La preposición “de” en la poética de Julio Jiménez Ocaso
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Amigo de tertulias de Samuel Feijóo, Luis Gómez, Wilfredo Sacerio Acea, Efrén Martínez Calaña, Francisco Echazábal Álvarez (Frankestén), Modesto González (El Cubanito), Felito García (El Vate de Tulipán), Rogelio Porres (El sinsonte romancero) y Manuel Loras Peña (El Clarín de los Mares), entre otros, Julio Jiménez Ocaso, personaje simpático al que Luis Gómez mortificaba y al que Samuel Feijóo calificó de poeta ocurrente por la manera que tenía de adornar sus décimas con algún detalle llamativo, como es el caso de Una carta a mi amigo Marcelo Diego Ventura, donde aparece la preposición “de” en 39 ocasiones, de las cinco décimas que forman parte de su carta en octosílabos. Disfrútenla:
Cienfuegos, febrero diez, / Año de la Agricultura, /Señor Marcelo Ventura/ Calle Nueve, esquina Tres. / Quiero amigo, que esta vez/ vengas porque es mi natal, / y apreciarás sin igual / la dulzura del cogollo/ de la caña del arroyo/ de la orilla del central. / Verás a los purgadores / provistos de un delantal / con el ansia fraternal / multiplicar sus labores. / Verás los trabajadores / cantando un himno divino / y allá en el monte vecino / repercutirá un sonido: /es el eco del zumbido / de las masas del molino.
Ven pronto que se te espera / y no le temas al frío, / ya no vivo en el bohío, / vivo en casa de madera. / Tiene su portal, su acera, / un jardín a pocos pasos / y tiene en los cielos rasos / unos adornos modestos / de listones de los restos / de las tablas de bagazo.
Para teñir el cemento / del piso de los portales / como no hay minerales / hice un gran descubrimiento. / No digo que es un portento /pero me quedó divino, / extraje un líquido fino / de color de chocolate / de semillas de aguacate / de una mata de un camino. / Hice un vino superior / con el que voy a obsequiarte / y a beber no has de negarte / porque es de muy buen sabor.
Para hacerte este licor / he sacado más de un rollo / de la fibra de un cogollo/ de sabor de caña santa, / de la copa de una planta / de la orilla de un arroyo. / De la gallina jabada / te diré que se perdió / y hay días apareció / con varios pollos, sacada. / Uno es de pluma dorada, / que es por cierto muy bonito, / hay otro como un mayito / y hay otro color, Ventura, / de la cáscara madura / de la fruta del caimito.
Y cierra Julio Jiménez Ocaso su carta en octosílabos a su amigo Marcelo Diego Ventura.
Me hace falta adquirir / en tu pueblo un encerado / porque aquí lo he procurado / sin poderlo conseguir. / Pero si tú puedes ir, / te voy a recomendar, / que me trates de comprar / algunas varas de lona, / de la tienda de la zona / de la orilla de la mar…/
Sin duda alguna, mis amigos lectores, una curiosidad en estas décimas del poeta cienfueguero Julio Jiménez Ocaso.
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