarzuela en Cuba (Parte II)

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Cuando las primeras zarzuelas llegaron a Cuba, comenzó un proceso de cubanización. Argumentos, personajes, música y dramaturgia provenientes de España iban siendo reemplazados por elementos vernáculos cubanos. Surgía otra expresión del género, marcada por el costumbrismo criollo. Constituyó un proceso único en Hispanoamérica, debido a que en los demás países —aunque el llamado género chico contó con amplio público—solo se interpretaban obras de origen español, incluso por los grupos de teatro locales.

Zarzuelas españolas fueron presentadas en Cuba, como El alcalde de Mairena, de finales del siglo XVIII para encabezar una relación que abarcó los comienzos del XIX con obras como El catalán y la buñelera, —esta una tonadilla—, además de El amante tímido, La anatomía, Hipólita y Narciso, La lotería, Los genios encontrados, La maja y el oficial, La paya y los cazadores y El maestro Granadero, El maestro de música y otras, mencionadas por el especialista y crítico Ángel Vázquez Millares (1) de las cuales en su mayoría solo prevalecen los títulos.

La zarzuela emprendió un vuelo de dimensión popular en Cuba, y en las primeras décadas del siglo XX asumió —como ya lo había expresado— tópicos, música y dramaturgia definitivos con una cubanidad fuera de discusión. Fue en la primera mitad del siglo XX cuando aparecieron las tres zarzuelas más representativas de Cuba, que alcanzaron una trascendencia que llega a la actualidad.

La primera en orden cronológico es María La O, calificada como sainete lírico en un solo acto. Su música se la debemos a Ernesto Lecuona, y el libreto fue escrito por el dramaturgo y poeta Gustavo Sánchez Galarraga, quien también con música de Lecuona escribió antes las zarzuelas cubanas Rosa la China, Flor del Sitio y El Cafetal.

La intención de ambos autores había sido adaptar la novela Cecilia Valdés, de Cirilo Villaverde, al género chico. Esta novela de final trágico, reunía las condiciones para llegar a las tablas como pieza costumbrista sin precedentes. El propósito inicial resultó adversado por la renuencia de los herederos de Villaverde, quienes no cedieron los derechos de adaptación, probablemente debido entonces a una subestimación elitista del género chico.

El imponderable forzó a los autores a modificar su idea original, y fue así que Lecuona y Galarraga comenzaron a realizar modificaciones necesarias en la música y el argumento, para que la en un inicio Cecilia, se transformase en María.

Pese a que el argumento sufrió cambios, no es difícil advertir cierta similitud argumental entre María La O y Cecilia Valdés. La trama tiene como escenario a La Habana, y cuenta la historia de una hermosa joven mestiza, María la O, quien era pretendida por varios hombres, entre ellos el aristócrata español Fernando de Alcázar, conocido como Niño Fernando; el opulento español Santiago Mariño y el criollo José Inocente, perdidamente enamorado de María, y decidido a dar muerte a quien se atreviera a engañar a una amada que no lo correspondía. Sin estar enterada del compromiso nupcial de Niño Fernando, la ingenua María accede a las pretensiones amorosas del joven, y ambos sostienen un romance hasta que él, consecuente con su posición aristocrática, contrae matrimonio con la Niña Tula, su novia, quien es hija del Marqués del Palmar. Cuando José Inocente descubre la traición y el menosprecio hacia María, busca a Niño Fernando y le da muerte. La obra tuvo dos versiones; en una, María la O cae al suelo destrozada de dolor cuando ve a su amante inerte y anegado en sangre. En otra, ella impide el homicidio porque se hallaba embarazada de Niño Fernando y no quería permitir que su hijo naciese sin padre.

La primera puesta en escena de la zarzuela María La O tuvo lugar el 1ro de marzo de 1930 en el teatro habanero Payret, y contó con tal aceptación, que elevó nuestro género chico a una categoría no vista hasta entonces.

El tratamiento del tema, un libreto de calidad y composiciones que devinieron paradigmas de lo más refinado de la música lírica cubana, marcaron un hito en nuestra historia musical. También obligó a los herederos de Cirilo Villaverde a reconsiderar el desacierto de haber negado el derecho de adaptación de Cecilia Valdés al teatro.

Esta historia no termina aquí, de manera que vamos a continuarla próximamente.

(… CONTINUARÁ)


¹ Ángel Vázquez Millares, La Habana, 4 de octubre de 1937. Premio Nacional de Radio 2006. Crítico y ensayista. Director, guionista y conductor de espacios en CMBF Radio Musical Nacional. Especializado en el Teatro Musical. Obra consultada: De la zarzuela española a la zarzuela cubana: vida del género en Cuba.

 

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