Insecticidas biológicos vs cochinillas

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Las plagas y enfermedades son el peor enemigo para el mundo vegetal. De ambos males existen gran diversidad en la naturaleza, pero en esta ocasión hablaremos de una en particular por su común presencia en una amplia gama de plantas: la cochillina algodonosa, también llamada blanca o cotonet.

Se trata de un insecto chupador, al igual que el pulgón, que se adhiere a la hoja de la planta y absorbe la savia de la misma. Entre los síntomas visibles de su presencia están unas manchas oscuras que pueden aumentar más si las ataca un hongo llamado negrilla.

Peligroso enemigo de las plantas

La cochinilla algodonosa, cuyo nombre científico es Planoccocus citri, representa una las mayores amenazas para quienes se dedican al cultivo de plantas ornamentales en sus patios, jardines e incluso en el interior de la vivienda; sin embargo, su radio de acción va mucho más allá del ámbito doméstico, pues atacan especies tropicales de todo tipo, ya sean arbustivas, trepadoras, cítricos, coníferas, frutales y palmeras; en fin, casi toda la flora.

Preferiblemente, el insecto arremete contra las plantas debilitadas, de bajo vigor y con claros síntomas de padecer estrés. Además de la savia de las hojas puede succionar los jugos de frutas, tamillos y troncos.

A pesar de que su tamaño pueda ser muy pequeño (un centímetro de diámetro), la reconocerás fácilmente porque el cuerpo lo tienen cubierto con carnosidades cerosas blancas. Además, si tocas las partes de la planta por ella invadida, notas que está pegajosa y ese será un síntoma claro de su aparición.

Secuelas dejadas por la cochinilla algodonosa en las hojas de un laurel/ Foto: Tomada de internet

Y es que una de las características de estos indeseables animalitos es que segregan una pegajosa melaza. ¡Ojo! No hay que confundir con los pulgones y la mosca blanca, que también producen similar sustancia, pero cuyo tratamiento debe distinguirse al de la cochinilla.

Lo mismo sucede con el hongo negrilla, que también lo producen las dos especies antes mencionadas. Así que la detección más sencilla es el descubrimiento del intruso.

Entre las características del comportamiento de la especie debe señalarse que el macho puede volar y, por tanto, tomar la savia de diferentes puntos de la planta; en tanto, la hembra desova de 300 a 500 huevos, que se extenderán fácilmente por todo el vegetal una vez que nazcan. Por ello es importante actuar pronto y, sobre todo, intentar evitar su aparición en condiciones de humedad y temperaturas altas, a 30 grados o más.

Armas biológicas

Para combatir la cochinilla lo mejor es actuar de forma preventiva y para ello nada mejor que elevar las defensas inmunológicas de la planta con productos naturales como el extracto de ortiga o la cola de caballo;  o bien  tener en nuestros ejemplares la mariquita de jardín, ya que se trata de un depredador natural nato, por supuesto en caso de la práctica de la floricultura o de especies ornamentales.

Ahora bien, cuando el mal está consumado existen varios procederes para enfrentarlas con productos biológicos, la mayoría al alcance de la mano, y, por demás, de probada efectividad en la eliminación de la plaga. A continuación mencionaremos algunos, aunque no son lo únicos ni mucho menos.

Puede disolver una cuchara de jabón, si es potásico mucho mejor en agua templada. Luego añadir ese mezcla a un litro del líquido al que habremos añadido, previamente, una cuchara de alcohol de quemar o de tienda como también lo llaman.

Una vez lograda la solución pulverice la planta con ella o, en su defecto, pase por las hojas y ramas afectadas un pincel con la citada mezcla. ¡Ojo! Este producto puede ser fuerte para el vegetal, por lo que no se recomienda tener más de 15 minutos impregnada la sustancia. Pasado ese tiempo, limpiar suavemente las partes aplicadas con agua para aclarar.

Otro procedimiento recomendable es a base de aceite mineral, cuya función consiste en asfixiar a la cochinilla, evitando así el uso de químicos. Oportuno aclarar que este tipo de insecticida biológico no tiene acción sistémica, es decir, no son absorbidos por la planta para que después llegue al insecto a través de las hojas que se ha comido, sino que su acción es directa, por lo que debemos extender su aplicación hasta el último rincón de la misma.

En algunas regiones del planeta combaten de forma ecológica la presencia del insecto, en especial en orquidearios, utilizando polvo de tierra de diatomeas. Esta marga proviene de la fosilización de algas marinas durante millones de años y poseen un componente de sílice muy alto.

Una opción no química muy sencilla para eliminarlas es pasar un algodón con alcohol sobre las hojas de la planta, aunque hay que tener precaución con las larvas.

Muchos de los entendidos en la materia coinciden en aconsejar como métodos útiles la mezcla de aceite de nim y jabón potásico. Este tratamiento resulta muy eficaz, ya que el segundo componente ayuda a mantener el nim en el agua más tiempo, el que deviene potente insecticida. El tratamiento se puede hacer con un pulverizador.

Hay quienes sostienen que para combatir las cochinillas puede utilizarse un insecticida casero natural que también sirve como fungicida y repelente con alta efectividad que su fabricación en a base de productos generalmente a la mano en el hogar.

Si se decide por esta opción debe hacerse de cinco dientes de ajo, 250 mililitros de alcohol, 250 ml de agua, un poco de jabón biodegradable líquido (o jabón rayado) y un pulverizador vacío. Entonces proceda a mezclar los dientes de ajo pelados con el alcohol y dejarlos macerar tapados en un bote de cristal durante 24 horas.

Al día siguiente juntar la mezcla con el agua y un chorro del jabón biodegradable en un pulverizador. Volver a mezclar bien y estará listo para emplearse en la eliminación de la cochinilla de las chumberas o de cualquier tipo de planta.

Para no confundirse

Si bien la algodonosa es una de las más perjudicial y común, existen diferentes tipos de cochinillas. Ahora le ofrecernos una lista de las más conocidas en el universo de la zoología.

Cochinilla algodonosa de las raíces, a diferencia del cotonet, esta variedad ataca las raíces de las plantas.

Cochinilla de la humedad: es una variedad muy inofensiva, ya que no afecta a las plantas. Se conoce popularmente como bicho bola en España, bicho bolita en Argentina o chanchito de tierra en Chile y su nombre científico es Armadillidium opacum. En cualquier caso, pueden dañar los brotes o planteles, pero no las plantas ya crecidas.

En Islas Canarias es aprovechado el efecto de las cochinillas en chumberas en la obtención de tintes para pintalabios, curioso, ¿verdad?/Foto: Tomada de internet

Cochinilla parda: esta variedad se llama científicamente Coccus hesperidium. Suele afectar a las plantas de interior y a los arbustos frutales.

Cochinilla blanda o del limonero, como se la llama a veces, es muy común en plantas de laurel y limoneros. Se alimentan sobre todo de los tallos, las hojas y las ramas de las plantas y árboles.

Finalmente un dato curioso: en las Islas Canarias reproducen el cotonet en chumberas, las que luego se emplean para producir un tinte a utilizar en el color de pintalabios. Vea, no todo de la cochinilla algodonosa es perjudicial al hombre, ¿no cree?.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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