La senda incierta del tomate en Cienfuegos
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Por estos meses invernales los cubanos estamos acostumbrados a la presencia de hortalizas y vegetales en la mesa. En realidad es la época del año de mayor cosechas de esas verduras que con tan magnífica armonía complementaban el menú diario del hogar. En pasado, porque debido a su alto costo no resulta muy fácil.
A decir verdad, al menos en la ciudad de Cienfuegos, han sido permanente en organopónicos, ferias agropecuarias de fin de semana y puntos de ventas algunos renglones, sobre todos aquellas conocidas por “hojas verdes” como la lechuga, acelgas, perejil y apio.
Sin embargo, el tomate, el rey tomate, tan apetecido y demandado por la población, brilla por su ausencia, al menos aquellos ejemplares que en otras temporadas adornaban las tarimas con su rojo reluciente y voluminosa, carnosa y jugosa estructura natural del manjar.
Verdad es que han aparecido ofertas esporádicas de esos frutos en momentos puntuales, ya en las ferias gigantes de fín de año, ya en los frecuentes eventos comerciales de ese tipo en los barrios; empero, casi siempre “raquíticos” y verdes, nada que ver con las propuestas de antaño.
Incluso, a ojos vista, las ventas por el Estado del producto han sido a precio único, sin tener en cuenta la calidad. Luego tomates de segunda, tercera y cuarta se han fijado con tarifas a la misma cuantía de cincuenta pesos la libra como si fuera de primera, que es la cifra concertada entre los productores y las entidades comercializadoras.
Por supuesto, como bien reza en el refranero popular, “a río revuelto…”. Luego carretilleros, carretoneros, casas almacenes, entre otros vendedores por cuenta propia, se han cebado con el pueblo ante la escasez del vegetal.
Aunque tampoco son los tomates de óptima calidad de antaño, estas personas sí los tienen mucho mejores pero con precios por las nubes, nunca menos de los 150 CUP la libra, y en determinados casos hasta los 200.
Por lo general esos mercaderes del bolsillo ajeno se abastecen, fundamentalmente, de fincas o parcelas de limitadas extensiones de tierras y producciones, casi todo atendido por método de empalamiento, aunque por supuesto tampoco se descarta la adquisición por la “trastienda” de niveles procedentes de entidades estatales, un mal enraizado a nivel nacional que no acabamos de acabar y que contribuye a la creencia de que en Cuba no se produce.
Con menos rendimiento y sin todas las condiciones tecnológicas necesarias, sí se produce, pero lo que ocurre es no todo el volumen de producciones va dónde debe de ir, y esto es también parte del origen de la barbarie del sector privado. Es algo bien complicado, pero curiosamente también algo bien sencillo. Este presunto nudo gordiano podría destrabarse mediante el ineludible mayor incremento de los controles en toda la cadena del giro.
En definitiva, ante la limitada presencia del tomate en los escenarios de agromercados, placitas y la concurrencia estatal o del sector cooperativo y campesino, queda establecida, entonces, una competencia muy desleal, de la que quien paga las consecuencia es la menguada economía de la población.
Para nadie es un secreto que en las llamadas casas de cultivo tapado y en determinadas zonas del macizo montañoso de Guamuhaya se produce tomate casi todo el año, por las condiciones excepcionales que existen en esas instalaciones y el microclima, en el caso del lomerío. Pero, lamentablemente son producciones muy limitadas, cuyos volúmenes, en lo fundamental, van dirigidos al turismo y a la gastronomía especializada en restaurantes.
¿Cuáles son las verdades causas de ese panorama actual? Cinco de Septiembre indagó con Jesús Negrín Capote, especialista estatal de semillas en la Delegación Provincial de la Agricultura, quien concordó en la poca presencia del preciado alimento en los meses de diciembre y enero.
A juicio del funcionario las carencias en este período se debieron, esencialmente, a que las primeras siembras de las posturas realizadas entre septiembre y octubre, y que según ciclo vegetativo del cultivo deben cosecharse a finales y principio de año, no ocurrió acorde a lo esperado, toda vez que las lluvias a destiempo afectaron el desarrollo normal en el momento de fructificar el tomate, con un impacto muy negativo en el rendimiento agrícola y la calidad del mismo.
Ahí está la principal causa del fenómeno actual y las insatisfacciones. Ello, sin lugar a dudas, es la parte visible del iceberg y por tanto la condición objetiva del asunto, aunque no falte tampoco el matiz de orden subjetivo que también saca su oreja peluda como lo es la violación de precios concertados, a tenor de las cualidades del producto.
A contrapelo de ese desliz climatológico, por así llamarlo, al decir del especialista, “hay mucho tomate sembrado, incluso más que en la pasada campaña”, que debe tener su mayor manifestación e ir in crescendo a partir de los primeros días de febrero y alcanzar su pico máximo a finales de ese mes y en marzo. Esperemos que el tiempo no vuelva a jugar una mala pasada.
La Empresa Agropecuaria Horquita, principal polo productivo de la provincia, que incluye la Unidas Empresarial de Base Juraguá, mantiene entre sus áreas bajo riego de máquinas Kuban, plantaciones considerables de este vegetal.
Mas, según las autoridades, en todo el territorio cienfueguero se ha plantado el vegetal, en unos con mayor presencia de este renglón agrícola que en otros, como es el caso del municipio de Santa Isabel de las Lajas, de los exponentes y paradigmas del cultivo, considerada la meca tomatera por esta tradición en sus campos, y que, dicho sea de paso, también sufrió las consecuencias de los temporales en noviembre y diciembre.
La realidad es que todavía la población está en espera y ansiosa de poder degustar a sus anchas del rico tomate, y hacerlo con un fruto de calidad y además, disponer de dicha ensalada a un costo razonable, sin abusos ni especulación. Como también la industria espera de esa materia prima para fabricar las pastas y el puré tan demandado en la cocina cienfueguera y de la cubana en general.
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Donde esta el famoso ajuste de precio que este periodico lo hiso publico.
por que le mienten asi al pueblo, para que se reune dias canel con el consejo de ministro
hablar de economia del pais, cuando la inflacion se lo esta comiendo, primero deben
resolver, el problema de alimentacion del pueblo, dejar tanta reuniones que no resuelven nada
empesar los ajuste economicos por las mipimis, que estan explotando y haciendo dinero ,con el
hambre del pueblo, quien puede comprar un fili de huevo , 2700 pesos solo los dirigentes podran, el salario de un medico es de 5500, no puede comprar ni huevo ni carne entonces como puede ir ese medico con mente fresca a trabajar